LA PAZ EMPIEZA NUNCA (1960) – León Klimovsky - Visión falangista de 1936 a 1952
Tardíamente, en 1960, un director de origen argentino, León
Klimovsky, recibe el encargo de CIFESA de llevar al cine la novela que acababa
de publicar Emilio Romero con este título: La paz empieza nunca. El
resultado fue una película de gran calidad, tanto en lo fílmico como en lo
argumental, en donde el protagonista es un joven falangista que se integra en
el partido antes de las elecciones de 1936, logra sobrevivir a su detención por
los republicanos, se integra en el ejército de Franco como Alférez Provisional,
vuelve a su trabajo llegada la paz, y termina infiltrándose en el maquis
asturiano. Una visión sobre la responsabilidad del patriotismo.
FICHA
TITULO: La paz empieza nunca
AÑO: 1960
DURACIÓN: 100 minutos
DIRECTOR: León Klimovsky
GÉNERO: Guerra Civil y Postguerra
ARGUMENTO: Un grupo de jóvenes
falangistas se ve diezmado por la guerra y los dos supervivientes se encuentran
acabado el conflicto. Ambos siguen defendiendo sus ideales y participan en las
manifestaciones a favor del régimen de Franco durante los años de aislamiento
internacional. Uno de ellos, recibe el encargo de colaborar en la
desarticulación del maquis de Asturias, aceptando la misión por patriotismo.
ACTORES: Adolfo Marsillach, Concha
Velasco, Carmen de Lirio, Carlos Casaravilla, Kanda Jaque, Antonio Casas, Jesús
Puente, Mara Laso, Mario Berriatúa, José Manuel Martín, Arturo López, Luana
Alcañiz, Manuel Alexandre, Nicolás Perchicot, Tomás Blanco, Fernando Sancho,
José Luis Heredia, Fernando Gaviria
CLIPS
CLIP 1 – "ESTE ES LÓPEZ, DE LA GENERACIÓN DEL 36...", INTRODUCCIÓN A LA PELÍCULA
CLIP 2 – PROPAGANDA FALANGISTA EN LA "CASA DEL PUEBLO"
CLIP 3 – LAS DUDAS DE LÓPEZ, ¿POR QUÉ SE MATA Y POR QUÉ SE MUERE?
CLIP 4 – EL 18 DE JULIO DE 1936 EN UNA PENSIÓN MADRILEÑA
CLIP 5 – EL PLACER DE VER A ADOLFO MARSILLACH CON CAMISA AZUL CON EL YUGO Y LAS FLECHAS
CLIP 6 – EL ASESINATO DE UN CAMARADA EN LA CASA DE CAMPO (REMEMORANDO0 EL ASESINATO DE JUAN CUELLAR)
CLIP 7 – PRELUDIO DE LA GUERRA CIVIL EN UN PUEBLO DE LA SIERRA MADRILEÑA
CLIP 8 – DOS CAMARADAS DE LA MISMA ESCUADRA DESPIDIÉNDOSE
CLIP 9 – ASI SE ASESINABA EN PARACUELLOS DEL JARAMA
CLIP 10 – EL REENCUENTRO DE LOS VIEJOS CAMARADAS EL DÍA DE LA VICTORIA
CLIP 11 – LA MANIFESTACIÓN EN LA PLAZA DE ORIENTE DEL 10 DE DICIEMBRE DE 1945
CLIP 12 – UNA NUEVA MISIÓN PARA LOPEZ: COMPATIR AL MAQUIS
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de eMule en el siguiente enlace: LA
PAZ EMPIEZA NUNCA
O bien a través HTML: <a href="ed2k://|file|Cine%20espa%C3%B1ol%20La%20paz%20empieza%20nunca%20Le%C3%B3n%20Klimovsky%20(1960).mp4|1242664607|CE3AD05F1D95F3334AC5757C061C9435|h=OKUB4SELIXDOLIIJ6ENNNG3SCN6MZNHC|/">Cine
español La paz empieza nunca León Klimovsky (1960).mp4</a>
Lo menos que puede
decirse sobre
La figura de Emilio Romero se hizo muy popular en la España de los
60 y de los 70. Fue uno de los grandes periodistas del régimen de Franco, en
donde ocupó también el cargo de Consejero del Movimiento por Ávila y Procurador
en Cortes. Pero su periplo periodístico le dio más fama, especialmente desde
que asumió entre 1952 y 1972 la dirección del diario Pueblo,
oficialmente órgano de los sindicatos verticales y que consiguió elevar a la
categoría del tercer diario más importante de España. Sus artículos estaban
ilustrados con un “gallo” y eran los más comentados en los corrillos políticos
de la época. Romero sobrevivió a la transición, fue de los franquistas que
aceptaron la evolución del régimen, aunque se mostró crítico con algunos
aspectos de la nueva situación, como lo había sido antes con determinados
aspectos del régimen. De lo que no cabe la menor duda fue de que se trató de un
periodista agudo, incisivo, y sus crónicas fueron muy leídas durante los años
de la transición, incluso hasta su muerte en 2003, por mucho que se le quisiera
implicar en los acontecimientos del 23-F.
