A SANGRE FRIA (1959) – Juan Bosch – LOS CHORIZOS NO SON DE FIAR
Otra película de género negro ambientada en Barcelona y con
mensaje edificante: “a quien se junta con mala gente le ocurren cosas malas”.
El protagonista llevaba el delito en la sangre: simplemente, no quería
trabajar, pero si disfrutar del dinero. La vida, necesariamente, se le debía
torcer. Argumento simple, personajes bien dibujados, escenas coherentes y
rápidas, paisajes urbanos justo en el momento en el que la ley de inversiones
extranjeras daba el disparo de salida al desarrollismo. Otra película de género
negro para la historia de la cinematografía española.
FICHA
TITULO: A sangre fría
AÑO: 1959
DURACIÓN: 80 minutos
DIRECTOR: Juan Bosch
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Un joven con pocas ganas
de trabajar busca dinero fácil para emigrar a Brasil y propone a una banda de atracadores
dar un golpe en una empresa en la que había trabajado. El golpe sale bien,
pero, a partir del reparto del dinero todo se tuerce y cada uno de los miembros
de la banda busca quedarse la parte del resto.
ACTORES: Arturo Fernández, Carlos
Larrañaga, Gisia Paradis, Manuel Cano, Linda Chacón, José Dacosta, Miguel Ángel
Gil, María Mahor, Salvador Muñoz, Aurelio Pardo, Fernando Sancho
CLIPS
CLIP 1 – CONOCIENDO EL BARRIO DE “CARLOS” (LA VERNEDA)
CLIP 2 – UN MUCHACHO DECIDIDO A DELINQUIR JUNTO A MANGUTAS
VETERANOS
CLIP 3 – PREPARANDO EL GOLPE
CLIP 4 – DE UNA MORENA A UNA RUBIA
CLIP 5 – EL GOLPE JUNTO A LA VÍA
CLIP 6 – ALGO SALE MAL
CLIP 7 – UNO MENOS
CLIP 8 – CUATRO EN FUGA
CLIP 9 – LA POLICÍA SOSPECHA
CLIP 10 – TODO SE DESMORONA
CLIP 11 – EL FIN DE UNA AMBICIÓN SIN ESCRÚPULOS
CLIP 12 – ESCABECHINA FINAL
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A Través de eMule: A
SANGRE FRIA (1ª opción, formato AVI)
A Través de eMule: A
SANGRE FRIA (2ª opción, formato MKV)
En FlixOlé: A
SANGRE FRÍA
Lo menos que puede
decirse sobre A SANGRE FRIA
Cuando estalló la guerra civil, Juan Bosch apenas tenía 11 años.
La pasó en Tarragona con su familia y, al acabar, su familia se instaló en
Sabadell. Algo le atraía del cine, y fue en el Diario de Sabadell donde empezó
a publicar sus primeros artículos… sobre el séptimo arte. Allí existía una
asociación, Amics del Cinema, en la que ingresó y que le ayudó a conocer a
aficionados y a gentes que estaban vinculadas a este mundillo. Cuando conoció a
Jacinto Goday, un arquitecto, también atraído por el cine que esta intentando
rodar su primera -y única- película, aceptó colaborar como ayudante de
dirección. Tenía 19 años, era 1944. Cuando la película, finalmente se estrenó en
1948 con el título de Aventuras del capitán Guido, Bosch estaba
cumpliendo su servicio militar en Marruecos. De regreso está decidido a
proseguir su carrera cinematográfica, y se traslada a Madrid en donde
colaborará como guionista con Antonio del Amo. Colaborará con él en tres películas.
Una de ellas, rodada en 1951, Día tras día, un drama moralizador,
le reportará dinero suficiente como para poder volver a Sabadell con la cabeza
bien alta, la cartera llena y con una experiencia acumulada como guionista y
ayudante de dirección. Utilizará los beneficios obtenidos junto a del Amo en la
producción de un cortometraje sobre la vida de Gaudí y, a partir de 1954
colaborará con Miguel Iglesias en cinco cintas que ocuparan su tiempo hasta
1956. Pero, hasta ese momento, salvo dos documentales, no ha dirigido ninguna
película: la buena noticia es que ha obtenido una amplia experiencia que le
permitirá dirigir en 1957, Sendas
marcadas y dos años después, ya consagrado como un director
eficiente y que conoce su oficio, la película que nos ocupa: A sangre
fría.
