ESENCIA DE VERBENA (1930) –– Ernesto Giménez Caballero – El Madrid que reía (hasta que llegó la república y entonces empezó a odiar)
Si esta documental tiene cabida en este blog dedicado al cine
franquista es por que fue dirigido por “GeCé”, Giménez Caballero por más señas.
Con eso basta. De él se dijo que era “el hombre orquesta” de todas las
vanguardias. Madrid reía en 1930. En 1936 pocos recordaban en esa misma ciudad
lo que era reír tranquilamente. Entre ambas fecha está la Segunda República,
ese régimen que tuvo la habilidad de cambiar la risa en odio.
FICHA
TITULO: Esencia de verbena
AÑO: 1930
DURACIÓN: 11 minutos
DIRECTOR: Ernesto Giménez Caballero
GÉNERO: Documental
ARGUMENTO: La cámara va recorriendo
las distintas verbenas del verano madrileño de 1930. Montada y producida por el
propio Giménez Caballero, la cámara mostrará las verbenas de San Isidro, La
Paloma, el Carmen, San Lorenzo y San Antonio. Quizás sea el mejor testimonio animado
del Madrid tradicional.
ACTORES: Ramón Gómez de la Serna,
Samuel Ros, Miguel Pérez Ferrero, Goyanes, Poliza Bedrosan.
CLIPS
CLIP 1 – CREDITOS. TODOS MERECEN SER RECORDADOS
CLIP 2 – LA VERBENA DE SAN ANTONIO, EL PATRON DE LAS MODISTILLAS,
LA DE SAN LORENZO, LA DEL RASTRO Y DEL TABACO DE LAS CIGARRERAS
CLIP 3 – LA VERBENA DE CARMEN CON GIGANTES Y CABEZUDOS Y LA
VERBENA DE LA PALOMA DEDICADA A LA VIRGEN DE LOS RECIÉN NACIDOS, COMO LA
ANTIGUA DIOSA DIANA.
CLIP 4 – LAS VERBENAS DE LAS CLASES POPULARES. EL ORGANILLO, ALMA
APASIONADA DE LA VERBENA MADRILEÑA, AGUARDIENTE PA LOS CHURROS Y MORAPIO PARA
LAS ROSQUILLAS
CLIP 5 – EL MAREO VERBENERO EN LA NORIA, LOS CABALLITOS Y LOS OJOS
DE LAS VERBENERAS
CLIP 6 – LOS SERES INOCENTES Y ABNEGADOS QUE OFRECEN SUS CABEZAS:
RICARDITO Y RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
CLIP 7 – EL PAVELLON ROMANTICO CON DAMAS DE CAMPANILLAS. LA CASA
DE LOS AUTOMATAS
CLIP 8 – LA VERBENA INTERNACIONAL QUE DESPIERTA EL HAMBRE DE
SOLDADOS QUE SE CHUPAN EL DEDO. DON PAPITO EL ENANO, EL TUBO DE LA RISA Y LOS COLUMPIOS
CLIP 9 – EL “UYTOMA” Y LA CABEZA DESNUCADA DE DON RAMÓN; LA
VERBENA DE LA VIRGEN MELONERA CON ATRACCIONES QUE SE LLEVAN LOS OJOS
CLIP 10 – LA ESTOCADA, LOS TOROS Y DON RAMÓN DE MALETILLA
CLIP 11 – EL OLOR DE LA ALBAHACA Y DE LA FLOR DE LAS HORTENSIAS. LOS MANTONES DE MANILA. EL FUEGO, ESENCIA DE LA VERBENA Y EL BARQUILLO
Fotogramas
Cómo localizar la
película
En youTube: ESENCIA
DE VERBENA
En RTVE: ESENCIA
DE VERBENA
Lo menos que puede
decirse sobre ESENCIA DE VERBENA
Vi por primera vez este documental en la entonces naciente
Televisión Española. No había mucho material donde elegir en aquellos primeros
pasos del “ente” y la reprodujeron muchas veces. Yo prefería ver -entonces tendría
menos de ocho años- dibujos animados, Herta Frankel y sus muñecos, series del
Oeste… Así que no atendí mucho a este documental del que se me quedaron algunos
detalles en el recuerdo. Como el del tipo ese que subía y bajaba con una
chistera, o los novios que se daban la mano. Luego supe que se trataba de
personas que gozaron de cierta fama en los años 20-50: Ramón Gómez de la Serna,
Samuel Ros y, finalmente, me enteré de que el director de aquel documental
extraño no era otro que Ernesto Giménez Caballero. Y entonces me apresuré a
localizarlo y disfrutarlo en plena madurez.
