ALBA DE AMÉRICA (1951) – Juan de Orduña – El inicio del declive del cine histórico
Suele decirse que esta cinta fue un fracaso de taquilla y que
acarreó la crisis de CIFESA, pero lo cierto es que la cinta fue de las últimas
realizadas durante el franquismo vinculadas al género histórico-patriótico. También
se cuenta que Carrero Blanco, como marino, estuvo detrás de que se filmara la
cinta. Sea como fuere, la versión que da Orduña -él mismo fue autor del guion
además de director- es, históricamente superior a versiones posteriores y muy
superior a la de Ridley Scott, La conquista del paraíso.
FICHA
TITULO: Alba de América
AÑO: 1951
DURACIÓN: 112 minutos
DIRECTOR: Juan de Orduña
GÉNERO: Histórico
ARGUMENTO: Cristóbal Colón llega a
La Rábida poco después en los últimos momentos de la Reconquista y consigue
convencer a los Reyes Católicos de iniciar la aventura de encontrar una nueva
ruta hacia las Indias. Poco a poco, va venciendo las enormes dificultades de la
empresa, pero, una vez iniciada la aventura, sus hombres no están dispuestos a
llegar tan lejos. Los Pinzones logran restablecer el orden en las carabelas y,
finalmente, la aventura se consuma.
ACTORES: Antonio Vilar, Amparo
Rivelles, José Suárez, Juan Espantaleón, Antonio Casas, Eduardo Fajardo,
Alberto Romea, Fernando Sancho, Nicolás Perchicot, Jesús Tordesillas, Ana María
Custodio, Virgilio Teixeira,
CLIPS
CLIP 1 – CRÉDITOS
CLIP 2 – PRIMERA ESCENA: EN ALTA MAR RUMBO AL NUEVO MUNDO
CLIP 3 – “EL MAR ES DEL COLOR DE LOS SUEÑOS”, COLON, UN ENTUSIASTA
DE LA NAVEGACIÓN
CLIP 4 – “SOLO ME FALTA IR A PONIENTE… EL MAR TENEBROSO”
CLIP 5 – “PARA LAS INDIA HAY MUCHAS RUTAS, PERO QUEDA UNA… Y CON
ESA NO DARÁN”
CLIP 6 – “DIOS OS GUARDE GONZALO…” NUESTRA REINA LLEGA AL FRENTE
DE GRANADA
CLIP 7 – EL PRIMER ENCUENTRO CON LOS REYES CATÓLICOS
CLIP 8 – COLON ANTE LA JUNTA: UN HOMBRE APASIONADO FRENTE A LA
RAZÓN CIENTIFICA DE LA ÉPOCA
CLIP 9 – “CASTILLA TOMARÁ UNA VELA Y SE ECHARÁ A LOS MARES…”, ASÍ
HABLÓ NUESTRA REINA
CLIP 10 – EL MAPA TOSCANELLI
CLIP 11 – “VOS, NO CONOCÉIS A LOS MARINEROS DE HUELVA…”
CLIP 12 – PONIENDO PIE EN EL NUEVO MUNDO
CLIP 13 – EL BAUTIZO DE LOS INDIOS
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: ALBA
DE AMÉRICA
A TRAVÉS DE EMULE: ALBA
DE AMÉRICA
En FlixOlé: ALBA
DE AMÉRICA
En RTVE: ALBA
DE AMÉRICA
Lo menos que puede
decirse sobre ALBA DE AMERICA
Indudablemente adscrita al “género histórico – patriótico”, Alba
de América es una película que suele recordarse como una de las mejores
rememoraciones de la gesta del Descubrimiento. No hay que olvidar que, en la
época en la que fue filmada -1951- los recursos de la cinematografía española
eran escasos. Invertir 10.000.000 de las pesetas de la época en una “superproducción”
constituía un esfuerzo casi imposible para una productora española,
especialmente en un momento en el que la carestía y las restricciones seguían
existiendo como coletazos de las destrucciones de la Guerra Civil. CIFESA se
atrevió, las malas lenguas dicen que Carrero Blanco que, ya por entonces, empezaba
a destacar en el interior del régimen, en tanto que marino, indujo a la
productora a acometer la empresa. Por entonces, las subvenciones que recibía el
cine eran mínimas y CIFESA apostó por el producto con su propio patrimonio. Las
cifras no terminaron de salir bien y, desde entonces, sus balances anuales
cojearon hasta que, finalmente, diez años después, la empresa se liquidó. No es
cierto que, Alba de América fuera decisiva para precipitar el final de CIFESA,
ni que la película fuera mal acogida por el público. De hecho, se exportó y
tuvo una amplia audiencia en Italia. Lo que ocurrió fue que, en los años 50
muchas cosas cambiaron, en la política nacional (los acuerdos con los EEUU, el
fin del aislamiento y la ley de inversiones extranjeras en 1959), en la
industria del cine español (que se abrió a las importaciones de productos extranjeros).
