NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS (1974) – Jorge Grau– Zombis españoles en el Reino Unido

En muchos sentidos es una película histórica -por ejemplo, en número de títulos alternativos- que inaugura en España el género “de zombis”. Se trató de una co-producción hispano-italiana, dirigida por Jorge Grau con actores ingleses y actrices españolas, ambientada en Manchester pero rodada en cualquier sitio menos allí. A Grau le encargaron una “revisión” de La Noche de los Muertos Vivientes y construyó una película que hoy es de culto en los EEUU. Ah, se me olvidaba: introduce la temática ecológica, también por primera vez en el cine español.

FICHA

TITULO: No profanar el sueño de los muertos

AÑO: 1974

DURACIÓN: 93 minutos

DIRECTOR: Jorge Grau

GÉNERO: Terror-zombis

ARGUMENTO: El gobierno británico está realizando un experimento para acabar con las plagas de insectos, volviéndolos locos y logrando que se devoren unos a otros, pero lo que consigue es que los muertos recientes revivan. Una chica conoced casualmente a un anticuario, pero sus coches se averían en las inmediaciones de un pueblo y asisten en primera línea a la aparición de los zombis.

ACTORES: Arthur Kennedy, Cristina Galbó, Jeannine Mestre, Raymond Lovelock, Aldo Massasso, Giorgio Trestini, Roberto Posse, Jose Lifante, Gengher Gatti, Fernando Hilbeck

 

CLIPS

CLIP 1 – ERAN LOS VERDES AÑOS DEL “STREAKING” (SIN FEMEN) Y DE LAS “ROYAL ENFIELD”


CLIP 2 – UNA PAREJA MUY MAL AVENIDA, GEORGE Y EDNA (Y LOS “PROBLEMAS ECOLÓGICOS”)


CLIP 3 – UN EXPERIMENTO PARA ACABAR CON LAS PLAGAS.


CLIP 4 – AVISTAMIENTO DEL PRIMER ZOMBI


CLIP 5 – JEANINE LA TOXICÓMANA PERSEGUIDA POR UN ZOMBI


CLIP 6 – UN POLICÍA INQUISITIVO CHAPADO A LA ANTIGUA


CLIP 7 – EN LA MORGUE DEL HOSPITAL


CLIP 8 – RECONOCIENDO A MUERTOS EN EL CEMENTERIO


CLIP 9 – ACOSADOS POR LOS ZOMBIS EN LA CRIPTA DE LA IGLESIA


CLIP 10 – CRISTINA GALBO AL BORDE DEL ATAQUE DE NERVIOS


CLIP 11 – POLICIA POSITIVISTA Y TECNOLOGIA ZOMBI


CLIP 12 – AQUÍ NO SE SALVA NI DIOS (LA BUENA NOTICIA ES QUE LOS MUERTOS VUELVEN COMO ZOMBIS)


 

Carteles y programas

 

 


 

 


Cómo localizar la película

En eMule: NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS

El FlixOlé: NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS

 

Lo menos que puede decirse sobre NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS

Película freaky para unos, peliculón para otros y, en EEUU, película de culto, imprescindible, en cualquier caso, para todos los amantes de los Zombis. La película está matriculada en Italia, se filmó en el Reino Unido, pero la consideramos “patrimonio nacional irrenunciable” al estar firmada por Jorge Grau e interpretada por actrices españolas en sus roles femeninos y por rostros de reparto bien conocido en nuestro país. Además, parte del dinero venía de España y en el guion había participado de manera preferente Juan Cobos. Así que, para nosotros no hay duda: se trata de una película con ADN carpetovetónico.

Como hemos dicho, en los EEUU hace décadas alcanzó el merecido título de “película de culto”. Tuvo interés en España, cuyo público siempre era condescendiente con el Género B de terror, especialmente en aquellos últimos años del franquismo y primeros de la transición, en los que descolló la figura de Paul Naschy y su clientela de monstruos; León Klimovsky había derivado también en esa dirección y Jesús Franco alternaba esta temática con el destape puro y duro fronterizo con el cine X, aprovechando las curvas de su compañera Lina Romay. Muerto Franco, el terror cinematográfico que sorprendió menos que el terrorismo político que se iniciaba a partir de ese momento y que duraría hasta anteayer.

