MORIR EN ESPAÑA (1965) – La respuesta franquista a Mourir à Madrid
En 1963, un documentalista francés, Frédéric Rossif, había lanzado
Mourir à Madrid, que, a pesar de no tener una excesiva difusión, ganó algunos
premios internacionales. Esto encabronó a algunos sectores del régimen que
optaron por realizar una respuesta: Morir en Madrid, dirigida por Mariano Ozores
y sobre un guion elaborado por José María Sánchez Silva y Rafael García Serrano.
El documental no tuvo el éxito esperado, ni siquiera contó con el apoyo oficial
del gobierno que lo calificó de “políticamente inoportuno”. Era la visión de
los sectores falangistas que apoyaron a Franco desde 1937.
FICHA
TITULO: Morir en España
AÑO: 1965
DURACIÓN: 85 minutos
DIRECTOR: Mariano Ozores
GÉNERO: Documental
ARGUMENTO: El tiempo del documental
abarca desde la caída de Alfonso XIII hasta el 1º de abril de 1939 cuando
termina la guerra civil. Pasa revista rápida a la historia de la Segunda
República y a su inviabilidad (sin mencionar inexplicablemente algunos
episodios de corrupción que precipitaron la caída del gobierno de
centro-derecha y la Victoria del Frente Popular). La historia de Falange
Española aparece en un sitial preferente, para pasar luego a seguir los
episodios más característicos de la Guerra Civil
ACTORES: documental. Con música de
Miguel Asins y montaje de Rey del Val.
CLIPS
CLIP 1 – EL FIN DE LA MONARQUIA
CLIP 2 – LA REPUBLICA ENTRE LA ALEGRIA Y LA GELIGERANCIA
CLIP 3 – CUANDO LAS COSAS SE TUERCEN...
CLIP 4 – "NO ES ESO, NO ES ESO"
CLIP 5 – LA FUNDACION DE FALANGE ESPAÑOLA
CLIP 6 – LA CONDENA A MUERTE CONTRA CALVO SOTELO
CLIP 7 – LAS AMETRALLADORAS REPUBLICANAS
CLIP 8 – "LA GUERRA HA TERMINADO..."
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de eMule mediante el siguiente enlace: MORIR
EN ESPAÑA
O a través de HTML: <a
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Lo menos que puede
decirse sobre MORIR EN ESPAÑA
En 1963 un documentalista francés alineado con la izquierda,
Frédéric Roussif, había reunido material de archivo olvidado y compuesto un
documental que el gobierno español consideró ofensivo. Venía a recuperar la
tesis oficial de la izquierda, a saber, que la sublevación del 18 de julio de
1936, fue una venganza de las derechas por haber perdido las elecciones de
febrero del mismo año y que se realizó para instaurar un fascismo puro y duro
que todavía duraba. El análisis histórico era flojo, pero contaba con las voces
y comentarios de intelectuales franceses de moda en la época y con
acompañamiento musical de Maurice Jarre. Como todos los documentales en
aquellos tiempos, no fue un gran éxito (no existía youTube, ni stremings para
vehiculizarlos), lo vio poca gente, pero cosechó un par de premios, el “Jean
Vigo” y el BAFTA. El “Mundo Obrero”, órgano del PCE, lo jaleó en sus ediciones
clandestinas e, incluso, alguna versión en 35 mm cruzó la frontera y se exhibió
en pequeños grupos de oposición. Esto fue suficiente como para que el
Ministerio del Interior, tronara contra él y el de Asuntos Exteriores elevara
una protesta al gobierno francés (a fin de cuentas, hacía poco que los
gobiernos español y francés se habían puesto de acuerdo en desarticular a las
redes de la OAS en España, a cambio de la neutralización de las incursiones de
los últimos maquis desde Toulouse).
Pero, donde este documental causó más malestar, fue entre los
falangistas adictos al franquismo, que trataron de realizar una réplica. Y realizaron,
no una, sino dos: ¿Por qué morir en Madrid? (1966) y Morir en España
(1965). La primera estaba concebida como película de argumento que contó con la
colaboración de buenos actores de la época (Tota Alba, Pedro Sempson, Eduardo
Sancho, etc.), mientras que la segunda fue un documental que rebuscó entre el
material de archivo. En ambas cintas, los guionistas fueron los mismos: Sánchez-Silva
y Eduardo García Serrano. Ninguna de las dos consiguió el favor del régimen,
preocupado por el desarrollismo y que, ya en manos de tecnócratas del Opus Dei,
trataba por todos los medios de desvincularse del recuerdo de la guerra civil.
