LA CHICA DEL AUTOESTOP (1965) – MIGUEL LLUCH – NUNCA ES TARDE PARA ENMENDARSE

Estamos en 1965, el mejor período del “género negro” español, está tocando a fin. La temática parece agotada, pero las constantes y los valores que transmitía siguen en pie: el mal nunca paga, el criminal siempre recibe su castigo, odia al delito, pero compadece al delincuente; y el último, tamizado por la posibilidad cristiana de redención: nunca es tarde para enmendarse y optar por el camino recto. Pues bien, todos estos elementos vuelven a estar presentes con un planteamiento nuevo y original que nos hace olvidar que, en los años siguientes, el género decaerá bruscamente, ¿cómo resultado del desarrollismo? En cualquier caso, La chica del autoestop es una de las últimas muestras del genial cine negro filmado en España durante el franquismo.

FICHA

TITULO: La chica del autoestop

AÑO: 1965

DURACIÓN: 82 minutos

DIRECTOR: Miguel Lluch

GÉNERO: Negro

ARGUMENTO: Una chica de condición modesta se ve arrastrada por su hermano menor y por un amigo, a robar mercancías de camiones saltando sobre ellos y a hombres en turismos ejerciendo ella de cebo con el autoestop. En uno de estos robos conoce a un camionero que se ve atraído por ella y le induce a adoptar el camino correcto.

ACTORES: Olga Omar, Víctor Valverde, Fernando León, Antonio Iranzo, Luis Ciges, Gustavo Re, Consuelo de Nieva, Manuel Vidal, Luis del Pueblo, Juan Aymerich, José Fernández, Camino Delgado, José Manuel Pinilllos, José F. Rivelles, Eduardo Lizarza

 

CLIPS

CLIP 1 – CREDITOS: LA CHICA DEL AUTOSTOP HACIENDO AUTOSTOP


CLIP 2 – VISTAS DEL A BARCELONA DE 1964


CLIP 3 – DIVERTIRSE EN BARCELONA EN 1964


CLIP 4 – EL ADMIRADOR “PRINGAO”


CLIP 5 – EN LA MANSION DEL “PRINGAO”


CLIP 6 – ASI SE ROBABAN CAMIONES


CLIP 7 – UNA ATRACCION FATAL


CLIP 8 – LA CHICA DEL AUTOSTOP Y SU MODUS OPERANDI


CLIP 9 – “NO TE ACERQUES A ÉL PORQUE LE MATO”


CLIP 10 – EL SUEÑO SESENTERO DEL CURRANTE ESPAÑOL


CLIP 11 – PELEA EN EL PUERTO


CLIP 12 – ARREPENTIMIENTO, CAMINO DE REDENCION


Carteles y programas

 


Cómo localizar la película

En TokyoVideo: La chica del autostop

En eMule: La chica del autostop

Lo menos que puede decirse sobre LA CHICA DEL AUTOSTOP

Miguel Lluch no fue un director particularmente prolífico, a pesar de fallecer en 2016 a la provecta edad de 93 años. De él constan apenas trece largometrajes marcados por dos constantes: catolicismo y género negro. De hecho, La chica del austostop es una simbiosis de ambos elementos: la trama propia del mundo de la delincuencia y la idea de fondo de que la redención siempre es posible y el delincuente puede, mediante un esfuerzo de conciencia y de valor personal, reintegrarse en la sociedad de los justos. El hecho de que fuera un perfecto artesano y que trabajara a fondo sus productos (en ellos no hay nada de improvisación y todas las tomas se notan estudiadas y trabajadas para obtener el efecto esperado y la fluidez narrativa) puede parecer contradictorio con el hecho de que su filmografía sea relativamente escasa. La cosa se explica mucho mejor si tenemos en cuenta que rodó innumerables series y productos para televisión española, especialmente en los años 70. Incluso, la que fuera su esposa -la actriz María Gustafsson- procedía de ese medio y gozó de relativa popularidad como azafata de Un, dos tres, responda otra vez.

En 1957 había demostrado ya su interés por el género negro cuando filmó Sitiados en la Ciudad, una comedia negra que parodiaba el cine policíaco con la presencia de Miguel Gila y de Eugenio Sazatornil en el reparto. Fue la primera película que tuvo resonancia en el público. La primera, Montaña sin ley (1953) un western carpetovetónico de bandidos, pasó casi completamente desapercibido. En el 60 filmará dos comedias amables: Los claveles y Botón de Ancla y en los años siguientes multiplicará sus películas de género negro: Crimen (1964), El precio de un asesino (1963) y La chica del autostop (1965), alternándolas con alguna comedia musical tan en boga en aquellos años. En los 70, prácticamente, la televisión pasará a ser el medio en el que concentre su atención abandonando por completo la tarea cinematográfica. Crónicas de un pueblo (1971), será su gran producción para TVE.

