EL PODER DEL DESEO (1975) – Juan Antonio Bardem – Marisol antes de Interviu

En 1975, Marisol ya no era “Marisol”, sino más bien “Pepa Flores”. Bardem seguía siendo lo que había sido casi siempre, un militante del PCE. Ambos eran, al decir de Santiago Carrillo, “trabajadores de la cultura”. Y Manuel de Pedrolo, un estajanovista de la máquina de escribir, aporto, con su novela Joc brut (Juego sucio) la idea original del guion. El conjunto no dio los resultados esperados y cosechó críticas unánimemente negativas en los últimos meses del franquismo.

FICHA

TITULO: El poder del deseo

AÑO: 1975

DURACIÓN: 117 minutos

DIRECTOR: Juan Antonio Bardem

GÉNERO: Negro

ARGUMENTO: Un publicista agobiado por su empresa y disconforme con su vida modesta, conoce a una misteriosa mujer casada que le convence para que mate a su marido, después de lo cual podrán casarse y vivir opulentamente con la herencia. Las cosas no salen como el publicista había previsto.

ACTORES: Pepa Flores “Marisol”, Murray Head, Jose María Prada, Francisco Amorós, Pilar Bardem, Eloy Arenas, Cris Huerta, José Luis Barceló, Antonio Ross, Paloma Hurtado, Alberto Fernández, Antonio Gamero, Concha Rabal, Fernando Sánchez Polack, Lola Lemos, Pilar Gómez Ferrer, José Yepes, Carmen Lozano, Tito García, Fernando Hilbeck, Pilar Vela, Tina Sáinz, María Jesús Hoyos, Lola Gaos, Mario Vico,

 

 

CLIPS

CLIP 1 – CRÉDITOS Y SITUACIÓN INICIAL: UN DETENIDO



CLIP 2 – UN ENCUENTRO FORTUITO. EL INICIO DE UNA RELACIÓN



CLIP 3 – UN TIPO AGOBIADO POR SU TRABAJO Y POR SU JEFE



CLIP 4 – SEGUNDO ENCUENTRO, SEGUNDA PELUCA (POCO FAVORECEDORA)



CLIP 5 – UNA AMANTE INSATISFECHA Y TERCER ENCUENTRO



CLIP 6 – UN HOMBRE ENAMORADO Y UNA DOÑA PELUCAS ENIGMÁTICO-DISTANTE



CLIP 7 – EL NUDO DE LA CUESTIÓN: UNA ESCENA DE CAMA FRUSTRADA Y UNA PROPUESTA



CLIP 8 – SIGUIENDO A LA DAMA DE LAS PELUCAS



CLIP 9 – DECISION TOMADA EN EL REGAZO DE MARISOL…



CLIP 10 – PENSADO Y HECHO: EL PUBLICISTA CONVENTIDO EN ASESINO NOVEL



CLIP 11 – DOÑA PELUCAS DESAPARECE, PERO EL ASESINO LA ENCUENTRA



CLIP 12 – LLEGA LA POLICÍA (MÁS VALE TARDE QUE NUNCA)


 

Carteles y programas

 

 

Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: EL PODER DEL DESEO (en formato MP4)

A TRAVÉS DE EMULE: EL PODER DEL DESEO (en formato MKV)

 

Lo menos que puede decirse sobre EL PODER DEL DESEO

Bardem el gran cineasta. Marisol la gran actriz. Un reparto que parece sacado del listado de afiliados del PCE de los últimos días del franquismo. Una novela de intriga como base del guion de un autor reputado. Un actor traído del extranjero. Un adaptador con varios éxitos en su haber. Franco agonizando y la sensación de que el régimen estaba por concluir. Una película que lo tenia todo para triunfar y, sin embargo, no gustó a la crítica la hostigó, el olvido se apoderó pronto de ella y terminó en las negruras del Hades cinematográfico, el reino de los muermos.

Bardem llevaba tiempo tratando de dedicarse al cine comercial. Era 1975 y habían pasado 20 años desde las Conversaciones de Salamanca organizadas por Basilio Martín Patino. En aquella ocasión había participado lo mas granado de nuestro cine, tanto del “oficialismo” como de los “jóvenes rebeldes”. Había euforia porque, poco antes, se había estrenado ¡Bienvenido Mister Marshall! De Berlanga y La muerte de un ciclista de Bardem, lo que unido a otras películas de la época demostraba que podía hacerse buen cine en España y con posibilidades de exportación. A Bardem precisamente le tocó dictar las conclusiones de aquellas jornadas que resumió así: “El cine español es: políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”. Y, seguramente, para demostrar que todo esto era cierto, veinte años después, realizó está película políticamente ineficaz, socialmente falsa, intelectualmente ínfima, estéticamente nula e industrialmente raquítica…

Como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, hay que reconocerle a Bardem el haber realizado un aterrizaje perfecto, pero haberse equivocado de época, pues todas sus consideraciones pueden aplicarse a ese cine español que nació décadas después y que, incluso hoy, persiste en sus rasgos, a los que habría que añadir más que “industrialmente raquítico” es simplemente “subvencionado” con dinero público. Y es que Bardem fue el más politizado de los “Tres Bes” del cine español: Barden, Berlanga, Buñuel. Lo cierto es que, a partir de la muerte de Franco, realizó cine exclusivamente comercial, con excepción hecha de Siete días de enero, un mero panfleto político que, tanto en sus guion como en sus intenciones, visto hoy, genera sonrisas.

