MUERTE AL AMANECER (1960) – José María Forn – EL NEGRO ESPAÑOL SEGUÍA EN LA CRESTA DE LA OLA
Peliculón sobre un viejo tema que, tratado por José Marría Forn
parece nuevo: el “falso culpable” acusado de un delito que no ha cometido y
empeñado en demostrar su inocencia frente a la policía y frente a la compañía
de seguros. Todo parece en contra de él, salvo la ciencia -hoy se le llamaría
“criminalística”- que, finalmente consigue establecer lo ocurrido
FICHA
TITULO: Muerte al amanecer
AÑO: 1960
DURACIÓN: 88 minutos
DIRECTOR: Josep María Forn
GÉNERO: Intriga
ARGUMENTO: Un hombre de posición
económica muy acomodada, aparece muerto. La policía sospecha que puede haber
sido asesinado por su hijastro al que localizan en un hotel de Sitges. Al
traerlo a Barcelona logra dar esquinazo a la policía. Por otra parte, un
ambicioso agente de seguros está empeñado en demostrar que el muerto ha sido
asesinado por el hijo para evitar pagar la póliza. El “falso culpable”
intentará demuestrar su inocencia.
ACTORES: Antonio Vilar, José María Rodero, Nadia Gray, Antonio Almorós, Pedro Porcel, Rafael Navarro, José María Caffarel, Vicente Solar, Howard Vernon
CLIPS
CLIP 1 – INTRODUCCIÓN Y CRÉDITOS EN EL GARRAF
CLIP 2 – LA ANGUSTIA DEL DETENIDO
CLIP 3 – LA FUGA DEL DETENIDO
CLIP 4 – LA TEORÍA DEL AMBICIOSO AGENTE DE SEGUROS
CLIP 5 – EL AGENTE DE SEGUROS SIGUE SU INVESTIGACIÓN
CLIP 6 – UNA CONFUSION DE FECHAS
CLIP 7 – Y MÁS CONFUSIÓN DE FECHAS
CLIP 8 – QUERIENDO ENCAJAR LAS PIEZAS A MARTILLAZOS
CLIP 9 – CUANDO TODO SE ACELERA
CLIP 10 – UN TESTIGO PRIVILEGIADO
CLIP 11 –LA PERSECUCIÓN FINAL O LA MUERTE DEL FALSO CULPABLE
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: MUERTE
AL AMANECER (EN FORMATO MKV)
EN FILMIN: MUERTE AL AMANECER
EN TOKIOVIDEO: MUERTE AL
AMANECER
Lo menos que puede
decirse sobre MUERTE AL AMANECER
No es una película “fácil” de ver. Es de esas cintas en las que
perder un detalle puede ser fatal e impedir entender cómo se llega al
desenlace. Eso, en principio, no es malo, especialmente porque José María Forn,
su director, consigue mantener el interés en la trama en todo momento y porque
los actores y la fotografía actúan con la brillantez suficiente como para que fijar
la mirada y la atención del espectador. Y aún hoy, más de sesenta años después
de haberse filmado no ha perdido nada de interés.
La película, además, tiene el atractivo de que está filmada en
parte entre Sitges, el Garraf, Castelldefels, Caldetas, Tarragona y Barcelona y
nos muestra estas zonas que, poco después, ya estarían invadidas por el
turismo, en un momento en el que se encontraban casi en su estado natural (si
bien Sitges se había convertido en uno de los puntales del turismo
internacional en España desde los años 20, cuando el escritor Santiago Rusiñol
decidió trasladar allí su taller y su vivienda. Apenas cinco años después,
aquellos pequeños hoteles, casi familiares, que vemos en las primeras escenas
de la película, se convirtieron en enormes edificios con cientos de
habitaciones.
La película trae a colación la imagen del “falso culpable”, un
mito cinematográfico, explotado por Fritz Lang (él mismo había experimentado
esa sensación al ser acusado injustamente de complicidad en la muerte de su primera
esposa). De hecho, la película se exhibió con otro título alternativo: El
inocente.