A esta película le cabe el honor de figurar en el Guinnes de los Records cinematográficos como una de las que han tenido más títulos diferentes en distintos idiomas. De hecho No profanar el sueño de los muertos y su traducción italiana, Non profanare il sonno del morti, son los originales. Pero las distribuidoras colocaron otros muchos a medida que iban haciendo circular la cinta. Incluso en nuestros días aparece algún nombre nuevo. Algunos ejemplos, no exhaustivos: Let the Sleeping Corpses Lie, Living Dead at Manchester Morgue, ¡ The Living Dead at Manchester Morgue, Don't Open the Window, Da dove vieni?, The Living Dead, Breakfast at the Manchester Morgue, Breakfast With the Dead, Brunch with the Dead, Weekend per i morti, Weekend with the Dead, Invasion der Zombies, Das Leichenhaus der lebenden Toten, Levende Doden in het Lijkenhuis, Massacre des Morts-Vivants, Dejen que los muertos duerman, Zombi 3 - Da dove vieni? La película se sitúa en el puesto 23 del ranking de cintas sobre zombis. Personalmente, la colocaría dentro de las diez primeras y, no sólo por patriotismo, sino porque Grau procuró -y consiguió- realizar un producto diferente, muy superior a las manidas escenas de muertos vivientes tambaleándose por pueblos, ciudades, incluso por naves extraterrestres.

Jorge Grau, cuando rodó esta cinta había aquilatado suficiente experiencia como para que las productoras Flaminia y Star Films SA, no se arrepintieran. Había tenido un buen maestro: José Luis Sáenz de Heredia al que secundó como ayudante de dirección en Diez fusiles esperan (1959). Rodó su primera película en 1962: Una noche de verano. A partir de ahí contó con medios suficientes para rodar películas de muy distintos géneros: Acteón (1967) es un film experimental y Tuset Street, pura frivolidad. Alternaba bien películas románticas con el terror. Estaba bien relacionado con la cinematografía italiana (había ejercido de ayudante con Sergio Leone y con Riccardo Freda. En 1973 rodaría Ceremonia sangrienta y, a la vista del resultado, los productores le encargaron esta revisión de La noche de los muertos vivientes que todavía coleaba en los cines de restreno. Grau accedió a lidiar el toro: preparó un guion que luego depuró y corrigió Juan Cobos (siendo refinado por dos italianos).

La historia tiene su aquel: “Edna” parece una buena chica, pero no es una Fitipaldi de la conducción. En una gasolinera, literalmente, aplasta la moto de “George” que precisaba ir a entregar un pedido de su tienda de antigüedades. “George”, a diferencia de “Edna”, es un tipo de desenfada, pelo largo, vestido informal, un “hippy” para el punto de vista conservador. Acuerdan que en el Mini de ella irán primera a la casa de la hermana de “Edna” y “George” seguirá luego para ver a su cliente y regresará para devolverle el coche. Las cosas se tuercen desde el momento en el que el Mini se detiene en un campo para preguntar la dirección: mientras se la indicar a “George” (que ve una extraña máquina destinada a acabar con plagas, convirtiendo a los insectos en caníbales de otros insectos), “Edna” se queda sola y alguien intenta agredirla: se trata de un individuo alto, macilento, con aspecto de mendigo, poco tranquilizador en cualquier caso. La policía no termina de creer la versión de “Edna” y el inspector, incluso, desconfía del aspecto jipioso de “George”… Pero al llegar a la casa de la hermana de “Edna” las cosas se complican aún más: “Katie” es toxicómana y en uno de sus delirios de abstinencia ve también al mismo sujeto que intentó atacar a su hermana. El inspector se sorprende de ver a la pareja de nuevo, y no alberga la menor duda de que “George” está tras la agresión (a fin de cuentas, dice, los “hippis” hacen el amor como conejos).

Llegará un momento en el que, tras ingresar en el hospital a “Katie”, “George” se convencerá de que se trata de muertos que, por algún motivo, regresan a la vida, al poco de expirar. No se le ocurre mejor explicación que atribuir al experimento antiplagas del gobierno la responsabilidad de lo ocurrido. Pero es la voz que clama en el desierto. Las cosas se irán complicando hasta el desenlace final. La moraleja -si es que puede hablarse de moraleja- es que morirse no supone un gran problema, porque, poco después, despertarás y tendrás una vida casi tan plana como antes de morir.

