SANTA ROGELIA (1940) – Edgar Neville – La película más desconocida de Neville

En 1940, la industria cinematográfica española era altamente tributaria de la alemana y de la italiana. Edgar Neville, que se había desplazado a Italia para rodar la notabilísima Frente de Madrid, aceptó el encargo para rodar también en los estudios de Cinecittá, Santa Rogelia. Es una película curiosa en la que el actor protagonista, Juan del Val, es el mismo que estuvo presente en la primera película firmada por Neville, El presidio, rodada, en Hollywood. La adaptación de la novela de Palacio Valdés fue realizada por Alberto Moravia. A pesar de su calidad, pertenece al pelotón de los olvidados de la cinematografía de posguerra.

FICHA

TITULO: Santa Rogelia

AÑO: 1940

DURACIÓN: 73 minutos

DIRECTOR: Edgar Neville

GÉNERO: Drama

ARGUMENTO: Una joven huérfana, cuyo padre ha perecido en un accidente en las minas, se casa con otro minero, brutote y alcoholizado que termina en prisión cuando la “vox populi” le convence de que su esposa se ha enamorado de otro hombre. Termina en la cárcel, pero su esposa aceptará, abandonar a su amante, para volver con su marido, simplemente por su deber como esposa.

ACTORES: Germaine Montero, Rafael Rivelles, Juan de Landa, Pastora Peña, Julia Cava Alba, Luis Riera Sánchez, Porfiria Sanchiz, Ravel Calvo

 

 

CLIPS (en italiano)

No hemos conseguido una copia en castellano de esta película. De todas formas, creemos que el lector se hará una idea de los diálogos en un italiano bastante comprensible. Las dos versiones, italiana y española, solamente tienen como cambio el que la italiana fue dirigida por Carlo Borghesio y Edgar Neville figuraba como “supervisor” (y en la española, justo al revés)

CLIP 1 – CRÉDITOS ITALIANOS



CLIP 2 – ACCIDENTE EN LA MINA



CLIP 3 – PRETENDIENTES, MOSCONES Y USUREROS



CLIP 4 – UNA BODA: EL MINERO Y LA HUÉRFANA DEL MINERO



CLIP 5 – EL ORIGEN DE LA MALEDICENCIA: EL MÉDICO



CLIP 6 – LA MALEDICENCIA ES UNA MANCHA QUE SE EXTIENDE Y SE EXTIENDE…



CLIP 7 – CUANDO SE CALIENTA LA CABEZA Y SE TIENE EL GATILLO FÁCIL



CLIP 8 – EL CONSEJO DEL CURA, DIFICIL DE CUMPLIR: “ES UN MAL HOMBRE, PERO ES TU MARIDO”



CLIP 9 – DE ROMA A LA PRISIÓN PARA CUMPLIR EL IMPERATIVO CATEGÓRICO



CLIP 10 – UN PRESO POCO COMPRENSIVO Y UNA ESPOSA ABNEGADA



CLIP 11 – LA VIA CORRECTA GENERA CAMBIOS RADICALES



CLIP 12 – EL ACCIDENTE LIBERADOR




 Carteles y programas

 

 


 




Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: IL PECCATO DI ROGELIA SANCHEZ (en formato MKV)

En FlixOlé: SANTA ROGELIA

 

Lo menos que puede decirse sobre SANTA ROGELIA

La obra literaria de Armando Palacio Valdés, lleva unas décadas olvidada. Miembro de la Real Academia Española desde 1906, murió olvidado en el Madrid de 1938, ayudado solamente por los hermanos Álvarez Quintero. En la postguerra, su figura literario recuperó el brillo que había tenido en los cincuenta años anteriores y varias de sus novelas fueron llevadas al cine: La hermana San Sulpicio, Las aguas bajan negras, La fe, Tiempos Felices, El señorito Octavio, Bajo el cielo de Asturias, y quizás alguna más que se nos escapa, rodada en el extranjero. La novela del mismo título de Armando Palacio Valdés es la que fue adaptada al cine, entre otros por Alberto Moravia.

Neville, buscaba entonces nuevos temas para su cine. Acaba de filmar un ciclo de propaganda  que le encargó Dionisio Ridruejo (Juventudes de España, Ciudad Universitaria y Vivan los hombres libres) y se preparaba para filmar Frente de Madrid, que constituiría un gran un éxito. La productora italiana SAFIC le propuso participar en un proyecto conjunto con Producciones Hispánicas: rodar en doble versión italiana y española una novela de Palacio Valdés. En aquellos momentos, existía un acuerdo de colaboración cinematográfica entre ambos países, suscrito por Ridruejo y por Dino Alfieri, ministro de cultura popular italiano. El objetivo de este acuerdo era, para la parte española reactivar la industria del cine completamente destruida durante el conflicto, y por parte italiana, entraren el suculento mercado iberoamericano. Neville, falangista y amigo del Conde Agustín de Foxá, residente en Roma, era la persona más adecuada para llevar adelante este proyecto.

La película Santa Rogelia, en versión italiana Il peccato di Rogelia Sánchez, está sujeto a polémica. Neville afirmó que la película era suya, sin embargo, Roberto de Ribón, un colombiano-argentino educado en Francia, reivindicó la dirección de la versión española (la italiana fue indiscutiblemente dirigida por Carlos Borghesio), de la que Neville, sería solo “el supervisor”. Lo más probable es que todo esto se deba a una confusión entre las dos versiones. Es probable que Neville que estaba preparando la mucho más importante película Frente de Madrid, delegara la dirección en de Ribón. Rinon dirigiría luego apenas tres películas: El padre Pitillo, El diamante del Mahajará (ambas en Chile en la postguerra) y La fuerza Bruta (en 1941, también en Italia).

