FAUSTINA (1957) – La película que valió a Sáenz de Heredia la acusación de “antisemita”
Es una película extraña y sorprendente, con toques de humor
imprevistos y que hay que captar al vuelo. Está basado en la novela de Goethe, El
doctor Fausto. Sólo que aquí, quien vende su alma al diablo no es Fausto,
sino una mujer, Faustina. Entre muestras de ingenio y gags, un elemento resulta
sorprendente: el símbolo del diablo es la estrella de David, el símbolo de
Israel y no, como hubiera sido habitual, la estrella de cinco puntas invertida…
Este elemento, que aparece en varios momentos de la cinta, le ha valido a su
director la acusación de “antisemitismo”.
FICHA
TITULO: Faustina
AÑO: 1957
DURACIÓN: 101 minutos
DIRECTOR: José Luis Sáenz de Heredia
GÉNERO: Comedia
SUBGÉNERO: Surrealista
ARGUMENTO: Un diablo de a pie, es
enviado a la Tierra por su jefe, Mefistófeles, para una misión poco importante.
Es su primera misión y se trata de comprar el alma de una anciana que quiere
volver a tener 25 años. La anciana en cuestión, Faustina, resulta ser una
antigua conocida de este diablo, por cual de la que debió suicidar y acabó en
el infierno. A partir de aquí se desarrollan divertidas situaciones en las que
Faustina, va ascendiendo en la escala social y cumpliendo su sueño de ser “princera”.
ACTORES: Fernando Fernán Gómez,
María Félix, Juan de Landa, Guillermo Marín, Elisa Montés, Santiago Ontañón,
Fernando Rey, Conrado San Martín, Rafael Bardem, Francisco Bernal, Tomás
Blanco, Xan das Bolas, Ricardo Canales, Antonio Casas, Ramón Elías, Ramón
Giner, Manuel Guitián, Ramón Guitián, Miguel Gómez, José Isbert, Tony Leblanc,
Julio Sanjuán, Matilde Muñoz Sampedro, Erasmo Pascual, Santiago Rivero, Joaquín
Roa, José Luis Sáenz de Heredia, Aníbal Vela, Ángel Álvarez, Pablo Álvarez
Rubio
CLIPS
CLIP 1 – UN ENCUENTRO INESPERADO EN LA ANTESALA DEL INFIERNO
CLIP 2 – EN LAS CALDERAS DEL INFIERNO, MEFISTÓFELES ENCARGA UNA MISIÓN A MOGÓN.
CLIP 3 – EL RITUAL "ABRAKADABRANTE" CON LA ESTRELLA DE DAVID
CLIP 4 – CUANDO EL DIABLO MOGON RECONOCE A FAUSTINA...
CLIP 5 – EL PRIMER GRAN TRIUNFO DE FAUSTINA EN EL CABARET
CLIP 6 – EL PRINCIPE QUE RENUNCIA A SU MATRIMONIO CON FEDERICA Y SE ENTREGA A FAUSTINA
CLIP 7 – EL FUTURO "DON CICUTA" TAMBIÉN ERA UN DIABLO. LOS PLANES DIABÓLICOS MUNDIALISTAS
CLIP 8 – LA LLEGADA DE MEFISTÓFELES
CLIP 9 – EL SACERDOTE Y EL DEMONIO (O EL INIMITABLE PEPE YSBERT)
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
La forma más directa es a través de youTube: FAUSTINA
También puede bajarse a través de eMule en el siguiente enlace: FAUSTINA
Puede comprarse en DVD: FAUSTINA
Lo menos que puede
decirse sobre FAUSTINA
Tras filmar Raza, José Luis Sáenz de
Heredia, firmó un contrato con Serafín Ballesteros S. A. por cuatro años para
rodar una serie de películas. La única condición puesta por el director, es que
el contrato entrara en vigor unos meses después de su firma, dado que la
promoción de Raza le estaba absorbiendo y, además, estaba guionizando
una revista pensada parala vedette Celia Gámez que terminó estrenándose, en
efecto, poco después, con un singular éxito de público. La revista llevaba el
nombre de Si Fausto fuera Faustina. Después de rodar El destino se
disculpa (1945) que fue un éxito de taquilla, pero inferior al esperado por
el promotor Ballesteros, Sáenz de Heredia se hará cargo de Bambú (1945)
una fantasía colonial que se desarrolla en Cuba con mujer fatal incluida, a la
que él mismo calificó de «obligación contractual», «catástrofe» y «horrorosa
birria». Más éxito tendrá Mariona Rebull (1947) y las dos películas que
filmará en 1948: Las aguas bajan negras y La mies es mucha. Irán
pasando los años con películas discretas, hasta que llegue Historias
de la Radio (1955), que supondrá el éxito que le encumbrará hasta
el cénit de su carrera, tras la cual retomará su proyecto casi olvidado de trasladar
aquella revista que escribió en 1942 y que siempre había querido llevar al cine:
Faustina. El éxito de Historias de la Radio es lo que le
permitirá abordar el nuevo proyecto.
