EL CASTILLO DE FU MANCHU (1969) - JESÚS FRANCO - ¿LA PEOR PELÍCULA RODADA EN ESPAÑA DURANTE EL FRANQUISMO?
Alemania niega que esta sea una película matriculada en su país.
Italia mira a otra parte y el Reino Unido prefiere no opinar. Liechtenstein no
se da por aludida. Así que esta película que es una coproducción de todos estos
países, pero dirigida por un español y ambientada en España, por más señas
producida directamente por Producciones Balcázar, puede ser considerada como “española”.
Lo que no le quita el demérito de ser una de las peores películas filmadas
durante el franquismo. No, en efecto, no todo lo que se filmó en España durante
aquellos años es digno de recordarse.
FICHA
TITULO: El Castillo de Fu-Manchú
AÑO: 1969
DURACIÓN: 92 minutos
DIRECTOR: Jesús Franco
GÉNERO: Aventuras
ARGUMENTO: Fu Manchú ha desarrollado
junto con la ayuda de un científico secuestrado, una peligrosa arma de destrucción
masiva con la que amenaza al mundo y ha conquistado un castillo para dirigir
desde allí su operación de dominación mundial. Su adversario Naylan Smith viaja
hasta Turquía para impedir estos planes.
ACTORES:
CLIPS
CLIP 1 – EL PARLAMENT DE CATALUÑA. LA MARIA PERSCHY PERSEGUIDA POR LOS NINJAS.
CLIP 2 – EL PARK GÜELL, ES EL CASTILLO DE FU MANCHU
CLIP 3 – FU MANCHU ABUSANDO DEL DOCTOR HERAKLES
CLIP 4 – DICEN QUE LA ESCENA SE FILMÓ EN ESTAMBUL, PERO ES EL PUERTO DE BARCELONA (JESÚS FRANCO ES EL QUE LLEVA EL FEZ)
CLIP 5 – ESCENAS INCONEXAS DE UNA PELÍCULA DESLABAZADA
CLIP 6 – ¡QUE SERÍA DE ESTA ESCENA SI NO FUERA POR MARIA PERSCHY!
CLIP 7 – EL IMPERIO DE FU MANCHU SE DESMORONA (COMO LA PELÍCULA A ESAS ALTURAS)
CLIP 8 – LA DEBACLE FINAL CON EL MENSAJE DE FU MANCHU: "EL MUNDO VOLVERÁ A SABER DE MÍ"
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
En eMule: EL CASTILLO DE FU MANCHU
Lo menos que puede
decirse sobre EL CASTILLO DE FU MANCHU
Digámoslo desde el principio, para que no queden dudas: El
Castillo de Fu Manchú es, sin duda, una de las peores películas filmadas en
España durante los años del franquismo y, por sí misma, desmiente el que TODO
el cine filmado entre 1939 y 1975, fuera MEJOR que el actual. Hubo de todo y,
aunque puede establecerse que, EN GENERAL, el nivel de aquel cine fue superior
al filmado actualmente en España, como siempre, hubo excepciones. Ésta, por
ejemplo. Hay que atribuir a Jesús Franco, el dudoso honor de haber dirigido
esta cinta que lol consolidó como una especie de Ed Wood a la española y, de
paso, supuso el hundimiento de la franquicia “Fu Manchú”. Efectivamente, con
esta película concluyó la serie de seis cintas dedicados a este mega-malvado
oriental siempre interpretado por un occidental (primero por Boris Karloff y
luego por Christopher Lee).
¿Quién era Fu Manchú? En 1913 apareció el personaje en una novela
filmada por Sax Rohmer. El autor estaba especializado en escribir a destajo
folletines de aventuras y terror. El personaje de Fu Manchú apareció en entregas
semanales entre 1912 y 1913. Este ciclo de novelas encumbró a Rohmer -que en el
fondo era un autor mediocre y manirroto que dilapidó su fortuna obtenida en los
años 20 y 30 con este personaje. No se trataba de un patriota: cuando estalló
la Segunda Guerra Mundial, optó por establecerse en EEUU donde falleció de algo
tan banal como gripe aviar en 1959. En sus últimos años, intentó renovar su
éxito literatio resucitando a su personaje favorito, Fu Manchú, con dos nuevos
relatos: El retorno de Fu Manchú y Fu Manchú emperador. En 1973, sus herederos
publicaron de manera póstuma The Wrath of Fu Manchu. Hoy se trata de un autor
completamente olvidado y de un ciclo cinematográfico que nunca resultó
particularmente brillante y que Jesús Franco se encargó de enterrar para
siempre.