Obviamente, Morir en España era la réplica al documental de
Rousif y si éste portaba la “visión oficial” de la izquierda y del progresismo,
la cinta dirigida por Ozores sería el portavoz de la visión que, sobre la
República, las circunstancias que llevaron a la guerra civil y el desarrollo de
esta, se hacían los falangistas leales al régimen. No puede decirse que el
documental de Ozores fuera un producto promocionado por el régimen, sino más
bien por los sectores falangistas del régimen. Tenía (y continúa teniendo hoy)
la virtud de ser un documento sobre la interpretación de aquellos hechos
históricos que el sector falangista realizaba. Es, por tanto, una mirada “de
parte”, no del todo (como, por lo demás tampoco lo era Mourir à Madrid).
En la cinta se exalta la figura de José Antonio y el papel de
Falange Española. Se llega a decir que en la encuesta realizada en la primavera
de 1933 por el diario Informaciones, sobre quién era el mejor presidente de
España, el gobierno impidió su publicación porque el resultado de la votación
popular era “José Antonio Primo de Rivera”. Es posible que esta “votación”
tuviera lugar (como durante la transición existieron votaciones análogas en las
que siempre aparecía como preferido por la opinión pública, algún mascarón de
proa de la extrema-derecha… a pesar de que, las votaciones en elecciones
generales demostrasen lo contrario), pero se trataba de una anécdota; mucho más
interesante es el resumen del diagnóstico joseantoniano a los males de España.
No es una cinta que pueda gustar hoy a los partidarios de la “memoria
histórica”, es especial porque tiende a recordar que dos factores llevaron
directamente a la guerra civil: la indecisión de las derechas a la hora de gobernar
y, en particular, de Gil Robles y la irresponsabilidad del ala izquierda del
PSOE, dirigida por Largo Caballero, que precipitó, directamente, la crisis de
octubre de 1934, con la insurrección socialista de Asturias y la mascara de
Companys en Cataluña y la ulterior formación del Frente Popular (en el que el
PSOE fue el motor y no el PCE, contrariamente a lo que se tiene tendencia a
pensar). El documental tiene razón cuando cita la frase de Gregorio Marañon según
la cual, la España de 1935-36 parecía gobernada por obispos católicos y grandes
maestres de logias masónicas…
Mariano Ozores fue uno de los directores del tardofranquismo (actualmente
cuenta con 96 años) y ha visto morir a sus dos hermanos Luis y Antonio, ambos
actores, y triunfar en los escenarios a sus sobrinas, Adriana y Emma. Pertenece
a una antigua saga de actores e, inicialmente, Mariano también probó este
oficio. Era malo, así que en 1948 se olvidó de las actuaciones y empezó a
trabajar para La Codorniz. En 1952, lo contrató Benito Perojo para una cinta
olvidable (Ché, que loco), luego seguirá con Perojo y con Alfonso Paso y
saltará a la naciente televisión española en 1956. Sus criterios políticos en
la época pueden intuirse por su participación como director de la 2ª unidad de
producción en Franco, ese hombre (1964) y por este documental, Morir
en España (1964). A partir de ese momento -seguramente, al no verse
respaldado por sectores del régimen en este documental, se orientará hacia
películas de puro ocio.
Y, en este terreno, hay que atribuirle las responsabilidades en la
creación del “landismo”: comedia disparatada de humor, habitualmente con los
mismos actores y temáticas similares que, poco a poco, irá convergiendo con el “destape”
y que ha ido reponiendo sistemáticamente Cine de Barrio en las últimas décadas.
Ozores, llegó a rodar cuatro películas por año, compitiendo en producción
-aunque no en orientación- con Jesús Franco, otro estajanovista del cine
español. Su encontronazo final con la izquierda -que denota que en el siglo XXI
seguía teniendo opiniones propias de un conservador- tuvo lugar en 2002 cuando
reveló en sus memorias que, en 1991, la serie El sexólogo que emitía
RTVE con buenos niveles de audiencia, fua bruscamente retirada por la protesta
de un diputado de Izquierda Unida, al acusarla de “machista”. Incluso Berlanga
calificó esta retirada como “Intolerable y propia de los peores años del
maccarthysmo”… No puede extrañar que Ozores no gustara a los socialistas. En
1982 había lanzado su astracanada ¡Que vienen los socialistas!, poco favorable
para esta sigla política. Rodó su última película en 1993, Pelotazo nacional,
así mismo poco condescendiente con la corrupción política en nuestro país.
Otros enlaces:
Imagen
de la mujer en el cine del tardofranquismo – Buron Estelle
Las
culturas del tardofranquismo – Vicente Sánchez-Biosca
Memoria
histórica y cine documental – J.Mª Caparrós y otros
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