Sobre la película El poder del deseo, cabe decir que lo mejor es, sin duda, el título: estábamos en 1975, la palabra “deseo”, con solo pronunciarla, suscitaba lubricidad y morbo. La elección de la estrella protagonista, iba en la misma dirección: “Marisol” había renunciado a ser tal y retornado al nombre con el que había sido bautizada, Pepa Flores. En aquellos momentos, además, la ex Marisol había participado en la famosa huelga de actores para reclamar reducción de formada para los intérpretes teatrales. Un año más y daría el paso definitivo al que ya le había ayudado Bardem: fue la “chica de portada” de Interviu. Sus hechuras contribuyeron a que el semanario tirara más de 500.000 de ejemplares. En esto, cabo decir, que, con El poder del deseo, Bardem había sentado precedente: ya en la película aparece una escena con el desnudo integral de la ex niña prodigio. Por entonces, Marisol se unió al bailarín Antonio Gades que iba de izquierdista pancatalanista (era de Elda, pero le convencieron para que formara parte de la candidatura del Bloc d’Esquerra d’Alliberament Nacional) pasando luego al Partido Comunista de los Pueblos de España a cuyo comité central perteneció). En fin, que, aparentemente, la película estaba construida por gentes de izquierdas (el propio Manuel de Pedrolo, autor de la novela original, coqueteaba con esos ambientes). Lo que no se entiende muy bien es lo que pintaba un discreto inglés, Murray Head, más conocido como roquero que como actor, protagonizando la cinta.

La historia es simple, casi diría, tópica. Un tipo harto de su trabajo (hay unas cuantas pinceladas “sociales” dispersas por la película e introducidas por Bardem a base de vaselina que intentan mostrar una “vertiente social comprometida”) como publicista, saturado de realizar encuestas a amas de casa sobre detergentes y de aceptar letras para realizar los habituales “peloteos” de aquellos años, conoce casualmente a “June”, una joven atractiva y en buena posición económica. Desde el principio, ésta se muestra enigmática: cambia constantemente de peluca y de aspecto, se ven en lugares apartados, casi furtivamente. La chica está casada y tanta discreción es, dice, para evitar que su marido, un tipo, según ella, cruel, se entere. Y, finalmente, propone al publicista una alternativa: que mate al marido y, después de unas semanas, ambos vivirán juntos. El publicista no está muy convencido, pero finalmente, tras seguir a “June”, acepta y acaba con el marido. Silencio. No vuelve a tener noticias de la viuda que falta a las citas que habían acordado, mientras él se va desmoronando: intuye que ha sido manipulado por alguien que no tenía la más mínima intención de huir con él, solamente necesitaba una mano asesina que, además, no pudiera mostrar ninguna prueba de su relación con él. Hasta que la localiza con su amante. Lo mata primero a él y luego a ella.

No me digan que el argumento no es simple y previsible. Ahora bien, incluso con un argumento tan lineal y con las “morcillas” sociales introducidas por Bardem, la película hubiera sido llevadera, si no fuera porque hay algo que falla algo: todo está atado con alfileres y, especialmente, el que el protagonista consiga con tanta facilidad llegar hasta ella. Fallan las pelucas de la pobre Marisol que, a fin de cuentas, es el único atractivo de la película. Falla la fotografía que carece por completo de originalidad, es rutinaria y poco vistosa. Desde, más o menos, el minuto 30 la película se hace previsible, sabemos lo que nos aguarda en las escenas finales (entre otras cosas, porque en las escenas iniciales hemos visto la detención del protagonista). Pepa Flores, a decir verdad, no está muy creíble en su papel, ni tampoco las líneas que le han asignado son muestras de genialidad del guionista (Rafael Azcona). En cuando a las escenas eróticas de “June”, fueron las únicas que merecieron comentarios en los medios cinematográficos y en las tascas populares.

En definitiva: una muestra muy discreta de la crisis del “género negro” español, iniciada diez años antes. No fue la censura, no fue el franquismo quien indujo o generó esa crisis, fue, más bien, “el poder del deseo” que se había apoderado de la sociedad española en aquellos momentos: peregrinaciones a Perpiñán y a Portugal para ver cine porno, la oleada del “destape” que invadía cualquier producción desde el terror hasta el género negro, pasando por la comedia y el melodrama. Y el problema era que el “destape” hacía que todo lo demás pasara a segundo plano. Todo se había vuelto amiguismo y coleguismo entre militantes de izquierdas… ¿Entienden porque algunos sostenemos que la censura, mientras existió, imprimió -incluso involuntariamente- un marchamo de calidad a lo producido en España? Había que atraer al público con buenos guiones, con buena dirección, con buenos actores, no mostrando decímetros cuadrados de anatomía femenina y matas de pelo púbico… A partir de la desaparición de la censura, todos, incluso grandes directores, se lanzaron por la pendiente del “destape”. Y, a partir de ese momento, la frase de Bardem en las Conversaciones de Salamanca, empezó a cristalizar en la realidad… Veinte años después.

Si tienen la tentación de ver esta película, apuesto a que será por las dos escenas de desnudo. No por sus valores cinematográficos, estéticos o artísticos.

 

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