LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA (1962) – Julio Diamante – El querer demostrar la maldad de la censura

Diamante, en sus casi 90 años de vida (murió en 2020), filmó apenas nueve películas. A pesar de militar desde 1950 en el Partido Comunista de España (junto a Enrique Múgica y Jorge Semprún), trabajó para televisión española en los últimos años del franquismo y sus mejores películas fueron rodadas en esa época. Entre 1976 y 2012, no volvió a filmar y su última producción fue un documental con entrevistas personajes, mayoritariamente de izquierdas, que tuvieron protagonismo durante el franquismo.

FICHA

TITULO: Los que no fuimos a la guerra

AÑO: 1962

DURACIÓN: 99 minutos

DIRECTOR: Julio Diamante

GÉNERO: Tragicomedia

ARGUMENTO: Durante la Primera Guerra Mundial, en un pueblo ficticio, Iberina, existe una fractura vertical entre “germanófilos” y “francófilos”. Un joven intenta ganarse la vida y casarse con su novia. Sin embargo, entre su amigo gorrón y las luchas entre las dos opciones bélicas, no logra levantar cabeza. Solamente al cabo de 50 años, ambos volverán a encontrarse

ACTORES: Laura Valenzuela, Agustín González, Juanjo Menéndez, José Isbert, Ismael Merlo, Julia Caba Alba, Félix Fernández, Gracita Morales, Erasmo Pascual, Sergio Mendizabal, Antonio Gandía, Ángel Álvarez, Xan das Bolas, María Luisa Ponte, Julia Delgado Caro, Total Alba, Francisco Merino, Santiago Rivero, Emilio Fornet, María Jesús Lara,

 

 

CLIPS

CLIP 1 – UN ANCIANO SALE DE UN CINE Y RECUERDA. CRÉDITOS



CLIP 2 – IBERINA Y SUS DOS TERTULIAS



CLIP 3 – LA GUAPA DEL PUEBLO, EL NOVIETE SU PADRE Y EL AMIGO INTEMPERANTE



CLIP 4 – DOS VERSIONES, GERMANOFILA Y FRANCOFILA, DEL MISMO DOCUMENTAL



CLIP 5 – UN DESPIDO, UNA HISTORIA EDIFICANTE, UN PONS ARRIESGADO Y UN AMOR DIFICIL



CLIP 6 – PONS SE VA AL FRENTE



CLIP 7 – ENCUENTRO CON PONS, CON UNA ANTIGUA AMIGA Y SALIDA POR LA VENTANA



CLIP 8 – UN BUEN EMPLEO EN UN BUEN BANCO



CLIP 9 – EL AMIGO Y LA TENTACIÓN DEL JUEGO



CLIP 10 – HAY UN ESPIA EXTRANJERO EN IBERINA



CLIP 11 – SUEÑOS Y FRUSTRACIONES



CLIP 12 – REENCUENTRO CINCUENTA AÑOS DESPUÉS


 

 

Carteles y programas

 


 


Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA (formato MKV)

En Tokyo Video: LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA

En YouTube: LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA

En FlixOlé: LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA

 

