YA VIENE EL CORTEJO (1939) – Una Victoria medievalizante
Carlos Arévalo dirigió este corto documental basado en un poema de Rubén Darío. Las imágenes tratan de transmitir la idea de que la victoria de las tropas de Franco era la conclusión lógica de anteriores períodos de nuestra historia. Los versos de Rubén Darío, recitados por Juan de Orduña se superponen a imágenes que confirman en esa idea.
FICHA
TÍTULO: Ya viene el cortejo
AÑO: 1939
DURACIÓN: 12 minutos
DIRECTOR: Carlos Arévalo
GÉNERO: Documental
SUBGÉNERO: Patriótico
PRODUCTORA: CIFESA
ARGUMENTO: Carlos Arévalo dirigió este
corto documental basado en un poema de Rubén Darío. Las imágenes tratan de
transmitir la idea de que la victoria de las tropas de Franco era la conclusión
lógica de anteriores períodos de nuestra historia. Los versos de Rubén Darío,
recitados por Juan de Orduña se superponen a imágenes que confirman en esa idea.
ACTORES: documental. Voz de Juan de Orduña.
LO MEJOR: consigue transmitir el
entusiasmo y el espíritu que reinaba en España entre los vencedores en la
segunda mitad de 1939
LO PEOR: excesivamente retórica y
exaltada, con poca relación entre las imágenes de la primera parte y las que
acompañan al poema de Darío.
CÓMO VERLA: Existe una versión de escasa
calidad en youTube: LINK
CLIPS
CLIP 1 – Créditos de introducción que
marcan la línea por la que va a discurrir el documental.
CLIP 2 – Júbilo por el estallido de la
primavera y olas de banderas victoriosas.
CLIP 3 – Poema de Darío declamado por
Juan de Orduña
Lo menos que puede decirse sobre YA VIENE EL CORTEJO
En 1895, el nicaragüense Rubén Darío
compuso el poema Marcha Triunfal, repleto de figuras literarias (anáforas,
exclamaciones retóricas, sinonimias, aliteraciones, metáforas, etc.).
Considerado como el máximo representante del modernismo literario en lengua
española, es, sin duda, el poeta que mayor impacto y trascendencia ha tenido en
el siglo XX en la literatura en lengua española hasta el punto de ser llamado
“príncipe de las letras castellanas”. En sus Cantos de Vida y Esperanza,
y, más concretamente, en su poema A Roosevelt, expresó la resistencia
del mundo hispano a la colonización anglosajona.
Carlos Arévalo fue encargado por el
Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de elaborar un documental alegórico
sobre la Victoria contra las fuerzas republicanas. Aprovechando el poema de
Rubén Darío, Arévalo compuso una pieza de apenas doce minutos con dos partes
perfectamente diferenciadas: en la primera, tras los créditos, aparecen
distintas escenas que remiten siempre a la primavera, al renacimiento y a la
alegría de la naturaleza después del invierno. En una segunda parte que empieza
con un bosque de brazos en alto y con tomas del desfile de la Victoria
celebrado en Madrid el 19 de mayo de 1939, el actor y, posteriormente, director
de culto del franquismo para películas de “cine histórico”, Juan de Orduña,
presta la voz para declamar el poema de Darío que es acompañado en todo momento
por imágenes con alguna relación simbólica con el texto.
La idea que pretende transmitir el
documental es medievalizante: la historia reciente de España y la victoria de
las fuerzas nacionales sobre las republicanas, no es más que una reiteración de
la historia con la que culminó el medievo en nuestro país, la obra de
unificación operada por los Reyes Católicos.
Sobre esta idea, se construyen las
imágenes y el mensaje.
La película se estrenó el 24 de mayo de
1940 en el Palacio de la Prensa de Madrid y se mantuvo en cartel hasta final de
año. En los primeros tiempos de la Televisión Española, hacia 1955 o 1956,
cuando el ente se movía con un presupuesto y unos medios técnicos muy escasos,
fue retransmitido de nuevo en varias ocasiones, siempre en aniversarios del 18 de
julio.
Se trató de la primera cinta realizada
por Carlos Arévalo (que, posteriormente, filmaría otras películas
representativas de esa época: Harka (1941) o Rojo y Negro (1942).
Arévalo estaba identificado con los ideales de Falange Española, a cuya organización
había pertenecido su hermano que, junto con su padre, fueron fusilados por los
republicanos durante la guerra. Este drama familiar fue lo que le convenció
para ingresar en la “quinta columna” que operó en la retaguardia republicana y
que luego constituyó la temática de su obra más polémica, Rojo y Negro
(1942). Escultor de profesión, aunque enamorado del cine, terminó por aborrecer
la profesión y volver a sus mármoles y cinceles, abandonando su carrera como
director. Sus escasos trabajos, que comenzaron, precisamente, con este
documental y terminaron en 1960, con su última película (Un americano en
Toledo [1960], una comedia romántica), encierran la obra de un director
exigente, artesanal y capaz de realizar trabajos imaginativos y magistrales
(como Rojo y Negro) que no pudo soportar las tensiones propias de la
industria del cine y de las peculiares psicologías de sus miembros.
Otros enlaces:
Biografía
de Rubén Darío (Instituto Cervantes)
Rubén
Darío y su obra (Cervantes Virtual)
“Ya
viene el cortejo” (Juan Manuel Cepeda – La razón de Proa)
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