¿Cómo era Fu Manchú? Se le podría calificar como el “eterno
derrotado”. Habitualmente las películas que lo toman como protagonista terminan
después de que sus planes de dominio universal se hundan en medio de
catástrofes, olor a pólvora y debacle titánica, a la que sigue inevitablemente
la declaración de intenciones formulada por el propio Fu Manchú: “El mundo
volverá a saber de mí”, que precede al rótulo de “Fin”. Fu Manchú es, como
pueden imaginar, el arquetipo del malvado. Mejor dicho: del peor de los malvados
que, para colmo, representa, encarna y asume al “peligro amarillo”. Su autor lo
define como alta y de expresión acerva, cráneo afeitado con coleta
interminable, ojos de pantera, miembros recios y expresión satánica en el
rostro. De un tipo así no puede esperarse nada bueno. Perteneció a la familia
imperial y tiene medios económicos ilimitados, una tropa de guerreros orientales
que, por abnegación, formación o miedo, le apoyarán hasta la muerte. Maneja
todas las artes del mal: desde el envenenamiento, hasta las especies animales e
insectos más letales, pero también es capaz de idear nuevos sistemas
tecnológicos de dominio mundial. No en vano tiene cuatro doctorados obtenidos
en universidades occidentales. Aspira, oh maravilla de maravillas, al dominio
universal.
¿Qué es lo que hace que los planes de Fu Manchu terminen siempre
en un fiasco? Dos personajes, Sir Danis Nayland Smith y el Doctor Petrie. La
figura de este último aparece como narrador en las tres primeras novelas, luego
aparecerá unido a Nayland Smith en su lucha contra el genio del mal. Hay que
decir que Fu Manchú y Nayland Smith se respetan, ambos admiran la capacidad
intelectual de su oponente. Smith trabaja para la policía imperial en la India
y es ahí, en Birmania, en donde tiene lugar el primer enfrentamiento con Fu
Manchú. En obras posteriores Neyland Smith aparecerá como “caballero del
imperio británico”, agente del MI6 e, incluso colaborador del FBI.
Rohmer no tenía absolutamente ningún conocimiento sobre China. Era
un tipo supersticioso que consultaba regularmente la Ouija. En una de estas
consultas, la respuesta a la pregunta de “¿Qué me dará fortuna?”, la respuesta
fue “CHINAMAN”. Por eso improvisó al personaje de Fu Manchú, el “hombre chino”.
En vida vendió 20 millones de copias de este ciclo de novelas.
La primera película sobre Fu Manchu se había rodado en 1932, protagonizada
por Boris Karlof. Impresionante. El resultado aterrorizó al público occidental.
Luego, el personaje desapareció. Empezó la guerra chino-japonesa y occidente se
declaró a favor de China, por tanto, quedaba descartado que ningún oriundo de
este país pudiera tratar de dominar a Occidente. Pero en los años 60, las
condiciones políticas internacionales, volvieron a sugerir la conveniencia de volver
a hablar del “peligro amarillo” a través de Fu Manchú. De hecho, los años 60
fueron los grandes años del personaje (cuando Rohmer ya había muerto y sus
herederos vendieron a bajo precio los derechos de varias novelas). La película
de Jesús Franco que comentamos fue la última de este ciclo. En 1969, la “revolución
cultural” y el “maoísmo” que había llegado a Occidente, aconsejaban la
recuperación de esta temática. Después, el nombre de Fu Manchú solamente volvió
a las pantallas en una broma de Peter Seller y Hellen Mirren (El diabólico
plan de Fu Manchu, 1980) que puede considerarse como un aparte, sin
nada que ver con las novelas de Rohmer.
De nuestros “malos directores”, Jesús Franco fue el que más se
movió por el extranjero y el que estuvo mejor enlazado con productoras europeas.
Era un director que se ganó la fama de trabajar rápido, improvisar bien, hacer
películas de bajo costo que suscitaban interés por parte de los aficionados a
la “Serie B”. Era capaz de filmar una película en pocas semanas, incluso de
montarla y darle forma, más o menos, aceptable. Y, además, utilizaba seudónimos
varios adaptados al país en el que se estrenaría. En el ámbito anglosajón,
Jesús Franco pasó a ser “Jess Franco”. En su historial, figuran como seudónimos:
Joan Almirall, Rosa María Almirall, Clifford Brawn, Clifford Brown Jr.,
Clifford Brown, Juan G. Cabral, Betty Carter, Candy Coster, Terry De Corsia,
Rick Deconinck, Raymond Dubois, Chuck Evans, Toni Falt, Dennis Farnon, Jess
Franck, J. Franco, James Franco, Jesse Franco, Jess Franco, Jesús Franco, A.M.
Frank, Adolf M. Frank, Antón Martín Frank, Jeff Frank, Jess Frank, Wolfgang
Frank, James Gardner, Manfred Gregor, Jack Griffin, Robert Griffin, Lennie
Hayden, Frank Hollman, Frank Hollmann, Frarik Hollmann, B.F. Johnson, J.P.
Johnson, Yogourtu Ungue, James Lee Johnson, James P. Johnson, David J. Khune,
David Khune, D. Khunne Jr., D. Khunne, David J. Khunne, David Khunne, David
Kuhne, David Kunne, David Kühne, Lulu Laverne, Lulú Laverne, Franco Manera, J.