De la producción se encargó Teide, una empresa madrileña propiedad
de los hermanos Bué. Sin embargo, la filmación se realizó en Barcelona y los
interiores en los estudios de Iquino en el Paralelo. Los productores recibieron
un “crédito sindical” de 950.000 que devolvieron al Sindicato del Espectáculo
(qué tiempos aquellos en los que las subvenciones eran “créditos” pagados con
los dineros procedentes de sindicatos que recibían dinero, no del erario
público, sino de las actividades devengadas por el sector, en este caso por los
pagos de las licencias de exhibición de películas extranjeras) que, sumado a
sus propios fondos les permitió filmar una película más que digna, brillante en
algunos momentos y situada todavía en la cresta de la ola del “cine negro”
español (será hacia 1963 cuando la veta empiece a agotarse y asistamos a la
decadencia del género que, sin embargo, conseguirá todavía filmar algunas obras
maestras en esa década (Véase, A
tiro Limpio de Pérez Dolz en 1963).
La película plantea varios problemas. Uno es el que ya hemos
mencionado del “falso culpable”. El otro es el de lo que es capaz de hacer un
empleado ambicioso para ascender dentro de una empresa. Y también hay lugar
para mostrar, especialmente, en las escenas finales de la película, el daño que
puede llegar a hacer un policía que no está en perfectas condiciones físicas: o
se le escapan los detenidos y no los puede seguir, o, al no poder seguirlos,
tiende a dispararles en la distancia.
La película se inicia mostrándonos a un hombre angustiado en la
habitación de un hotel. Se trata de “Virgilio Delise” (Antonio Vilar), es el
hijastro de un multimillonario que ha aparecido muerto. Los indicios apuntan a
que es él quien lo ha matado. Dos policías llegan al hotel y lo detienen, no
ofrece resistencia, pero en el curso del trayecto hasta Barcelona, por las sinuosas
costas de Garraf, parece estar a punto de querer arrojarse al vacío. Incluso
los policías se preocupan por su estado de salud. Finalmente, cuando lleguen a
Barcelona, el detenido aprovechará para fugarse y dar el esquinazo a sus
perseguidores. Quiere demostrar su inocencia, pero incluso sus familiares más próximos
le niegan ayuda y le instan a que se entregue. Solamente encontrará comprensión
y apoyo en un amigo periodista. El problema de “Delise” es que, las tensiones
que ha atravesado en los últimos días, han generado amplias lagunas en sus
recuerdos y no está muy seguro de lo que ha hecho en el momento del crimen.
A este problema y a la persecución de la policía se une la acción
de un ambicioso agente de seguros, “Doria” (José María Rodero) que está
dispuesto a demostrar que “Delise” ha asesinado a su padrastro y, así, evitar
pagar la abultada póliza de seguros que había contratado el fallecido. “Doria”,
no es que falsifique pruebas, sino, más bien que interpreta los datos que va
encontrando en beneficio de su tesis. Cree que, si la compañía se evitar pagar
la abultada cantidad de la póliza suscrita, eso hará que ascienda a la central
de la compañía en Suiza. Su hermano, le advierte que siempre tendrá un puesto en
su empresa de transportes, pero la ambición de “Doria” le llevará a rechazar
cualquier oferta y a insistir, más allá de toda racionalidad en la culpabilidad
de “Delise”… a pesar de que los testimonios que va recabando confirman su
inocencia.
La película termina trágicamente. La policía logra establecer que el
padrastro era sometido a chantaje por una banda de delincuentes y consigue
localizarlo en el puerto de Tarragona. Es ahí en donde, confuso, al verse
acorralado y creer que a la policía le consta su culpabilidad, opta por huir, cayendo
víctima del disparo de un policía. El final es desesperanzador: los familiares
de “Delise” se sienten culpables por lo haberle prestado ayuda y por haber
creído en su culpabilidad. “Doria”, por su parte, ha asistido a la muerte de “Delise”,
angustiado, porque sabe que su obsesión por hacer recaer las sospechas sobre
él, lo alejarán del puesto que ambicionaba en la central de la compañía de
seguros.
Una buena película, con muchos más matices y personajes de los que
aquí hemos intentado resumir. Es una película entretenida, con misterio, bien
ligada, sin cabos sueltos, enormemente ágil y dinámica, con continuos cambios
de paisajes, urbanos, turísticos, playeros y de la que se conservan varias
copas en distintas filmotecas, que puede verse sin merma de calidad.
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