FRENTE DE MADRID (1939) – El primer síntoma de “reconciliación”

Esta cinta puede considerarse como la “primera película bélica española” de la postguerra, a pesar de que fuera filmada en estudios italianos. La dirección de Edgar Neville y la presencia de actores que luego se convertirían en extraordinariamente populares en los años 40-60, confería a esta película -al igual que a Sin novedad en el Alcázar, igualmente filmada en Italia- el carácter de producciones “nacionales”.

FICHA

TITULO: Frente de Madrid

TITULO ORIGINAL: Carmen tra i rossi

AÑO: 1939

DURACIÓN: 91 minutos

DIRECTOR: Edgar Neville

GÉNERO: Bélico

ARGUMENTO: Una pareja acomodada está a punto de casarse cuando estalla la guerra civil. Él se incorpora a las fuerzas nacionales con grado de oficial, mientras ella permanece en Madrid. En el curso de una misión él debe introducirse en la retaguardia republicana para cumplir una misión y aprovecha para contactar por sorpresa con su novia. Ella se ha incorporado a la resistencia falangista clandestina. Tras cruzar él las líneas republicanas e integrarse en su unidad, conoce por la Radio Madrid clandestina que la emisora ha sido descubierta y dentro de poco cesará de emitir. El protagonista intenta volver a cruzar las líneas para tratar de salvar a su novia, pero cae herido en tierra de nadie junto con un joven miliciano republicano. Ambos, van a morir, pero él utiliza un fragmento de su camisa azul con el yugo y las flechas para cortar la hemorragia del que hasta ese momento era su enemigo.

ACTORES: Fosco Giachetti, Rafael Rivelles, Conchita Montes, Juan de Landa, Blanca de Silos, Crisanta Blanco, Manuel Miranda, Luis López Estrada, Argimiro Guerra, Carlos Muñoz, Calisto Bertramo, Manolo Morán, Angel Marrero

CLIPS

CLIP 1 – MILICIANOS REPUBLICANOS EN ACCIÓN

CLIP 2 - LAS CHECAS DE MADRID, VERGÜENZA DE LA REPUBLICA

CLIP 3 – EL SOCIALISTA HONESTO (primera pincelada de "reconciliación")

CLIP 4 – EL AVANCE IMPARABLE HACIA MADRID

CLIP 5 – OFICIALES FALANGISTAS EN UN BUNKER DEL FRENTE (Neville con camisa azul)

CLIP 6 – TORRIDA ESCENA DEL REENCUENTRO EN EL MADRID REPUBLICANO

CLIP 8 – ENTRE LA QUINTA COLUMNA MADRILEÑA

CLIP 9 – RADIO MADRID EMITE HASTA EL FINAL

CLIP 10 – LOS SOLDADOS ENEMIGOS QUE BUSCAN LA RECONCILIACIÓN. EL MENSAJE DE NEVILLE EN 1939. CUANDO EL OFICIAL FALANGISTA DESGARRA SU CAMISA AZUL CON EL YUGO Y LAS FLECHAS PARA CORTAR LA HEMORRAGIA DEL MILICIANO REPUBLICANO.

CLIP 11 - LA INEVITABLE ALEGORÍA A LA VICTORIA. LA GUERRA HABÍA TERMINADO SOLO UNAS SEMANAS ANTES

Carteles de la película

Cómo localizar la película

A través de eMule puede conseguirse la copia en versión española en el siguiente enlace: LINK

También puede conseguirse en versión italiana y alemana subtitulada. En todos los casos, la cinta está restaurada.

Lo menos que puede decirse sobre “FRENTE DE MADRID”

Edgar Neville Romrée, era hijo de un ingeniero inglés y de la condesa de Berlanga de Duero (título que heredaría). Era, por tanto, un “niño bien”, de la aristocracia acomodada que, desde siempre había manifestado su interés por el cine. A pesar de haberse podido salvar del servicio militar aportando 6.000 pesetas, optó por alistarse en los húsares, siendo enviado a Marruecos. De retorno se aficionó a participar en tertulias literarias, relacionándose con los grandes de la cultura de su tiempo: García Lorca, Salvador Dalí, Manuel Altoaguirre, Manuel de Falla, etc. En 1922 ingresó en la carrera diplomática siendo enviado como secretario a la embajada española en Washington. En uno de sus veraneos se trasladó a California en donde pudo ver de cerca la industria del cine y se relacionó con Chaplin y luego con la Metro Goldwyn Mayer que lo contrató como guionista para los rodajes de las versiones españolas. Desde allí, abrió el camino a otros amigos (entre ellos a Buñuel, pero también a Jardiel Poncera y a Tono). A partir de 1930, se separó de su esposa e inició una relación con Conchita Montes, actriz, aristócrata, intelectual y bien relacionada.

