HAN MATADO A UN CADÁVER (1962) – Julio Salvador – EL BONITO CASO DE LAS HERMANAS GEMELAS
Es una película que no deja indiferente. En primer lugar, porque
Julio Salvador tenía en su haber una corta filmografía pero con títulos tan
contundentes como Apartado
de correos 1001 o Lo que nunca muere. Esta, por
tanto, debía ser otra gran película. Lo fue, pero no al nivel de estas dos. Y,
en segundo lugar, porque Salvador era, sobre todo, un gran cinéfilo y en Han
matado a un cadáver se muestra la influencia creciente del género negro
norteamericano y el abandono de los esquemas carpetovetónicos del género, a
pesar de que gran parte de la cinta transcurra en el Pueblo Español, el
monumental recinto de Barcelona.
FICHA
TITULO: Han matado a un cadáver
AÑO: 1962
DURACIÓN: 99 minutos
DIRECTOR: Julio Salvador
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Una mujer aparece muerta
en el interior de un vehículo despeñado en una carretera de la costa. La
autopsia mostrará que cuando ocurrió el accidente ya estaba muerta. ¿Qué ha
ocurrido? Cuando la policía llega a un punto muerto en su investigación,
aparece la hermana gemela de la fallecida cuya contribución será inestimable
para resolver el caso.
ACTORES: José Campos, Colette
Ripert, Ángel Picazo, María Mayer, Marcel Portier, Dionisio Macías, Leandro
Vuzcaíno, María Teresa Serrano, José María Caffarel, Mario Beut, Lina Yegros,
Adriano Rimoldi, Howard Vernon,
CLIPS
CLIP 1 – EN UN LUGAR DE LA CARRERA DEL GARRAF…
CLIP 2 – UN CASO DE FALSIFICACIÓN DE MONEDA EN EL PUEBLO ESPAÑOL
CLIP 3 – LA AUTOPSIA: “LA MUCHACHA FUE ENVENENADA”
CLIP 4 – SIGUIENDO AL SOSPECHOSO EN LA BARCELONA DE LA ALTA
BURGUESIA
CLIP 5 – LA AMIGUITA DEL AMIGO DEL ALMA
CLIP 6 – LA RUBIA CHANTAGEANDO AL PALOMO
CLIP 7 – COMPROBANDO LA COARTADA DEL HIJO DEL PALOMO
CLIP 8 – EL HIJO CONFIESA, PERO SE TRATA DE UN FALSO CULPABLE
CLIP 9 – CASI UNA APARICIÓN: LA HERMANA GEMELA DE LA ASESINADITA.
CLIP 10 – RECORRIDO TURISTICO POR LA BARCELONA DESARROLLISTA
CLIP 11 – LA HERMANA GEMELA EJERCIENDO DE MUERTA EN UNA SALA DE
FIESTAS
CLIP 12 – TIROTEO EN LOS SOTANOS Y LOS TERRADOS DEL PUEBLO ESPAÑOL
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de eMule: HAN
MATADO A UN CADÁVER
Lo menos que puede
decirse sobre HAN MATADO A UN CADAVER
La situación de la cinematografía española en 1962, no era en
absoluto preocupante: se habían normalizado completamente las relaciones
internacionales (cuando Franco permitió inicialmente la estancia y las
actividades de la OAS en España, Francia se vio obligada a impedir las de los
grupos anarquistas que todavía penetraban desde su territorio sobre nuestro
suelo, para poder exigir la contrapartida. Así concluyó el “maquis” (muerto, en
realidad, desde la frustrada invasión del Valle de Arán). Se normalizaron
también las co-producciones y, cuando el género negro español llevaba ya más de
diez años triunfales, empezó a notarse la influencia de su homónimo
norteamericano. Empezaron a aparecer influencias cada vez más notables de
películas norteamericanas sobre los productos nacionales que iban apareciendo.
Esta influencia era mucho más patente en directores que, además, eran cinéfilos
empedernidos. Julio Salvador era uno de ellos.
A Salvador le encantaba, sobre todo el cine de Orson Welles y Preminger.