Producida por Suevia Films, la empresa de
Cesáreo González, tendría éxito entre público y crítica hasta el punto de que
fue presentada en competición en el Festival Internacional de Cine de Cannes y
recibió el premio del Sindicato Nacional del Espectáculo al mejor director.
Rodada en color, la película reúne a un grupo de actores nacionales de primera
fila (Fernán Gómez, Fernando Rey, Pepe Ysbert, Tony Leblanc, Conrado San Martin,
Guillermo Marín), otros que irían ascendiendo en los años posteriores (Elisa Montés)
incluso a ilustres secundarios (Xan das Bolas), y a una estrella mexicana que
entonces gozaba de merecida fama por su rostro sereno, con una expresión malévola
y canalla, un cuerpo impresionante y unas dotes interpretativas que le
permitieron irrumpir en Hollywood y allí donde se lo propuso: María Félix.
Con este plantel y el mismo guion que había
utilizado para la revista de 1942, Sáenz de Heredia abordó la filmación de esta
película (la primera que rodó en color) que, a fin de cuentas, es una mezcla de
comedia surrealista, historia de amor y astracanada absurda.
La historia comienza con algo que no parece
tener mucha relación con el mito de Fausto. Una pareja (Fernando Rey y Elisa
Montés), novios, él espedeólogo, aprovechan el fin de semana para realizar una
excursión. Lo que ella no puede imaginar es que su novio pretenderá descender a
una cueva y animarla a que ella haga otro tanto. En el curso de estas subidas y
bajadas, y visto el desagrado que muestra ella por una excursión tan atípica,
él opta por bajar solo a la sima, estampándose contra el suelo. Mientras ella
acude en busca de ayuda, él, repuesto del batacazo, aprovecha para explorar la
cueva hasta ese momento inexplorada y que él cree haber sido el primero en
descubrir. Sáenz de Heredia, aprovecha para mostrar la riqueza de estalagmitas
y estalactitas, y las formas caprichosas que la naturaleza ha ido creando con
el paso del tiempo, hasta que, el espedéologo, bruscamente, se encuentra con
alguien que parece estar pescando. Se trata del diablo Mogón (Fernán Gómez) que
espera nuevas órdenes de su superior en el infierno, el mismísimo Mefistófeles.
Mogón, es un diablo de a pie, antes era un simple condenado, pero ascendió, su
jefe le encomendó su primera misión, pero quedó absolutamente descontento con
el resultado de su trabajo, así que, ahora, espera cuál va a ser su destino. En
la conversación entre ambos, Mogón aprovecha para contarle su peripecia.
Sus desgracias procedieron de su vida como
humano, cuando era oficial del ejército francés y una mujer, durante la Primera
Guerra Mundial, le convenció para que le entregara los planos de la defensa de
París. Descubierto, él optó por el suicidio con lo que fue a parar al infierno.
Allí consiguió destacar y ascender, pero la misión que le encargaron, quiso el
destino que volviera a ser su perdición. Encargado de realizar la compra del alma
de una mujer anciana a cambio de su juventud, tras hacer el ritual apropiado
(que traerá consecuencias para Sáenz de Heredia, como veremos), la anciana
resulta ser la misma mujer por la que años antes había ido a parar al infierno:
Faustina (María Félix).