Con esta cinta, Bosch iniciará una colaboración con Arturo
Fernández, por entonces un joven actor que empezaba a destacar por su
físico. Y que estará presente en estas
dos primeras películas y también en las tres siguientes (que revestirán la
forma de comedias románticas y playeras). Éstas, rodadas entre 1961 y 1963,
durante los veranos, serán exportadas a Europa y objetivamente formarán parte
de la campaña de promoción turística iniciada por el régimen a finales de los
años 50. En una de ellas, Bahía de Palma (1962), Elke Sommer
aparecerá en bikini. Nada espectacular, salvo por el hecho de que fue la
primera película rodada en España en la que se exhibía tanta superficie del cuerpo
femenino.
En los años siguientes, Bosch exploraría el “erotismo light” y las
comedias de enredo, conjugándola con spaguetti-westerns y comedias frívolas.
Nada importante, ni nada digno de mención. De hecho, Sendas
Marcadas, A sangre fría y Regresa un
desconocido (1961) son, con mucho, sus mejores películas. En esta
trilogía demuestra sus capacidades, sus aptitudes y su conocimiento del oficio.
Tres características habituales en directores de la época franquista que, a
partir de los años 60, optaron por el cine comercial (el que daba dinero y
requería menos esfuerzo), renunciando a la ambición de legar obras maestras. En
los 60, el desarrollismo, salvó al franquismo e, incluso, justificó su
existencia en la medida en que logró que España transitara del subdesarrollo al
nivel de país industrializado… pero, al mismo tiempo, se convirtió en una
fiebre que desvió a grandes directores del “gran cine”. Juan Bosch fue otro de
esos casos de carreras que, en esa época, fueron perdiendo intensidad y
periclitando en la intrascendencia.
En A sangre fría, Bosh alternó el papel de guionista
con el de director. Es una película redonda y brillante, con una lógica interna
aplastante y que se desvía de algunos cánones del género negro. Lo esencial es
demostrar que los delincuentes, por el mero hecho de serlo, carecen de sentido
del honor y su sino es la autodestrucción. No hace falta que la policía
intervenga -en esta película, apenas aparecen policías-, los delincuentes se
bastan y sobran para destruirse unos a otros. Era un planteamiento nuevo,
original y nunca antes explorado que imprimirá tono y carácter a la película.
“Carlos” (Carlos Larrañaga) es un joven del extrarradio barcelonés,
vive en uno de esos bloques construidos no hacía mucho más allá del Arco del
Triunfo y de la Ciudadela, en terrenos que hasta no hace mucho habían sido durante
siglos campos de cultivo. En las escenas, podemos ver el Cine Levante, casi
entre descampados y, por tanto, sabemos que se trata de La Verneda y de la
calle Guipúzcoa. El joven quiere disfrutar de la vida, pero el trabajo no es lo
suyo. Va dando tumbos por la vida esperando una ocasión para hacer dinero y
abandonar España. Se ha comprado una moto y se relaciona con individuos poco
recomendables como “Enrique” (Fernando Sancho), un viejo delincuente toxicómano
que le exhorta a que se decida y tenga el valor de dar un golpe con un grupo de
amigos de éste: “Manuel” (Arturo Fernández) y “Antonio” (Miguel Gil). El
primero ha pasado un tiempo en Italia y ha vuelto con un coche norteamericano
espectacular. “Enrique” vive con una compañera, una rubia espectacular, “Isabel”
(Gisia Paradís) y de pocos escrúpulos, harta de una vida a salto de mata, junto
a un toxicómano avejentado por la droga, así que intuye que “Carlos” puede
sacarle de ahí y lo seduce antes del golpe.