De ellos rescata en varias de sus películas, momentos reconocibles en el cine
de ambos: aquí es uno de los policías encargados de la investigación el que
queda fascinado por el cuadro que representa a la víctima (como Dana Andrew
quedó fascinado por el retrato de Gene Tierney en Laura, 1944), o las
escenas nocturnas con juegos de luces y sombras, que reproducen en otro
contexto las imágenes de El Tercer Hombre (1948), o la escena de la sala
de fiestas en donde la protagonista canta un bolero insinuante que remite a La
dama de Shanghai, 1947).
Este tributo a los “grandes”, tiene un efecto benéfico (sigue sus
pasos y serás uno de ellos), pero también entraña una pérdida de identidad del “noir
español”. A medida que avanza la década, entre el desarrollismo y la cinefilia
de los directores, se registrará una primera pérdida de empuje de las tramas de
este género filmadas en España. Aún así, el preciso reconocer que el listón
seguía estando alto y que no empezó a descender sino tras los créditos de A
tiro Limpio de Perez Dolç que se filmará al año siguiente (1963).
Justamente, cuando el género estaba, con esta cinta, en el momento álgido, es
cuando empieza a decaer.
La introducción de elementos “americanizantes” se evidencia en la relación
que mantienen el policía joven, ayudante del comisario, y la hermana de la
víctima, especialmente, cuando ésta ya se ha pasado a ser, de la mujer ingenua y
de mirada cándida y moderadamente afligida que se presentó en comisaria, a la cantante
rubia e insinuante, verdadera mujer fatal, que había sido su hermana. Es un
tema que Hitckcock ya trató en Vértigo (1958). Además, los policías, no
solamente tratan de resolver un caso criminal, sino que además, su historia -en
este caso, la atracción del policía joven hacia la hermana de la víctima y la
amistad del policía mayor con el padre del sospechoso de asesinato- se convierte
en paralela a la trama central e integrada en ella.
Acaso por la introducción de estos y otros elementos “americanizantes”,
será por lo que Salvador, eligió como uno de los escenarios preferenciales de
su película, el llamado Pueblo Español de Barcelona. Se trata de un amplio
recinto monumental construido para los eventos de la Exposición Internacional
de 1928 que tuvo lugar en la Ciudad Condal y que contiene en el interior de sus
falsas murallas, monumentos y nuestras de la arquitectura vernácula de las
distintas regiones de España. El lugar aparece en las primeras escenas (cuando
dos turistas norteamericanos denuncian que les han dado billetes falsos en una
tienda de aquel lugar), en el centro de la trama (cuando el policía joven ofrece
un recorrido por toda Barcelona a la hermana de la fallecida, deambulando ambos
por las callejas abigarradas del Pueblo Español) y al final de la película (en
donde se resuelve la trama con un tiroteo en las alturas del lugar, en el
terrado de la iglesia aragonesa allí representada).
La película nos muestra, en las escenas iniciales, un coche -un
Seat 600- despeñado por las Costas del Garrat, casi sobre el mar. En su
interior, la policía encuentra muerta a una mujer rubia. Luego resultará que el
forense encontrará en el interior del cuerpo de la víctima, rastros de un
veneno de acción lenta. Así pues, la mujer no pudo llegar sola al punto en el
que el vehículo se despeñó y no habría muerto por efecto del accidente, sino del
veneno.
La policía investigará en primer lugar quién era la víctima y a
qué se dedicaba. Actuaba como cantante en una sala de fiestas y parecía vivir
con un buen nivel económico. Además tenía, como mínimo, un amante que resulta
ser un amigo del comisario encargado de la investigación. Se trata de un
industrial que “ha hecho mucho dinero” y que vive en un chalet en la parte alta
de la ciudad. Inicialmente, no reconoce su relación con la cantante muerta,
pero luego, se ve obligado a reconocer que tuvo una relación con ella, la
rompió al tener mala conciencia y, desde entonces, le chantajeaba periódicamente.
No se trata del tipo de hombre capaz de haberla asesinado. Sin embargo,
extrañamente, el hijo del empresario se interesa con el asunto, con lo que el
veterano policía sospecha de él.
Llamará a declarar a un amigo del joven que, presionado por la
policía, reconocerá que la noche del crimen el hijo del industrial se ausentó
unas horas. Interrogado éste, reconocerá que había descubierto la infidelidad y
el chantaje al que era sometido su padre y decidió hacer algo. Hizo beber a la
chica unas copas de alcohol y cuando estaba durmiendo despeñó el Seat 600. Así
pues, él es el asesino… Sin embargo, la policía no lo acusa: cuando tuvo lugar
toda esta peripecia, la mujer ya había ingerido el veneno que finalmente, sería
causante de su muerte: el joven había “matado” a un cadáver.