Con su insultante juventud, Faustina solamente
tiene un proyecto en la cabeza: ser “princesa”. Pero esto no figura entre los
atributos de Mogón, así que no puede hacer nada por ella. Es más, intenta
obstaculizar su irresistible ascenso social que pronto le lleva a cortejar a un
príncipe (Guillermo Marín) de un ignoto país. Algunos de los subordinados del
príncipe, urden una conspiración para deshacerse de Faustina, encargando a uno
de sus hombres de confianza (Conrado San Martín), deshacerse de ella. Todo sale
al revés (y no me gustaría privar al espectador de ver por sí mismo estas
escenas), lo que obliga a Mefistófeles a hacerse cargo de la operación y
castigar a Mogón.
Hasta aquí la trama, como puede verse,
absolutamente surrealista y con unos toques de humor fino (en ocasiones tan
fino que hay que estar atentos para pillar al vuelo la ironía o el chiste). El
problema de esta película, vino porque, tanto Mogón en sus rituales para
comprar el alma de la protagonista y darle la renovada juventud, como
Mefistófeles, muestran siempre como distintivos “diabólicos”, la estrella de
David, entonces símbolo del Estado de Israel. Eso le ha valido al director el
figurar entre los “antisemitas” españoles.
Lo cierto es que vale la pena decir unas
palabras sobre esta cuestión. Es posible que así fuera. Sáenz de Heredia tenía
la cultura suficiente como para saber que el símbolo diabólico por excelencia
era la estrella de cinco puntas invertida. Tampoco podía ignorar que, en esos
momentos, la estrella de seis puntas era el “Sello de Salomón”, que aparecía
tanto en los rituales masónicos como en la bandera de Israel. Y no puede,
finalmente, desvincularse este hecho del momento en el que fue rodada la
película, el año 1957, cuando todavía se vivía el recuerdo de la tensión causa
el año anterior por la invasión anglo-francesa del Canal de Suez, en combinación
con el ejército del Estado de Israel que ocupó el Negev. No olvidemos,
igualmente, que Sáenz de Heredia había filmado trece años antes Raza,
película en la cual se alude en varias ocasiones a la “masonería” y, como
mínimo, debía de estar mínimamente informado de sus rituales y símbolos.
Tampoco podemos olvidar que en ¡A
mi la legion!, dirigida por Juan de Orduña, el malvado usurero
tiene los rasgos icónicos de un judío.
Que sepamos, no existen otros datos que avalen
este supuesto “antisemitismo” de Sáenz de Heredia, pero no podemos excluirlo
dado que, en aquel momento y hasta bien entrados los años 60, existió cierto antisemitismo
latente, de matiz religiosa, en nuestro país.
Vista en la actualidad, la película
(convenientemente restaurada con unos colores que remiten a los años 50) sigue “funcionando”.
Es un humor ingenuo, un humor, como hemos dicho, de “sal fina”, ni una palabra
malsonante, ni un gag desaprovechado, ni extremo alguno que hoy valiera la pena
rectificar. Ciertamente, el humor ha variado mucho desde entonces y hoy, todo
debe ser mucho menos sutil, y que, si una comedia no está construida a golpes
de “sal gruesa”, corre el riesgo de no hacer reír. Para apreciar algunas de las
ironías de la cinta, hay que tener en cuenta de dónde procede la inspiración:
del Fausto, un libro que en el bachillerato de los 50, era de lectura
obligada en las clases de literatura. El estudiante medio conocía su temática
(la venta de un alma a cambio de la juventud), sus personajes (la relación dialéctica
entre Fausto y Mefistófeles), a su autor (Goethe) y su época (el romanticismo
alemán). Hoy, dudo que muchos jóvenes pueden “pillar” las ironías realizadas en
torno a este elemento central de la película.
La idea es original, el desarrollo ágil y el guion
escrito con brillantez; las actuaciones, con una gran vis cómica y la
escenografía, impecable. La película es fácilmente accesible a través de youTube
y si se quiere “bajar” con más definición, existen varias versiones en eMule, o
simplemente, comprarse en DVD.
Otros enlaces:
Sáenz
de Heredia en el cine español de los años cuarenta – José Luis Castro de Paz.
Entrevista
a Fernando Fernán Gómez – Filmoteca Española
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