Franck Manera, J. Frank Manera, Jesús Franco Manera, Jesús Manera, Jeff Manner,
Roland Marceignac, A.L. Mariaux, A.L. Marioux, John O´Hara, Cole Polly, Preston
Quaid, P. Querut, Dan L. Simon, Dan Simon, Dave Tough, Pablo Villa, Joan
Vincent y Robert Zinnermann... Era el único que podía ponerse al frente de una
coproducción multilateral en la que participaban capitalitos procedentes de
Alemania Federal, Italia, Reino Unido, Liechtenstein y, por supuesto, España. Producciones
Balcázar apostó por el producto y dos tercios de la cinta se filmaron en nuestro
país. Y este es el gran problema de la cinta. Verán.
Jesús Franco no dudó en utilizar lugares suficientemente conocidos
por los barceloneses como escenarios: el puerto de la Ciudad Condal pasa a ser
el “puerto de Estambul”, el castillo de Fu Manchú no es otro que el Parque Güell,
el trono de Fu Manchú está instalado en la sala hipóstila de este complejo, una
de las imágenes más conocidas de Barcelona, la fuente y la escalera de acceso
al Parque son los “baluartes” asaltados por los ninjas de Fu Manchú. Pero, es
que, además, aparece la fuente del Parque de la Ciudadela como “puerta trasera”
del castillo de Fu Manchú. El reloj setecentista del puerto de Barcelona, vuelve
a aparecer en otra escena también ubicada en Estambul. Y, para colmo, en el
inicio hay fragmentos de una antigua película sobre el hundimiento del Titanic,
que Franco (Jesús) recupera como primera muestra de que Fu Manchú ataca de
nuevo. Todo esto resultaba demasiado evidente para el espectador mínimamente
cultivado (y no digamos para el barcelonés o aquel que conociera la
arquitectura de Gaudí).
La película es un despropósito de principio a fin. La iluminación
resulta terrible: exagerada en algunos planos, mientras que en otros la
oscuridad es casi absoluta. Aparece el propio director, como si se tratara de
Alfred Hichkcock, tocado con un fez, en las escenas de Estambul-Barcelona. Los
actores son perfectamente conscientes de que han sido contratados para un truñazo
de Serie B. La mayoría ni se esfuerzan. El mejor de todos, Christopher Lee,
caracterizado como mandarín, no parece poder mover ni un músculo de su rostro
por el maquillaje y, en cualquier caso, su interpretación es inexpresiva. Otros
actores -Gustavo Re, que, habitualmente realizaba papeles cómicos y aquí
aparece como el “profesor Herakles”- da la sensación de que no saben bien lo
que están haciendo. María Perschy y Tsai Chin (que ejerce de “hija de Fu Manchú”
son lo mejor de la cinta.
Creo que es una cinta que hay que ver una vez en la vida y luego
plantearse las preguntas correctas: ¿es que Jesús Franco, que en ese momento
llevaba como una cuarentena de películas filmadas no había aprendido nada? ¿Quién
le engaño para que se dedicara a la dirección en lugar de seguir una carrera
como actor, oficio en el que no era malo? (véase El
extraño viaje de Fernando Fernán Gómez). Y la pregunta clave: ¿qué
fue lo que hizo que un director prometedor que, en sus primeras películas (El
secreto del Dr. Orloff, 1965, es un clásico del terror ibérico), había
dado muestras de cierta pulcritud, terminara, finalmente, realizando películas
de serie B cada vez más deleznables hasta llegar a filmar cine X (porno, puro y
simple) en la que su esposa y musa, siempre era la protagonista?
A finales de los 80, la carrera de Jesús Franco estaba en
barbecho. Su última película en esta época, Falo Crest (1987),
caricaturización pornográfica de la serie de tv Falcon Crest, no
fue su mejor cinta y, por entonces, su figura ya estaba absolutamente
desprestigiada y vinculada al peor cine rodado en España. Volvio en los 90 y
todavía tuvo ocasión de rodar una treintena de películas, todas sobre temas
siniestros, pornográficos o de terror.
Su esposa y musa, Lina Romay falleció antes que él. Había
participado en un centenar de películas de su compañero. El director le
sobrevivió un año. La Academia del Cine le organizó un homenaje en los Premios
Goya de 2013. Todo fueron elogios y, a la vista del estado del homenajeado,
nadie se atrevió a formular ninguna crítica. Nadie dijo, por ejemplo, lo que
todos pensaban, que hubiera sido un gran director de no ser por que algo en su
interior no terminaba de funcionar normalmente. ¿Qué le ocurrió en la segunda
mitad de los 60 para que su carrera se dilapidara y el director español que más
películas ha filmado -con mucho-, pasara a la historia de nuestro cine como un
pornógrafo?
Inútil tratar de describir la película y resumir su argumento.
Repetimos: hay que verla una vez en la vida para advertir lo que es una pésima
película.
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