EL CEBO (1958) –– Ladislao Vadja – Coproducciones de postguerra

Aquellas sí que eran co-producciones multilaterales… en plena “autarquía”. Aquí participaron actores y capitales suizos, alemanes y españoles. Si hemos decidido traerla aquí es porque pertenece a la “etapa española” de su director, el argentino Ladislao Vadja. Es una película que tuvo gran influencia en la historia del cine: medio siglo después, Sean Penn dirigió un remake de la misma que tuvo gran éxito. Algunos la han tildado como “última película expresionista”.

FICHA

TITULO: El Cebo (Es geschah am hellichten Tag

AÑO: 1958

DURACIÓN: 96 minutos

DIRECTOR: Ladislao Vadja

GÉNERO: policíaco

ARGUMENTO: El cadáver de una niña encontrado en el bosque da pie a una investigación en la que un anciano es, inicialmente, considerado culpable. Pero un comisario que está a punto de jubilarse inicia una investigación personal al recordar algunos detalles que podrían apuntar en una dirección muy diferente.

ACTORES: Heinz Rühmann, Sigfrit Steiner, Siegfried Lowitz, Michel Simon, Heinrich Gretler, Gert Fröbe, Berta Drews, Ewald Balser, María Rosa Salgado

 

CLIPS

CLIP 1 – CRÉDITOS. TAN INQUIETANTES COMO EL RESTO DE LA PELÍCULA


CLIP 2 – “HE ENCONTRADO UNA NIÑA MUERTA”


CLIP 3 – UN PEQUEÑO CADAVER EN EL BOSQUE


CLIP 4 – QUE DIFICIL ES INTERROGAR NIÑOS…


CLIP 5 – “SOLO USTED PUEDE DESCUBRIR LA VERDAD…”


CLIP 6 – EL JUBILADO QUE VUELVE A SU PUESTO DE TRABAJO


CLIP 7 – EL ASESINO DEBE HABER SEGUIDO ESTA RUTA…


CLIP 8 – EL ASESINO ANDA CERCA


CLIP 9 – UN ASESINO BAJO MUJER EMPODERADA


CLIP 10 – CRUZÁNDOSE CON EL ASESINO


CLIP 11 – UN CONSEJO: NO LE DIGA NUNCA A UN TARADO QUE ES UN TARADO


CLIP 12 – ESTÁ BIEN LO QUE TERMINA BIEN…



 

Carteles y programas

 

 

 

 

 


Cómo localizar la película

En FILMIN: EL CEBO

En FlixOlé: EL CEBO

En eMule: EL CEBO

 

Lo menos que puede decirse sobre EL CEBO

Lo que va de ayer hace 60 años a nuestros días queda implícito en esta película vista a más de medio siglo de su filmación: en 1958 se trataba, por todos los medios, de proteger a los niños. Yo crecí en ese ambiente. Mis padres cuidaban lo que leía (ellos mismos me proporcionaban buena literatura para jóvenes), y un “director espiritual” velaba por mi moralidad. Me sentía sobre protegido. Luego aprendí lo que era la vida. Pero considero que aquel sistema era el mejor para educar a los niños: protegerlos, sobre todo. Hoy, lo que se recomienda es que los niños piensen en sexo desde el primer día que entran en el cole. Ayer oí una youtuber norteamericana, quejándose de que a su hijo el primer día de entrada en el cole, con apenas cinco años, le habían preguntado con qué “pronombre” quería que se le tratara… En mis tiempos, los pronombres se aprendían a partir de los 10 y todos teníamos claro lo que éramos, niños o niñas y lo que queríamos ser, hombres o mujeres. Sin olvidar la gincana sexual de un ayuntamiento de la costa catalana para niños de 6 a 12 años. Hay tarados que están obsesionados con sexualizar a los niños que, por cierto, se sexualizan solos (aunque no quizás en la dirección que esperaban y ansiaban los adoctrinadores ¿o he de decir “pederastas adoctrinadores”?). No me digan que en este terreno hemos avanzado algo.

A lo que vamos, El Cebo nos muestra como un policía jubilado asume que un pederasta asesino no puede quedar suelto. Se fija en los detalles, en las declaraciones de otros niños amigos de la niña que ha aparecido asesinado al comiendo de la película, piensa, reflexiona, y establece un plan de captura. El premio de su jubilación no es comprarse un chaletito en el Levante español, sino poner fuera de circulación a un asesino. De esto va la película. Constructiva, porque termina bien: el asesino es localizado y muerto.

Esta película es hija de muchas leches. La mayoría de actores alemanes o suizos de habla germánica, el compositor de la banda sonora italiano, el director de origen húngaro, pasado por argentina y afincado en España, varios de los actores nacidos en la piel de toro, el autor del guion origen suizo, y la película premiada en varios festivales internacionales y en los Premios San Jorge. Participaron en la coproducción equipos alemanes, suizos y españoles (de Chamartín Producciones). No fue una película excesivamente cara: no hay ni efectos especiales, ni explosiones, ni siquiera grandes actores que descollaran en la escena internacional (Gert Fröbe todavía no había llegado a la fama como “Auric Goldfinger”), pero todos los recursos estuvieron tan bien aprovechados que se trata de una película antológica que, medio siglo después llamó la atención de Sean Penn el cual rodó, lo que podemos considerar un remake: El juramento (aunque también se proyectó en otros países iberoamericanos como Asesino oculto o Código de honor).