En la biografía de Lluch más accesible, colocada en Wikipedia, sospechosamente se insiste excesivamente (dos tercios de la misma) en que había nacido en Sète (costa mediterránea francesa), que perteneció –“con tan solo 13 años”- al “Gremio de Pintores de UGT” y que al iniciarse la guerra civil trabajó en las Ediciones Antifascistas. A pesar de todo este “aporte” biográfico por la izquierda, no parece que sufriera ningún tipo de represión posterior. Al contrario, Iquino no tuvo ningún inconveniente en contratarlo como decorador (participó en 15 producciones de su empresa, ni en financiarle sus películas.

Entrando directamente en la película, esta nos muestra los bajos fondos de la delincuencia en Barcelona. La protagonista Olga Omar) y su hermano menor viven con su madre, en una vivienda del barrio del Raval o de la Rivera. Frecuentan el Borne y los garitos próximos a Santa María del Mar. Allí se relacionan con “Manolo”, un personaje con mala reputación (Antonio Iranzo) y fama de delincuente e incluso que alardea de haber matado a alguien. Este individuo, se hará con una Vespa con sidecar, para poder realizar acciones delictivas. Les propone situarse en una zona de la carretera en la que un stop hace que los camiones se detengan y permitan saltar sobre ellos desde un árbol. A partir de ahí, se trata de ir arrojando fuera del camión la carga que luego otro recogerá con el sidecar. La presencia de la chica será valiosa para evitar controles policiales. Pero el golpe planeado no sale tan bien como habían diseñado y los dos ocupantes del camión sobre el que han saltado es advertido por un coche de que les están robando. Persiguen a los dos delincuentes, pero la aparición de la “Angélica”, la chica, hace que se les permita huir. Sin embargo, uno de los camioneros experimentará cierto interés por ella. “Angélica”, a su vez, cuenta cada vez más como “cebo” para incautos. Tras realizar autostop y excitar a quienes la suben al coche, hace que se detengan en un descampado para fingir una agresión sexual, justo en el momento en el que aparecen en la Vespa, los dos cómplices que chantajean al “pringao”.

Estas actividades les permiten ir viviendo de los robos. Sin embargo, “Angélica” se muestra cada vez más incómoda con esta actividad, especialmente cuando se encuentra con el camionero al que trataron de robar por primera vez. En los sucesivos encuentros que tendrán, se demostrará que éste es un “hombre de bien”, un currante convencional de la época que aspira a tener piso propio y a formar una familia. “Angélica” es la elegida para este proyecto. Ella, inicialmente no está muy convencida, pero, las amabilidades y la sinceridad del joven Víctor Valverde), le terminan convenciendo. Queda ahora decirle a “Manolo” que rompen la sociedad. Teme que su reacción sea violenta. Cuando, “Manolo” quiere hacer efectiva la promesa que logró arrancarle a “Angélica” se acostarse con él, ella reflexiona y termina convenciendo a su hermano para que acuda a la policía y confiese las fechorías del grupo. Es la parte de expiación: saben que pasarán unos meses en la cárcel, pero saben también que dejarán atrás una vida de delincuencia. Eso les permitirá reconstruir sus vidas y orientarlas hacia el futuro, el hermano mediante el trabajo como mecánico y ella como esposa y madre.

El mensaje final es evidente y responde íntegramente a las orientaciones morales y éticas del régimen. Hoy, un final así, sería considerado improbable, ñoño e, incluso, imposible. Pero durante el franquismo era casi obligado que el delincuente pagara sus culpas, por simpático que resultase y por visibles que fueran las circunstancias económico-sociales por las que se había visto obligado a delinquir. Pero nos equivocaríamos si viéramos en esta película un producto clónico de otras con finales análogos e idéntico mensaje. El hecho de que la acción transcurra en las zonas más populares de Barcelona (una ciudad convertida en campo de batalla como han demostrado las fiestas de La Merced de 2022) y que se adentre en la delincuencia de más bajo nivel, o que nos muestre los ideales de vida de los trabajadores (que ni siquiera en aquella época eran la “conciencia de clase” y el “levantamiento de los parias de la tierra”, sino el vivir como burgueses y formar una familia), son valores añadidos a la película.

Quedaría hablar de la protagonista, Olga Omar, un descubrimiento de Iquino que quería popularizarla y lanzarla como gran estrella. No tuvo el éxito esperado, a pesar de que tenía buena presencia y cualidades interpretativas. Esta fue su tercera película. Su última está fechada en 1974 (Con la música a otra parte). A partir de entonces su estela se pierde y no hemos encontrado datos biográficos sobre ella.

La película no dispuso de grandes medios económicos, pero los que contó están muy bien aprovechados. Es más, el paso del tiempo, no solamente no ha desvirtuado la trama, sino que la ha realzado: gracias a ella sabemos como era la pequeña delincuencia ciudadana que operaba en la Barcelona de los 60 (nada que ver con los grupos de atracadores organizados metralleta en mano que vemos en A tiro Limpio (1964) de Pérez Dolz, o con los últimos maquis a lo Metralleta Stein (1974), son simplemente pobres diablos, chulos del tres al cuarto, chicas arrastradas por las circunstancias que se ven obligados a seguir una vía para la que no están hechos. Compárese esa delincuencia con la que vive actualmente la ciudad de Barcelona y júzguese si no es cierto que cualquier pasado fue mejor.

 

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