“Carlos” ha propuesto al grupo de delincuentes, atracar las
oficinas de una empresa para la que había trabajado años atrás. Pueden llevarse
dos millones de pesetas. La empresa, situada en la zona de Sant Martí de
Provençals, junto a la vía del tren (puede verse pasar a un TAF, precedente del
Talgo y joya cincuentera de los ferrocarriles franquistas), es asaltada y los
atracadores logran llevarse el botín, pero “Enrique” asesina fríamente a uno de
los trabajadores y al subir al vehículo cae, hiriéndose. “Carlos” lo llevará a
su casa, cuando ya han hecho el reparto del botín. Al dejarlo dormido, “Isabel”
y “Carlos” pactan irse -con la parte de “Enrique”- a Brasil. Pero, alguien
asesina por la noche a “Enrique”, llamando innecesariamente la atención de la
policía que, además, ha examinado las fichas de antiguos empleados de la
empresa y sospecha de “Carlos”. “Manuel”, enfurecido, cree que “Isabel” y “Carlos”
han asesinado a “Enrique” y, junto con “Antonio”, huyen en el coche para
aclarar las cosas. En una gasolinera, “Antonio” reconoce haber sido él quien ha
liquidado a “Enrique”, muriendo a su vez en el tiroteo. “Carlos” huye por su
cuenta, mientras que “Manuel” e “Isabel” escapan en coche. El primero, herido
en el tiroteo será ingresado en el clínico en estado gravísimo, mientras que “Isabel”
intenta huir de “Manuel” y éste dispara sobre ella, muriendo a su ver en el
tiroteo con la policía…
El argumento, no permite al espectador identificarse con ninguno
de los personajes: todos aparecen como bandidos, sin escrúpulos o bien como
gentes que han equivocado su camino y recogen las consecuencias de haberse
adentrado por el “lado oscuro”. No hay “anti-héroes”: solo delincuentes más o
menos malvados, mas o menos culpables.
Es interesante la presencia femenina: por una parte, la rubicunda
escultural Gisia Paradís, ejerciendo de mujer fatal, sin escrúpulos, permanentemente
pensando a quién robar su parte del botín. Tiene su merecido muriendo en las
últimas escenas. De otro, una juvenil María Mahor, morena, vecina de “Carlos”,
ex novia, que rompe con él al percibir su implicación en actividades
delictivas. Mujer fatal, frente a mujer esposa. Los rasgos de ambas están
perfectamente trazados, como los del resto de personajes, hasta el punto de que
el género al que pertenece la cinta, además de “noir”, ofrece género
psicológico.
Como ya hemos visto en otras películas de la época, filmadas en
Barcelona, veremos en las escenas de exteriores (rodadas en calle Guipúzcoa, en
La Verneda, en la escollera del puerto frente a las mariscadoras que en otro
tiempo existieron allí, en la Vía Augusta, en el Paralelo y en la calle Pelayo)
fragmentos de la vida ciudadana en aquellos años.
La película, encontrará problemas en su distribución. En efecto,
en EEUU, Truman Capote había escrito una novela-testimonio sobre un horrendo
crimen y sobre los asesinos que recibiría el mismo título que la película de
Bosch: A sangre fría. Hollywood, inmediatamente, pensó en transformar la
novela de Capote en película. Ésta, finalmente, se estrenaría en 1967 dirigida
por Richard Brooks. La Warner compró los derechos de la película de Bosch
cambiándole el título por el de Trampa al amanecer.
La película se estrenó en Barcelona, en el desaparecido Cine
Alcázar el 14 de diciembre de 1959 y en Madrid lo hacia seis meses después. Por
entonces, ya se registraba un aluvión de películas norteamericanas, por lo que
su exhibición apenas se prolongó 18 días en Barcelona y 8 en Madrid. Poco,
realmente, pero lo suficiente como para cubrir los gastos y devengar algunos
beneficios. A pesar de eso, la película recibió críticas elogiosas y unánimes. La
venta de la película a la Warner, tampoco fue ninguna ganga para Bosch que se
sintió estafado. Quizás este sería uno de los factores que años después le
animarían a abandonar la búsqueda de la perfección cinematográfica y deslizarse
por la senda de lo irrelevante, comercial y alimentario.
Ahí queda una película magistral con un mensaje positivo: “sigue
la vía del bien y huye del mal”, con sus arquetipos y con su dinamismo
narrativo. Ver esta película confirma en que, en aquel momento, con medios
escasos, sobraba talento y se podían hacer maravillas que han resistido el paso
del tiempo y que hoy son las alternativas razonables a los decepcionados del
cine español de la postmodernidad incluyente…
Otros enlaces:
Comentarios
Publicar un comentario