Así pues, la investigación está en punto muerto. De improviso, los
dos policías quedan confundidos cuando aparece en la puerta de su despacho una
mujer exactamente igual a la víctima. Es su hermana gemela. Y el comisario urde
un plan: la prensa publicará la noticia de que la víctima del accidente no
había fallecido, sino que estaba recuperándose. Será la hermana la que ocupe el
lugar de la víctima y empiece a relacionarse con los mismos ambientes. La
policía la protegerá de cera, pero atraerá a los asesinos. En pocos días, la
hermana se convierte en un clon de la fallecida y ocurre, efectivamente, que se
pone en contacto con ella los miembros de la banda que la llevan al Pueblo Español para hablar con el jefe de la
banda…
Tal es, a grandes rasgos, lo que vamos a ver en la cinta. La
película resulta entretenida, movida, con cambios de escenario relativamente
rápidos, pero también hay algo en ella que parece ausente. En efecto, el papel
del matrimonio norteamericano que aparece inicialmente tiene poco sentido y,
por lo demás, el funcionario de Interpol que aparece en la escena final,
parecen muy descolgados del resto de la trama. Se nota que ha habido problemas
de montaje y de metraje y se han eliminado escenas que daban sentido a estos
personajes.
Otra observación importante: el actor que aparece como comisario
empezaba a ser muy conocido en la época. Se trataba de Angel Picazo, vive
estampa de su padre, Alfonso XIII, del que era hijo bastardo (e incluso
representó en TVE en un programa de reconstrucción histórica). Picazo rodó
algunas películas, pero debe su fama, especialmente a sus apariciones en
televisión y a su presencia teatral. El actor que ejerce como “amigo” del hijo
del industrial, no es otro que Mario Beut, que abandonaría pronto los platós
para dedicarse especialmente a la radio e incluso a la televisión como
presentador de programas de variedades. La “rubia”, en sus dos versiones, es
Colette Ripert, una actriz francesa con un breve historial fílmico, iniciado en
1944 y que concluyó precisamente en esta cinta (estrenada en Francia con el
nombre de Interpol recheche). Posteriormente, centraría sus esfuerzos en
el teatro y en la televisión. Otro personaje que merece comentarse es el del “hijo
del industrial”, el presunto asesino que no lo es tanto, papel que encarnó
Dionisio Macías. Fue su segunda y última película. A partir de entonces se dedicaría
al doblaje, prestando la voz a “tipos duros” (Charles Bronson, Sean Connery,
James Coburn) y, posteriormente a Schwarzenegger, Rutger Hauer, Burt Reynols,
etc, etc, etc. Fue uno de nuestros grandes actores de doblaje, una de las voces
más conocidas entre los años 60 y 80. El actor francés, Marcel Portier, es el “cerebro”
de la banda, parisino, que prolongó su carrera cuante entre 1948 y 1992, casi
50 años. Esta sería su único tránsito por el cine español. También hay una
aparición fugaz de Howard Vernon, actor suizo que luego Jesús Franco utilizará
en varias de sus películas seudoeróticas, de terror y de presupuesto limitado
(apareció en 40 de estas cintas de este director).
Los rostros que aparecen en la cinta, salvo el de Picazo, no eran
particularmente conocidos en España. La presencia de actores extranjeros y el
hecho de que al final de la película aparezca la figura del inspector de
Interpol (la película, como hemos dicho, se estrenó en Francia con el título de
Interpol investiga…), evidencian que Salvador debió pensar en la
exportación o, acaso, existió un proyecto de co-producción que no llegó a
materializarse.
Película digna, no espectacular, pero si entretenida, llevadera y
que no ha perdido actualidad. Además, es una buena ocasión para compararla con Apartado
de correos 1001 para advertir lo que había cambiado Barcelona en
doce años. Y, especialmente, para confirmar que el Pueblo Español sigue hoy
como lo dejó Salvador en 1962, con la diferencia de que, en aquel momento era
un orgullo para la ciudad y hoy, tanto el Ayuntamiento como la gencat, pagarían
para que nunca hubiera existido (en efecto, ambas instituciones, han situado el
conjunto monumental fuera de los recorridos turísticos promovidos).
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