La película es pesimista. No hay salida: todos, antes o después, seremos “zombificados”. Quizás ya lo seamos. No es que Grau fuera explícito en este aspecto, es que es la consecuencia más directa a la que nos llevan las imágenes de la cinta. Por otra parte, no hay que olvidar el contexto en el que se filmó: la juventud universitaria, marxistizada en gran medida, conocía las obras de Herbert Marcuse sobre la “industria cultural” y la teoría de la alienación según Freuerbach que incorporó Marx a su corpus doctrinal, así que le resultaba fácil interpretar esta cinta en clave metafórica: todos estamos muertos, el sistema capitalista nos ha matado, por eso no importa si estamos vivos o muertos. Siempre volvemos con el encefalograma plano a ocupar un lugar en la sociedad y en el “proceso de producción capitalista”. Era el espíritu de los 60 que tuvo su prolongación en España durante el tardofranquismo. Es significativo que Grau, aprovechara las primeras escenas para colocar la imagen de un “streaking” que sintetizaba el “zeitgeist” de aquellos años: a diferencia de las FEMEN de nuestros días, las practicantes del “streaking” querían aportar una nota de libertad y color, de alegría y sexualidad: utilizaban la desnudez de su cuerpo para alegrar la vida, incluso cuando protestasen. Nada que ver con las FEMEN de nuestros días, empeñadas en realizar “chous” en los que la cólera, la agresividad y el odio las acompañan allí donde van.

Los papeles masculinos protagonistas corresponden a actores extranjeros. Ray Lovelock es “George”. Se trata de un actor italiano que trabajó en algunas películas en los 70 y cuyo rastro se olvidó. Mucho más amplio es el historial de Arthur Kennedy, “el inspector”: rostro cortado a hachazos, extraordinariamente expresivo, duro, especializado en papeles “de carácter”. La suya es, junto a la de Cristina Galbó, la mejor interpretación de la película. La Galbó asume el papel de “Edna”. Apareció por primera vez en una película a los 8 años El hincha (1958) y se retiró en 1988, estableciéndose en California y dedicándose a enseñar y bailar flamenco. Su rostro es particularmente expresivo y adaptado para películas de suspense y terror. Su rostro se había hecho extraordinariamente popular desde que rodó en 1969 La residencia con Chicho Ibáñez Serrador. También aparece, Jeanine Mestre, actriz que siempre se ha prodigado poco en el cine, siendo las tablas del teatro su hogar artístico. Se trata de otro rostro que, hablaba por sí mismo. En la cita de Grau ejerce como hermana de la protagonista y toxicómana. También son reconocibles como secundarios, rostros de actores españoles muy habituales en la época y que, en buena medida, se prodigaban en el spagheti-western: José Lifante, Fernando Hilbeck y varios más. Buena parte del éxito de esta película se debe, precisamente, al casting y a las interpretaciones.

La película fue premiada en el Festival de Sitges de 1974, como “mejor película” y Cristiana Galbó se llevó también el premio a la “mejor actriz”. Grau, por supuesto, tuvo su lugar en el podio, como “mejor director” y, además, en la 30ª edición de los premios del Círculo de Escritores Ciematográficos, se llevó también el premio principal.

La película fue bien acogida por el público. Mucho mejor crítica tuvo en el extranjero que en nuestro país en donde Fotogramas intentó, literalmente, hundirla. Pero, con los años, ha ido ganando puntos y, como hemos dicho, ha terminado siendo una “película de culto”. A diferencia de otras cintas de zombis que producen carcajadas entre los espectadores, más predispuestos a la broma que a pillar las sutiles metáforas tecnológicas y sociológicas de la cinta, aquí el equilibrio entre “presencia zombi” y “ejercicio del terror”, se muestra particularmente efectivo: no es el número de zombis, ni su reiteración en las escenas, lo que genera el terror, sino lo inesperado de su irrupción. Es por eso que, como antes hemos dicho, esta película debe considerarse como una de las 10 mejores del género.

 

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