Los cambios culturales y sociales que se dieron a lo largo de los
años 50 y que se aceleraron en los 60, fueron los que liquidaron el interés del
público por el cine histórico y lo encaminaron, en primer lugar, hacia el cine
negro y en los 60 hacia el cine de puro entretenimiento, musical, comedias,
melodramas…
Juan de Orduña era el gran maestro del cine histórico y patriótico:
dirigió Locura de Amor en 1948, Agustina de Aragón,
La leona de Castilla y, por supuesto, Alba de América,
que, sin duda, constituyen lo que podríamos llamar “el núcleo duro” del cine
histórico español. Todas fueron producidas por CIFESA y todas aparecieron a
principios de los años 50. En realidad, cuando se habla de “cine histórico
español” se está hablando en grandísima medida de Juan de Orduña.
Alba de América es una crónica de la llegada de Cristóbal Colón a
España y de su persistencia hasta lograr de los Reyes Católicos el apoyo para
llevar a cabo su proyecto mesiánico. Las dificultades son extraordinarias en
aquella España que acababa de liberar Granada del yugo del Islam, con las arcas
vacías y que empezaba a soldar su unidad nacional. No todos vieron claro aquel
proyecto y, por lo demás, la personalidad de Colón era, tal como presenta la
cinta, algo complicada: una mezcla de mesianismo, tozudez y ambición, unida al
secretismo de que hacía gala, sin revelar las fuentes que le permitían pensar
en la viabilidad de la aventura.
La segunda parte de la cinta nos muestra el embarque de las carabelas
y la travesía, las crisis de confianza que se produjeron entre la marinería y
cómo el Martín Alonso Pinzón atajó cualquier rebeldía y restableció el orden en
las tripulaciones. Las últimas escenas son las del retorno a España y el
bautizo de algunos indios.
En general, la película está muy bien ambientada y el ambiente de
la época perfectamente reconstruido. Bastante mejor, en realidad, que en
producciones posteriores. Para ello se construyó una carabela (que luego
permanecería en el puerto de Barcelona y que en los años 80 unos descerebrados
de aquella organización terrorista que se llamó Terra Lliure, incendiaron y el
ayuntamiento no estuvo dispuesto a reconstruirla). Varios especialistas en
historia, entre ellos el Marqués de Lozoya, Ramón Menéndez Pidal y el
historiador militar Julio Guillén Tato. Ahora bien, el lenguaje peca de excesiva
retórica y las escenas de luchas están mal resueltas. En conjunto, el lenguaje
visual está más cerca de los orígenes del cine que de los estándares
actualmente vigentes. El tiempo ha restado vigor a la producción y al resto del
cine histórico español.
Con todo, las actuaciones son buenas y la construcción de las
carabelas ya implicó un desembolso importante y la consideración de esta
película como “superproducción”. Además, la película tiene un valor
constructivo y positivo: España descubrió América y lo hizo con un espíritu
evangelizador en unos y económico en otros; pero, en cualquier caso, la
aventura cambió la historia mundial.
En España se han filmado muy pocas cintas sobre el descubrimiento
(y alguna de ellas en clave cómica, véase Cristóbal Colón de oficio
descubridor [1982] con Andrés Pajares como Colón y Manolo Gómez Bur
como el Cardenal Cisneros, Antonio Ozores como Juan II de Portugal o Rafaela
Aparicio como la madre de Boabdil…). Ni siquiera durante el franquismo se supo
valorizar nuestra historia. De hecho, las películas de tema histórico no
ascienden a poco más de una decena. Es un género que, por las dificultades que
conlleva y la necesidad de altas inversiones, se ha tratado poco en España. En
las últimas décadas, paradójicamente es cuando se están filmando más cine
histórico, reavivándose el género.
Sobre el reparto, el papel de Colón está asumido por Antonio Vilar
que sale airoso de la prueba, mientras que Amparo Rivelles y José Suárez eran
los Reyes Católicos. Fernando Sancho es el marinero rebelde y Eduardo Fajardo
el traidor, Antonio Casas es uno de los Pinzones…
Es una película que no puede verse ni juzgarse con la mentalidad
del español medio del siglo XXI: fue filmada en otra época y con otros
criterios éticos y estéticos. Vale la pena tenerlo en cuenta. Hay en ella algo
de ingenuo, pero también de innegable patriotismo. Porque la cinta, como todo
el cine histórico de la época, estaba elaborado con criterios patrióticos. Algo
que, en sí mismo, podemos considerar positivos. Al menos, en la España de 1950,
buena parte de la población se identificaba con los mismos valores que trata de
transmitir la película.
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