El vino sabe mejor cuando es viejo. No es que este documental haya
envejecido bien, es que nos presenta un Madrid que ya no existe. Es, en
cualquier caso, un testimonio antropológico de una época en la que, mirad los
rostros, la gente sonreía, a pesar de lo que se le venía encima y de lo que
tenía que arrostrar en el día a día. Estábamos en 1930, la dictadura se caía,
nadie dudaba que vendría la República. Incluso existía cierta unanimidad en
darle una oportunidad. Si bien es cierto que la Primera Repúblico no había sido
una maravilla, aquello se debió -se pensaba en la época- en que España todavía
no había madurado; ahora, en cambio, existía una naciente clase media, las
costumbres empezaban a liberalizarse, sin que el país hubiera renunciado a sus
tradiciones seculares. La monarquía se había comprometido excesivamente con la
Dictadura y al caer, se intuía que caería también. Cierto es que las Bolsas se
habían hundido en el crack del 29, pero eso afectaba sobre todo a los países
exportadores y España, en aquel momento, exportaba poco, así que las
consecuencias -que las hubo- apenas se notaron. España, reía. Madrid, reía. En
el fondo, la política de obras públicas y reformas abordada por la Dictadura había
dado buen resultado. España -creía todos- iba por el buen camino. Y, de repente,
todo se torció. Las sonrisas que vemos en 1930, se fueron tornando en gestos de
odio. Las bengalas, los cohetes y los fuegos artificiales, pasaron a ser quemas
de conventos, tiroteos, asaltos a locales, vendetas y más vendetas. España en la
primavera de 1936 estaba ya en Guerra Civil, aunque esta tardara todavía unas
semanas en llegar. En realidad, un mes después de la llegada de la República
llegaron también las quemas de conventos. No es raro que la derecha, a partir
de ese momento, pensara especialmente en la vía golpista. Que era, justo, el
camino por el que había optado la izquierda. República imposible. Sonrisas
heladas. Y ahí está el testimonio de GeCé para darnos cuenta de cómo estaba
España en 1930 y cómo terminó apenas seis años después.
GeCé ha sido llamado el “hombre orquesta” de las vanguardias en
España. Fascista de tomo y lomo, italianizante y católico, teórico del
neosefarditismo y antisemita ocasional, a parte de Salvador Dalí, no hay
personaje público, artista alguno tan exuberante y contradictorio como él. Le
dio por el cine como a otros de sus amigos les había dado por la aviación. En
realidad, el fascismo europeo tuvo sobredosis de aviadores y de cinéfilos. GeCé
no se contentó con ser espectador, ni siquiera con ser crítico, quiso “hacer
cine”. Realizó varios cortometrajes. Esencia de verbena sería el
primero al que siguió Noticiario del Cineclub. Luego entró en su
pendiente “filosefarditista” y rodó Los judíos de patria española
(1931), junto con Samuel Ros, uno de los miembros de la “corte intelectual” de
José Antonio Primo de Rivera, el “judío de la Falange”; el documental es interesante
porque muestra a judíos sefarditas de Salónica que todavía hablaban algunas
palabras en algo parecido al castellano, descendientes de aquellos expulsados
por los Reyes Católicos; en El artesanado de Barcelona (1931) y La
sustitución de la enseñanza religiosa en España (1932) que aparecen en
su biografía -pero que no he podido ver e ignoro si se han perdido- fueron sus
últimas experiencias antes de que se zambullera del todo en la política, en sus
contactos con la Italia fascista y en sus idas y venidas del entorno
falangista.
Se podrá pensar de GeCé lo que se quiera, pero no hay duda de que
si hubo en España un hombre comprometido con las “vanguardias” este era él. Y,
de paso, era fascista. Algo que pareció a muchos incompatible. Lo llevó bien y
supo justificarlo. Pero todo se entiende mejor cuando se ve este documental: a
GeCé le atraía “lo popular” y las verbenas madrileñas lo eran. Además, era
católico y buscaba el reverdecer de la catolicidad. Las verbenas, todas ellas
dedicadas a alguna Virgen notable, le daban la oportunidad de vivir “lo popular”
y “lo católico”. Y, además, consideraba que lo católico no estaba reñido con lo
moderno, sino que revivir la catolicidad equivaldría a reorientar la
modernidad.
En menos de un cuarto de hora, GeCe realiza tal cuadro de las
verbenas madrileñas que casi podríamos decir que terminamos oliendo a la
fritanga de los churros y las rosquillas, mareados por las atracciones, oliendo
a habanos en tendidos de sol y riéndonos con las melonadas de Gómez de las
Serna y la languidez de los enamorados.
El documental es casi una “gueguería” de las que tanto usaba y
abusaba Gómez de la Serna. La greguería -me veo obligado a explicarlo porque
dudo que las nuevas generaciones lo hayan estudiado en la asignatura de
Literatura Española- es un texto casi telegráfico, un aforismo, breve, sin más
que una o dos oraciones gramaticales, ni más que dos o tres líneas. Cuatro ya
sería excesivo. Está hecha de metáfora y chispa humorística, ingenio e
ingenuidad. Gómez de la Serna fue el magister maximus de las gueguerías
novecentistas. Gecé, que lo sabe, lo asume y su documental es precisamente eso:
martillazos de greguerías visuales. El resultado no puede ser más convincente.
Hay mucho amor detrás de este documental, mucha sintonía con lo popular, mucho
cariño por el Madrid castizo y sus personajes, mucho “españoleo” y mucha
sonrisa.
Si nos perdemos esos 11 minutos del documental seguramente tendremos
que leer volúmenes de temática antropológica e histórica para ver lo que era
nuestro pueblo hace 92 años. Sí, porque estas imágenes tienen ya 92 años. No
era “cine franquista”, pero era un cine hecho por gentes que luego se
decantaron por el franquismo e, incluso, que tuvieron una importancia cultural
en los casi 40 años que median entre 1936 y 1975. Hoy era hora de hablar algo
de Ernesto Giménez Caballero y esto es lo que hemos hecho, recordando este
documental.
Otros enlaces:
Documental:
NOTICIA DE CINE CLUB (1930) – Ernesto Giménez Caballero
Documental:
EL ORADOR (1928) – Se discute su paternidad, pero se suele atribuir a GeCé
y/o a Gómez de la Serna
Documental:
LOS JUDÍOS DE LA PATRIA ESPAÑOLA – Ernesto Giménez Caballero
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