Pero, además de ser periodista de raza, Romero tenía veleidades
literarias. Escribió distintas novelas, la primera de las cuales, La Paz
empieza nunca, recibió el Premio Planeta en 1957. Supo llevar a la creación
novelística el mismo estilo ágil, lineal, incisivo, que utilizaba en sus
“gallos”. Él mismo siguió considerándose falangista hasta su muerte, si bien su
visión de esta doctrina era muy especial. De hecho, tanto en la novela como en
la película que comentamos, esta visión está presente: el falangismo “quería
cambiarlo todo”, ese era su leit-motiv y con el que se identificaba Romero. Era
de aquellos que, en palabras de José Antonio, amaba a España porque no le
gustaba. Su sentido social aparece también en la novela, especialmente en la
primera parte.
Romero participó en la transformación de la novela en guion
cinematográfico y CIFESA fue la productora que asumió el proyecto y lo encargó
a un director de origen argentino que se había afincado en España, León
Klimowvsky. El resultado fue un thriller extraordinariamente bien realizado,
magníficamente interpretado, intenso en sus dos partes y que integra otros
géneros: el espionaje, el compromiso político, el romanticismo, la amistad, la
propia historia de España desde 1936 hasta principios de los años 50.
El argumento arranca en los días en los días previos a las
elecciones de febrero de 1936 que darían la victoria al Frente Popular. Un
grupo de cinco falangistas llega a un pueblo próximo a Madrid e inician la
distribución de panfletos en un local repleto de izquierdistas. Al salir son
tiroteados. En la escena siguiente, los mismos falangistas, con sus novias, son
tiroteados en el curso de una salida campestre. Para quien conoce la historia
de Falange Española, estos episodios resultan algo familiares. La primera
acción parece una traslación de la acción realizada por falangistas sevillanos
en Aznalcollar, donde trataron de repartir propaganda del partido, en mayo de
1935. En cuanto a la segunda, está inspirada en el asesinato del falangista
Juan Cuellar en los alrededores de Madrid el 10 de junio de 1934.
El más joven del grupo, “López”, interpretado por Adolfo
Marsillach, tiene sus dudas, no entiende porqué les tirotean otros que, a fin
de cuentas, buscan lo mismo: justicia. Su amigo, el jefe de la escuadra (papel
interpretado por Jesús Puente) le tranquiliza y le da las razones pertinentes.
Pero la proximidad de la guerra civil hace que el grupo deba dispersarse: uno
muere en la contienda, el otro logra escapar, pero perseguido por los tejados
de Madrid resulta finalmente asesinado. En cuanto a “López”, resulta detenido,
pero en el momento en el que iba a ser fusilado consigue escapar y, a pesar de resultar
herido, logra salvar la vida. Tras pasar a la Zona Nacional, “López” es
nombrado Alférez Provisional y participa en la batalla de Belchite hasta que,
finalmente, el 1º de abril de 1939, se derrumba el frente y las tropas de
Franco entran en Madrid. Intenta encontrar a los antiguos camaradas y gracias a
su antiguo jefe de escuadra, sabe el destino que han tenido. No tiene otra
ambición más que la de integrarse en su trabajo en el Ayuntamiento y formar una
familia. En las escenas siguientes participará en las manifestaciones
patrióticos que tuvieron lugar el 10 de diciembre de 1945, en el peor momento
del aislamiento internacional.
