CRIMEN IMPOSIBLE (1954) – Una obra maestra del género negro
A veces resulta difícil entender cómo hace 60 años se filmaban películas de increíble calidad argumental, con interpretaciones magistrales, una dirección extremadamente cuidada y unos encuadres estudiados al milímetro, realizadas con presupuestos mínimos y medios técnicos exiguos, mientras que, en la actualidad, presupuestos y subvenciones millonarias, legiones de especialistas, actores de moda y guionistas bien pagados, apenas se consiguen mediocridades que nadie reclama en eMule. Crimen imposible es una pequeña obra maestra de un director que merece ser recordado y reivindicado.
FICHA
TITULO: Crimen imposible
AÑO: 1954
DURACIÓN: 98
DIRECTOR: César Fernández Ardavin
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Un famoso escritor aparece
asesinado en su domicilio. La puerta está cerrada, inicialmente se piensa que
se ha suicidado, pero pronto aparecen sospechas de que se trata de un
asesinato. El encargado de asumir la investigación es un policía que pronto se
da cuenta de que su novia frecuentaba al escritor y es una de las posibles
sospechosas.
ACTORES: José Suárez, Félix
Fernández, Silvia Morgan, Ángel Picazo, Francisco Arenzana, Gerard Tichy, Irene
Caba Alba, Francisco Sánchez, Antonio Abad Ojuel, Manuel Amado, Manuel Arbó,
Juan Chacot, Nani Fernández, Manuel Guitián, Luis Moscatelli
CLIPS
CLIP 1 – DOS POLICIAS ALGO VAGOS Y UN CADÁVER
CLIP 2 – LA LLAMADA DE UNA MUJER DESCONOCIDA
CLIP 3 – LA HIJA DEL PORTERO SEDUCIDA POR EL ESCRITOR
CLIP 4 – EL ESCRITOR Y LA MUJER FATAL EN EL MUSEO ENTRE LA ESTATUARIA CLASICA
CLIP 5 – RESOLVIENDO EL CASO
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de youTube: CRIMEN IMPOSIBLE
A través del programa de intercambio de archivos eMule, en el
siguiente enlace: CRIMEN
IMPOSIBLE
O bien, utilizando el HTML:
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imposible (Cesar Fdez Ardavin, 1954) VHSRip VO by mifunex.mkv</a>
Lo menos que puede
decirse sobre CRIMEN IMPOSIBLE
Una obra maestra de Fernández Ardavin, completa en todos los
sentidos: tanto desde el punto de vista interpretativo, como por la
originalidad del guion, los encuadres, los efectos de luz, los diálogos y el
ritmo. Y todo ello transcurre en un 90% en una habitación. El resultado es
sorprendente y la película, a pesar de haber pasado casi 70 años desde su
filmación, conserva su frescura y puede ser vista por espectadores de cualquier
edad. Las únicas condiciones es que acepten que fue rodada en 1954, durante el
franquismo, que está rodada en blanco y negro y que les guste el género negro.
César Fernández Ardavín es famoso por haber ganado el Oso de Oro de
la edición de 1960, en el Festival Internacional de Cine de Berlín por su
película El Lazarillo de Tormes (1960). Entre 1952 y 1979, filmó 44
películas y recibió cuatro medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos
(equivalente a “los Goya” durante el franquismo). A diferencia de otros
directores de la época, a medida que la censura fue reduciendo su trabajo de
fiscalización, Fernandez Ardavín no aprovechó para filmar películas cada vez
mas frívolas y mostrar centímetros cuadrados cada vez más amplios de la anatomía
femenina. Su filmografía, registra una constante: solo películas provistas de
un guion de calidad. Crimen imposible fue su segunda película.
Las primeras escenas nos muestran a dos policías, uno comiendo y
el otro dormitando. Entre ellos puede verse la mano de un cadáver. Es evidente
que han asesinado a alguien, pero el rostro de los dos policías refleja cierta
despreocupación: han visto tantas veces la misma escena que ya no les preocupa
mucho. Están esperando al comisario jefe y al forense. Al parecer, el muerto es
un conocido escritor de novelas, algo mujeriego. El escritor ha sido muerto de
un disparo y, en principio, podría pensarse que se ha suicidado, pero un examen
más detenido del cuerpo, evidencia que se trata de un asesinato. Hay distintos
sospechosos. Una de las mujeres sobre las que recaen las culpas es la novia del
comisario que lleva la investigación y que, casualmente, se entera que tenía
relaciones con el escritor. La otra es una muchacha, hija del portero del
inmueble que también mantuvo una relación con él. Y luego está un amigo que
podría ser el asesino. Mejor no revelar el final de esta película que, hasta
última hora, mantiene en vilo al espectador.