Lo menos que puede decirse sobre LOS QUE NO FUIMOS A LA GUERRA

Los directores de cine, especialmente si son de izquierdas, disfrutan comentando las dificultades que encontraban sus películas para poder exhibirse durante el franquismo. Julio Diamante no será una excepción, sino la confirmación de la regla con esta película, bastante inofensiva en todos los sentidos, pero que se filmó en 1962 y solamente se pudo proyectar en España 3 años después. Fue el primer largometraje de Diamante, filmada cuando llevaba ya unos años militando en el clandestino Partido Comunista de España. Y, sin embargo, el relato en el que se basaba la novela no era sospecho de ser de izquierdas. Lo había escrito Wenceslao Fernández Florez, un hombres de derechas extremas que salvó la vida en la guerra civil gracias a refugiarse aprisa y corriendo en la Embajada de la República Argentina en Madrid y luego en la de Holanda. Fernández Florez era cualquier cosa, menos izquierdista. Era un hombre de calidad moral que no dudó en declarar a favor de Julián Zugazagoitia en 1941, reconociendo que era el político republicano gracias al que consiguió salir de España. Muchas de sus novelas fueron llevadas al cine en los años de la postguerra: El Capitán Veneno con Luis Marquina, El hombre que se quiso matar con Rafael Gil, El destino se disculpa con Sáenz de Heredia, o Huella de luz en 1943. Una adaptación literaria de este autor no sería, en ningún caso, sospechoso de “desafección”. En realidad, a pesar de que Diamante argumentara que la versión original de la película tenía 25 minutos, lo que llevaría a dos horas de proyección, lo cierto es que la mayoría de cintas de aquellos años solían tener un máximo de 100 minutos. Por lo demás, la trama se sitúa en 1914-18 y ni siquiera en España. El título es, pues, equívoco y, hasta cierto punto, oportunista: al verlo, el espectador pensaba que se aludía a la “guerra de España”, cuando en realidad, la acción transcurre durante la Primera Guerra Mundial y no se alude en ningún momento a España, ni siquiera a las pasiones desatadas durante la Segunda Guerra Mundial. Políticamente, es aséptica hasta las trancas.

Es cierto que Diamante había sido simpatizante del PCE entre 1948 y 1952, como también es cierto que realizó un mayor activismo político en su tránsito por el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, integrándose en el PCE en 1955. Fue detenido en tres ocasiones terminando en la última en la prisión de Carabanchel. Tras concluir sus estudios en 1960, filmó un mediometraje documental (Velázquez y lo velazqueño) y empezó a trabajar en la película que nos ocupa.

Querer ver en esta película una sátira sobre la España franquista, parece, en cualquier caso, desmesurado, especialmente, porque la novela, escrita antes de la Guerra Civil, es reproducida muy fielmente, incluso en frases completas. En el fondo es la historia de un amor imposible, el de “Javier” y “Aurora”, o lo que es lo mismo, entre un juvenil y con una rebosante mata de pelo, Agustin González, y una rotunda Laura Valenzuela. Diamante se escudó en que operó un cambio de fechas: sitúa la primera y la última escena en los años posteriores a la Guerra Civil, mientras que Fernández Florez lo había hecho en 1930… Eso es todo. Eso y una frase que fue suprimida: “Y luego vino la otra guerra que todavía fue peor”, frase que aunque se hubiera mantenido en la cinta, parecía lógico que el espectador vinculara a la Segunda Guerra Mundial (que, efectivamente, fue peor que la Primera y, muchísimo peor que la Guerra Civil). Ni la primera escena, ni la última, figuraban en la novela original, pero tenían sentido en una adaptación cinematográfica. Por otra parte, el propio Diamante declaró que no fue la censura, sino la productora, Saroya, la que operó estos cortes.

La Dirección General de Cinematografía emitió una nota en la que decía: “Tal y como se autorizó su rodaje, la película no tiene nada de simbólica. Es la simple adaptación de una conocida novela cuya acción se centra en los años 1914 y siguientes, pero sin actualización ni correlación alguna con la última Guerra Mundial y mucho menos con nuestra Guerra Civil […] por su desarrollo argumental no existían razones de censura de suficiente importancia que justificasen la prohibición del guion”.

La película fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1962, como única película representante de España y fue muy bien acogida. Sin embargo, en España, la crítica le fue hostil y se entrenó en 1965, encontrando cierto eco entre los espectadores. La película, por mucho que se empeñase Diamante y la crítica de izquierdas, es inofensiva, y las alegaciones del director sobre las fechas y lo que pretendía tienen poca solidez. Ahora bien, es mucho más probable que la censura, a la vista del pasado militante en el PCE de Diamante, obstaculizara retrasara al máximo la autorización para su exhibición. Eso es todo.