Al estallar la guerra civil se encontraba en España y se afilió a Izquierda Republicana, con un carnet de este partido consiguió ayudar a muchos detenidos por los republicanos y luego fue enviado a la embajada de Londres en donde siguió colaborando con la causa nacional. Se reunió en la capital británica con Conchita Montes y, desde allí, al ser descubierto, pasó a Francia y se integró en la “España nacional”, afiliándose a FET-JONS. Integrado en el aparato de propaganda franquista, pudo filmar varios documentales: Juventudes de España (1938) sobre un encuentro de las falanges juveniles en Sevilla, Ciudad Universitaria (1938), Vivan los hombres libres (1939) sobre los líderes republicanos, sobre la checa de la calle Vallmajor en Barcelona.

Su conocimiento de la industria de cine de Hollywood, facilitó el que fuera llamado a Italia para filmar la primera película sobre la guerra civil. El guion había sido escrito por Neville junto a Conchita Montes. La película fue producida por los Hermanos Bassoli y estrenada en Italia con el nombre de Carmen fra i Rossi. La version española fue protagonizada por Rafael Rivelles y la italiana por Fosco Giachetti. Lamentablemente, la versión española, inexplicablemente, está perdida por completo y la película solamente pudo rescatarse a partir de una versión italiana que fue restaurada y exhibida en el Festival de Cinema Ritrovato de Bolonia en 2006.

Desde el punto de vista estético, la película, es sencillamente una maravilla: los exteriores reconstruyen lo que fue el “frente de Madrid”, estabilizado a partir de octubre de 1936 y, todo induce a pensar que las vistas evocan la Ciudad Universitaria. La escena en la que, dentro del blocao, un grupo de oficiales nacionales cantan coplas y canciones de guerra (entre ellos aparece el propio Edgar Neville -que ya había asumido la costumbre de Alfred Hichckock de aparecer brevemente como actor- con camisa azul), muestra la bandera de Falange Española con el yugo y las flechas. Incluso, las escenas que corresponden a la vivienda de la protagonista, están rodadas en un edificio futurista decorado interiormente con estilo art-deco, con una escalera circular que luego, Neville, volverá a evocar más sórdida en La Torre de los Siete Jorobados (1944).

La película es meritoria por muchos aspectos. En primer lugar, por su estética que reconstruye a la perfección, tanto la vida en los frentes, como en la retaguardia. En segundo lugar, por el trabajo de los actores. Conchita Montes aparece, en esta ocasión, en un papel dramático (a pesar de que su carácter alegre y extrovertido, le llevarán, posteriormente, a registros diferentes que oscilan desde el drama hasta la comedia, habitualmente dirigido por Neville). La Montes, mujer de inteligencia extraordinaria, y destilando feminidad e ingenio, colaborará con La Codorniz semanalmente en la sección La cárcel de papel.

Pero, sobre todo, las imágenes nos muestran las actividades de la “quinta columna” y su trabajo clandestino, especialmente en la segunda parte del film. En las escenas finales, en las que el protagonista y un miliciano (interpretado por el jovencísimo Carlos Muñoz, al que esperaba una brillante carrera como actor de teatro, cine y televisión en los años siguientes) caen heridos en tierra de nadie, se resume el mensaje de la película, con una palabra que luego, el propio Neville volverá a reiterar en su última gran película, Mi calle (1960): “reconciliación”. España es de todos y todos debemos mantenernos unidos para evitar que vuelva a ocurrir otra guerra civil.

Este mensaje, como puede comprobarse, conserva hoy su actualidad. La “reconciliación” no es el producto de la “memoria histórica” reciente que, en realidad, aspira a dar una versión de la guerra civil favorable a la República, sin dar opción a la otra parte a que pueda presentar sus alegaciones. Por eso, la cinta de Neville merece ser vista de nuevo. Se trata de una película extraordinariamente positiva.

Otros enlaces:

Una arrolladora simpatía: Edgar Neville -De Hollywood al Madrid de la posguerra, Juan A. Rios Carratalá

Edgar Neville y Romrée, biografía realizada por el Real Casino de Madrid

Edgar Neville y algunos testimonios. José Romera Castillo (UNED)

Un huésped poco deseable: Edgar Neville en Roma, Casimiro Torreiro