Lo cierto es que existen indudables diferencias entre las dos versiones basadas en a misma novela escrita en 1958 por el autor suizo Friedrich Dürrenmatt y titulada La promesa. En la versión cincuentera, como hemos dicho, todo termina bien: con el asesino muerto. No era eso lo que se narraba en la novela, pero si lo que Sean Penn recogió: el policía jubilado termina volviéndose loco y nunca, absolutamente nunca, logra detener al asesino. En 1958, se consideraba que una película en la que no hubiera un “happy end” con la muerte, o como mínimo la detención del criminal, suponía dar un mal ejemplo a la sociedad. Las cosas han cambiado y quizás por eso, el protagonista de la versión de 2001 es el histriónico Jack Nicholson, que borda los papeles de loco. El héroe de ayer, ha enloquecido cincuenta años después.

El Cebo es, sin duda, la película más celebrada de Vadja. En esa época, el director era una especie de trotamundos cinematográfico que tan pronto rodaba una película en Manhatan como se trasladaba a los Alpes suizos o a Baviera para filmar otra o rodaba en el País Vasco. Obsérvese: 1957, Un ángel pasó por Brooklyn; 1958, El cebo, ambientada en los Alpes suizos; 1959, Apenas un duende, rodada en las calles de una ciudad Bávara; 1960, María, matrícula de Bilbao… Por esas mechas, el director ya estaba próximo a los sesenta años y se sentía mayor. Rodaría hasta 1965, año en el que falleció rozando la sesentena, precisamente en Barcelona, rodando La Dama de Beirut protagonizada por Sara Montiel. Era un director clásico formado, de origen húngaro, pero formado en la escuela alemana. Había sido el guionista de La caja de Pandora (1929) de Georg Wilhelm Pabst. Se relacionó con Fritz Lang y con la escuela expresionista de que siempre le quedaría una estética que refleja perfectamente en El Cebo, en donde encontramos algunos elementos propios de la cinta expresionista M, el vampiro de Düsseldorf (1931) de Lang, pero también otros elementos casi extraídos del ciclo del Doctor Mabusse, en especial lo relativo al entorno en el que se mueve el asesino protagonizado por Gert Fröbe: locura, tensiones, instinto asesino, entorno enfermizo, crueldad y maldad elevada a la enésima potencia. Vamos, el retrato más exacto de la República de Weimar en la que floreció esa escuela.

Vale la pena recordar que El Cebo está considerada como una de las 50 mejores películas de la historia del género negro. Y eso se nota en que hoy puede verse y disfrutarse como se vio y se disfrutó en el año ya lejano de su estreno. Ha cambiado el mundo y ha cambiado “la hegemonía cultural” (ayer en manos de la moral tradicional y hoy en la de progres obsesos con la sexualización de la infancia y con la “corrección política”, especialmente vista desde la “perspectiva de género”), pero el buen cine y los mensajes imperecederos, se reconocen inmediatamente.

El protagonista es el “inspector Matthai”, interpretado por Heinz Rühmann, que inició su carrera en el cine mudo (1920) y la prolongó hasta 1993, falleció al año siguiente a la provecta edad de 92 años. En su biografía se destaca que “durante el período nazi” rodó 37 películas y dirigió 4. La política no le interesaba y jamás comentó nada ni a favor ni contra el régimen. Cuentan también que estaba casado con una judía, María Bernheim, de la que se divorció en 1938. Hubo quien dijo que se había divorciado por oportunismo y para poder situarse dentro de la cinematografía del régimen. Su ex posa salió en su defensa y alegó que el matrimonio estaba roto desde mucho antes. Lo sorprendente es que su segunda esposa, Hertha Feiler tenia un abuelo judío, sin que eso -al parecer- supusiera ningún obstáculo para que siguiera desarrollando su carrera bajo el Tercer Reich. Volvió a protagonizar películas, una vez acabada la guerra y su primera intervención fue en 1946. Hoy es uno de los actores fallecidos más conocidos y respetados, con lugar propio en la historia del cine alemán.

Mención especial merece María Rosa Salgado 1929-1995), actriz española olvidada en nuestros días, pero que fue una de las grandes bellezas de la postguerra, formada en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Después de filmar algunas películas en España, optó por establecerse en Hollywood, pero allí la suerte no le acompañó y, de regreso a España, se casó con el mataor Pepe Dominguín. Seleccionó los papeles y solamente accedió a interpretar aquellos que realmente tenían algún interés cinematográfico o humano, entre otros Balarrasa (1951), El negro que tenía el alma blanca (1951), La Señora de Fátima (1951), etc.

Hoy la película puede sorprender algo menos de lo que lo hizo en el momento de su estreno: estamos habituados a los “psico-killers”, pero justo es reconocer que El Cebo inauguró en la postguerra esta corriente (inspirada en grandísima medida en el expresionismo alemán). También por eso merece recordarse.

  

Otros enlaces:

“El Cebo” (1958), de Ladisao Vadja, cuando de hadas aleccionados para adultos y niños – José Rodríguez Terceño

El niño “en peligro” y otras piezas de lo real en El Cebo (1958) de Ladislao Vadja – Sarah Wrigh

Cine español años 50 – El Cebo – Universidad de Vigo








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