Han pasado los años, estamos en 1949: “López” se encuentra con su
antiguo jefe de escuadra convertido en uno de los puntales de la inteligencia
franquista. No se especifica para quién trabajo, ni en qué organismo, pero está
a cargo de la lucha contra el maquis y pide ayuda a su antiguo camarada.
“López”, después de varias dudas, acepta. Es entonces, cuando su amigo define a
los de su generación como hombres que están siempre en guardia contra los
enemigos de la patria y para los que “la paz empieza nunca”. A partir de aquí,
se inicia la segunda parte de la película que describe el proceso de la
operación de infiltración e interfiere con una vieja historia de amor entre el
protagonista y una novia que tuvo antes de la guerra que, a su vez, ahora
ejerce de chica de alterne en un garito frecuentado por el jefe de los maquis
asturianos (el genial actor uruguayo Carlos Casaravilla, sin duda, el mejor
“malo” que podía encontrarse en aquellos momentos).
La película tiene una carga política falangista especialmente en
la primera parte y supone una descripción de los acontecimientos históricos que
se sucedieron a lo largo de 12 años, a partir de 1936. Es una crónica
histórica, parcial, desde luego, pero no exenta de guiños hacia el otro lado y
de reconocimiento de que las dos Españas, a fin de cuentas, perseguía, por
caminos distintos una “España mejor”. Para llegar a ella, había que deshacerse
de quienes seguían aferrados a la idea de “destrucción”: o una “España roja” o
una “España rota”. Tal es el trasfondo de la película que puede considerarse,
después de Rojo
y Negro, como una película de “inspiración falangista”.
El grupo de actores que participaron en la cinta fueron
extraordinariamente populares en los años 60: Adolfo Marsillach empezó a partir
de entonces a multiplicar sus apariciones en
televisión, Concha Velasco, inicialmente a la sombra de Sáenz de Heredia,
se convirtió en una de las actrices más populares de la escena española cuya
trayectoria se ha prolongado hasta hace poco. Carmen de Lirio, fue una de las
vedettes más famosas del Paralelo en los años 60. Carlos Casaravilla, nacido en
Uruguay, fue un secundario de lujo, ejerciendo siempre papeles de
malo-malísimo, cínico, desvergonzado y, en ocasiones, seductor; actor de
carácter, dominaba distintos idiomas, lo que le permitió participar en
producciones extranjeras (El regreso de los siete magníficos, 1957).
Otro actor que realiza un trabajo excepcional es Arturo López, como militante
izquierdista antes de la guerra y general republicano durante el conflicto. Irreprochables,
incluso los últimos secundarios de la cinta.
Dos palabras solamente sobre el director, León Klimovsky. De
origen judío-ucraniano, era el menor de dos hermanos, uno de ellos, Gregorio,
es recordado como el gran epistemólogo argentino del siglo XX. León, después de
una discreta carrera en el cine argentino, adquirió experiencia y con ella
emigró a España en los años 50, sin centrarse en ningún género y cultivándolos
todos. A pesar de la calidad de la cinta, Klimovsky será recordado en el cine
español por cultivar el cine de terror (su cinta más conocida es La noche de
Walpurgis) y el spagheti-western, para desembocar, como otros muchos directores
de la época, en el cine de “destape”, todo lo cual ensombreció su carrera, pero
hoy es considerado como uno de los directores, español de adopción (falleció en
Madrid en 1996), con un mayor potencial dilapidado en la segunda mitad de los
60 con un cine “de explotación”.
Hoy sería definida como un “thriller” de aventuras con trasfondo
político. Conserva todavía interés, frescura, y supone un testimonio para las
nuevas generaciones.
Otros enlaces:
Descargar el libro de Emilio Romero en PDF: LA PAZ EMPIEZA NUNCA
Escenarios del cine histórico – V Congreso Internacional de
Historia y Cine – EL MAQUIS
A CONTRALUZ
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