Sea como fuere, la novela de Palacio Valdés ya había suscitado el interés de la empresa Producciones Hispánicas en 1935. Esta productora, constituida por dos falangistas Antonio de Obregón y Hoaquín Goyanes de Osés, con la aportación financiera del conde de Zubiría, había encargado a Pilar Millán Astray (hermana menor del fundador de la Legión Española), la adaptación de la novela que no pudo filmarse al estallar la guerra civil. De hecho, la película debía haber iniciado su filmación el mismo 18 de julio de 1936. Zubiría, por cierto, resultó asesinado en los primeros días de la guerra civil. Cuando, Neville se instaló en Roma (a donde había llegado para dirigir Frente de Madrid), se le propuso dirigir la película. Revisó, modificó, simplificó y acortó el guion y acometió la tarea.

El argumento de la película es un verdadero drama minero: una joven, “Rogelia”, es hija de un veterano minero que muere en el curso de una explosión. Queda sola y desamparada, pero se trata de una mujer que es cortejada por otros mineros. Decide casarse cuando las deudas que ha dejado su padre no le dejan otra opción y lo hace con “Máximo”, el más grandote y brutote de los mineros, pero el que le ha realizado más promesas de amor. “Máximo” tiene un problema, consume alcohol como un cosaco y, además, tiene mal carácter. Terminará siendo odiado por otros mineros, entre ellos, uno que cortejaba también a “Rogelia”. Éste terminará asestándole unas cuantas puñaladas. El médico que le curará y lo visitará cada día, poco a poco, se irá enamorando de “Rogelia”. Esta no le corresponderá, pero tendrá por él una gran simpatía. Ninguno de los dos podrá evitar que “el pueblo” murmure y vea una relación que, en realidad, no existe. Cuando el rumor llega a oídos de “Máximo”, como corresponde a su carácter, se encara con él y le dispara. Deberá huir, pero, en el curso de la persecución matará a un Guardia Civil antes de ser capturado y emprender un largo período de prisión.

“Rogelia” decide aceptar la propuesta del doctor, irse con él a Roma y vivir una situación de “amancebamiento” condenada por la Iglesia y por la moral católica, pero que, en cualquier caso, sirve para que “Rogelia” y el médico, viven un período dorado. Sin embargo, la moral católica de “Rogelia”, hace que, finalmente, opte por la opción que le propone su fe, abandone Roma, se instale en un pueblo próximo a la prisión en la que “Máximo” cumple trabajos forzados y vuelva a verlo. En principio, él no quiere verla, pero, ante su insistencia y ante la necesidad de disfrutar de los bocadillos y de la comida que le trae su esposa legítima, acepta el encuentro que se convertirá en una costumbre. Con el paso del tiempo, el ejemplo de “Rogelia” influirá en su comportamiento penitenciario y en su moralidad: abandonará ese carácter bronco y pendenciero que le había caracterizado y volverá a amar a su esposa como en el primer momento. Sin embargo, la fatalidad quiere que “Máximo” muera como un héroe cuando intenta evitar un accidente laboral que hubiera costado la vida a dos de sus compañeros. A partir de ese momento, “Rogelia” tiene vía libre para volver con el doctor y cuidar a su hija…

¿Es o no es una dramón de tomo y lomo? La moral católica queda como fondo de la cuestión y lección de comportamiento humano. Aceptada en la Italia del Ventennio que había firmado el Concordato con la Santa Sede y aceptada en la España de Franco que acababa de ganar la Guerra Civil y necesitaba filmes que difundieran esa misma moral.

Neville (y de Ribón, o bien el triunvirato, Neville-Ribón-Borghesio, junto a Moravia) supieron atenuar la trama de excesiva moralina: fueron a lo concreto. Y lo concreto era: búsqueda de la vía correcta, incluso en las condiciones más difíciles de superar.

La música, para ambas versiones, corrió a cargo de Federico Moreno Torroba, y la fotografía en manos de la parte italiana. Una actriz que dice poco al público español, Germaine Montero, encarnó a “Rogelia” (había sido descubierta por García Lorca y le aguardaría una gran carrera en el teatro francés. Neville, sin duda, fue quien eligió a Juan de Landa para el papel de “Máximo”. De Landa, ya había dado un juego extraordinario en El presidio, filmada 10 años antes en Hollywood y, aquí, nuevamente, estuvo a la altura del personaje, supo reflejar su brutalidad, a veces su carácter infantil y en otras su sencillez.

Los melodramas suelen perder con el tiempo. Les pasa como al cine histórico, aunque por distintas razones. La adaptación realizada para la novela de Palacio Valdés, atenuó su carga folletinesca y la ligó indisolublemente a la práctica de la moral católica. Hoy puede verse y disfrutarse como reflejo de aquella moral. Puede parecer dura e, incluso rígida, pero siempre cabe preguntarse ¿qué es mejor seguir estrictamente unos principios morales, o carecer de ellos? De la respuesta dependerá que este melodrama le pueda gustar o, simplemente, no lo comprenda.

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