¿De qué va la película? Es, simplemente, una historia de amor frustrada, sobre el trasfondo de cómo se vivió la Primera Guerra Mundial en España. Hubo “aliadófilos” y “germanófilos”. Hubo polémicas entre ambos y hubo, incluso, españoles que fueron a combatir con los franceses (especialmente catalanes). Hubo encono entre los dos bandos y estrategas de casino para cada opción. La trama nos muestra todo esto en “Iberina”, un pueblo ficticio del que no se dan muchos datos para que pueda ubicarse en el plano. “Aurora” (Laura Valenzuela) y “Javier” (Agustín González) están enamorados, pero sus padres militan en campos políticos opuestos, uno es “germanófilo” y el otro “francófilo”. Pere Isbert, “Don Arístides” es el jefe de fila de los germanófilos, tiene militarizada a la juventud del pueblo en su tropa de boy-scouts. “Javier” tiene un amigo del alma, “Aguilera” (Juanjo Menéndez) un don nadie, buscapleitos, con alma de inventor, que siempre será para él una influencia fatal. Asistiremos a las tertulias en el bar de “Fandiño” (Xan Das Bolas), las dos tertulias se situarán en dos mesas separadas que se miran con odio. “Fandiño” ha comprado un proyector e inaugurado una sala de cine en la trastienda. Allí proyectará documentales sobre la guerra. Tras una deuda contraída por “Javier” y “Aguilera”, les propondrá que comenten los documentales, uno fomentando las simpatías de los “francófilos” y el otro de los “aliadófilos”. Frustrado también este intento, “Javier” abandonará el pueblo para encontrar una salida profesional y poder casarse con “Aurora”. Hará una parte del viaje con “Pons” (Ismael Merlo) que, en teoría se va a combatir con los franceses en la Legión Extranjera y para quien los “francófilos” han recaudado fondos para su aventura. “Javier” se lo encontrará unos meses después en una sala de fiestas completamente borracho. Obviamente no ha ido a combatir, lo que no le impide contar las más estrafalarias aventuras bélicas. “Javier” se encontrará con una antigua amiga, “Eusebia” (Gracita Morales) que le dará novedades de “Laura”. Se va a casar con un potentado… “Javier” va a casa de “Eusebia”, pero antes de que puedan consumar el encuentro, aparece el novio de esta, obligando a “Javier” a salir por la ventana. Sin embargo, no todo son malas noticias: “Javier” termina encontrando un buen empleo en un banco  y la vida le luce por primera vez en muchos años… hasta que se topa con “Aguilera” que, en esta ocasión tiene un sistema infalible para ganar a la ruleta. “Javier” le presta 100 pesetas que debía entregar a otra persona por cuenta del banco, que, obviamente, pierden. Es la última de las desgracias de “Javier” que deberá purgar con cárcel… Hay que deducir que, después, la vida no le fue mal: en las últimas escenas, tras salir del cine, se encuentra con “Aurora”. Ambos son abuelos venerables y rememoran el tiempo pasado.

No puede decirse que sea una película de gran calado político, tampoco es una comedia íntegra, aunque tenga aspectos de comedia. Es, sobre todo la historia de un amor frustrado, de una amistad permanentemente traicionada, de dos bandos absurdos y de héroes de pacotilla que no serían nada sin las tragaderas de los crédulos. Es la historieta de un pueblo dividido en dos y ninguno de los dos bandos es particularmente perverso… Es mucho más la alusión a las “dos Españas” que a la guerra civil.

Desde el punto de vista cinematográfico la película tiene un buen ritmo narrativo, agilidad en el relato y concisión. La ambientación es, así mismo, excelente y no digamos las interpretaciones, incluso de los actores de reparto. En su tiempo, la película recaudó 14.296,24 euros (algo más de dos millones de las pesetas de 1962, en un tiempo en el que un piso de lujo en el centro de una gran capital, costaba no más de 6 a 10.000 euros).

Los años no han hecho envejecer la película que, en la práctica, es un testimonio de las pasiones que desató la Primera Guerra Mundial en un país neutral como España. Fernández Florez lo reflejó con humor y Julio Diamante supo reproducir esos mismos contenidos treinta años después.

Otros enlaces:




 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

GARBANCITO DE LA MANCHA (1945) – Arturo Moreno – Un cuento de Julián Pemartín, primera animación europea en color

EL PODER DEL DESEO (1975) – Juan Antonio Bardem – Marisol antes de Interviu

LA PUERTA ABIERTA (1957) – FERNÁNDEZ ARDAVIN – La época dorada del género negro español