Son raras las escenas en las que la cámara se desplaza fuera del
apartamento en donde ha tenido lugar el crimen. Pero, desde la primera escena
nos damos cuenta de que no vamos a ver una película vulgar o realizada
apresuradamente: cada encuadra está medido al milímetro, los ángulos de enfoque
están estudiados para obtener el efecto dramático deseado y, la iluminación de
la habitación, permanentemente proyectando las sombras de provocadas por la
persiana y la luz del exterior, ofrecen a la estancia una dimensión fantasmal
que irá en aumento en las escasas tomas exteriores: el terrado del edificio, la
sala de reproducciones en escayola de obras de la estatuaria clásica en el que
se encuentran los amantes, etc.
José Suárez en el comisario encargado de la investigación; en los
años 50 y 60, se especializó en el “género negro”, sin reservas a colocarse a
ambos lados de la placa: como atracador implacable o como policía eficiente.
Silvia Morgan, olvidada actriz española, que emigró a EEUU y fundó una productora
junto a su marido, Hispamer Films, es una de las sospechosas, la ingenua hija
del portero que quedará prendada por las habilidades amatorias y la dialéctica
del escritor, Gerard Tichy, el antiguo teniente de la Wehrmacht, fugado de dos
campos de concentración, convertido en popular actor en España, será el
escritor, entre siniestro y enamoradizo, brillante y depresivo; Nani Fernández,
por su parte, será la explosiva novia del policía que mantenía relaciones con
el escritor, otra sospechosa potencial. Y, finalmente, Ángel Picazo (del que en
aquellos momentos corría el rumor de que se trataba de un hijo bastardo de
Alfonso XIII), será “Escobedo”, el amigo no tan fraterno del asesinado.
Con este plantel y unos secundarios brillantes en sus
interpretaciones (Félix Fernández, Francisco Arenzada, Francisco Sánchez, Irene
Caba Alba, etc.), el resultado no puede ser mejor. El guion fue escrito por el
propio Fernández Ardavin y la fotografía -muy notable- realizada por Manuel
Berenguer. Todo en la película está trabajado con delicadeza, hasta en los
detalles más mínimos. Sorprende que en un marco tan pequeño como un apartamento,
la fotografía haya sido capaz de expresar tanta riqueza visual.
En 1954, cuando se filmó esta cinta, Fernández Ardavin estaba
dando sus primeros pasos en la industria del cine. Su primera película, La
llamada de África (1952), pertenece al género de aventuras coloniales y
estimula la consabida “amistad con los árabes” de la que tanto se jactó el
ministerio de asuntos exteriores español durante el franquismo. Es una película
en la que se mezclan elementos de espionaje, de amor y el mensaje
confraternizador entre España y el protectorado de Marruecos. Es una película
de cierta calidad, pero en Crimen imposible, Ardavin se mueve con mucha
más soltura. Posteriormente filmará otras cintas de género negro, pero, sobre
todo, se decantará por películas de carácter religioso, traslación al cine de
clásicos de la literatura española y biografías documentales.
Resulta un misterio no resuelto el por qué durante el franquismo
floreció un “cine negro” en España que dio lugar a tantas y tan buenas
producciones y que ensayaron casi todos los directores de primera fila de la
época en algún momento de sus carreras. En aquellos mismos años, El Caso
era la revista más vendida en España, a pesar de que la criminalidad era mucho
menor que en nuestros días. Quizás se debiera a que la sensación de seguridad
ciudadana que se vivía en aquel momento, la ignorancia de lo que era el delito,
hiciera que cuando se cometía uno, llamase inmediatamente la atención y el ciudadano
experimentara una necesidad imperiosa de saber algo más sobre delitos, víctimas
y delincuentes. Además, la censura no solía poner problemas a este género: en
esta cinta, por ejemplo, las “buenas costumbres” resultan vulneradas. Una
protagonista comparte relaciones con un policía y con la víctima, otra mantiene
relaciones con el escritor de espaldas a su padre y sabiendo que éste practica
lo que hoy se llamaría el “poliamor”. La única exigencia para que la censura
diera su visto bueno, era que la regla de que “el delito no paga”, fuera
respetada. Aquí, se terminaba por identificar el origen del disparo. La
justicia vence al crimen. Tal era el mensaje de fondo de todo el género negro
español de la época.
Otros enlaces:
Biografía
de César Fernández Ardavín
Lazarillo
de Tormes: variantes de la técnica narrativa de la novela al cine – Luisa Shu Ying Chang
El
cartel de cine en España a través de sus creadores – Roberto Sánchez López
La
noche se mueve – La adaptación en el cine del tardofranquismo – José A. Pérez Bowie
La
dirección de fotografía en el cine español (1940-1960) – Elena Vaquero Izquierdo
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