LOS OJOS AZULES DE LA MUÑECA ROTA (1973) – Carlos Aured – Culpabilizando a la censura de las propias limitaciones
La película no quedó redonda. El guion no era bueno. Hubo
disparates en la ambientación. La música era, probablemente, la más inadecuada
para una película de este tipo. Para colmo, algunos doblajes -el de Luis Ciges,
por ejemplo- eran infames. Algunos buenos actores -María Perschy y el propio
Paul Naschy- desaprovechados… Cuando, años después, se le preguntó al director,
qué había fallado, no se le ocurrió más que decir que… la culpa era de la
censura (el tetamen de Eva León que puede admirarse en toda su plenitud
demuestra que en aquel momento si existía censura era muy laxa. Incluso llegó a
decir que estaba “ambientada en Francia” para eludir a la censura. No, lo que
falló fue el guion y la dirección.
FICHA
TITULO: Los ojos azules de la muñeca
rota
AÑO: 1973
DURACIÓN: 89 minutos
DIRECTOR: Carlos Aured
GÉNERO: Crímenes
ARGUMENTO: Un expresidiario, Gilles,
haciendo autostop llega a una finca en la que viven tres mujeres: una
ninfómana, una inválida y una mutilada y con una mano ortopédica. Gilles no
quiere nada más que vivir tranquilo en un lugar en el que pase desapercibido.
Pero, su llegada genera una tensión erótica insoportable en las tres mujeres,
mientras en el entorno se producen varios crímenes siniestros
ACTORES: Paul Naschy, María Perschy, Diana Lorys, Antonio Pica, Pilar Bardem, Eva León, Luis Ciges,
CLIPS
CLIP 1 – CREDITOS Y UN EX PRESO HACIENDO AUTOSTOP
CLIP 2 – BOCATA QUESO Y CAMARERA CON OLOR A FRITANGA
CLIP 3 – LAS TRES HERMANAS AL COMPLETO
CLIP 4 – LA FASCINACION DEL MUSCULITO
CLIP 5 – EL INEVITABLE ENCUENTRO EROTICO CON LA TIGRETONA…
CLIP 6 – PUES LA DE LA MANO ORTOPÉDICA TAMPOCO ESTÁ MAL…
CLIP 7 – LA ENFERMERA, LA MAÑA CONCIENCIA DE GILLES Y CÓMO TENTAR
A UN PROBO GALENO
CLIP 8 – EL MEDICO, EL GENDARME Y EL COTILLA
CLIP 9 – LA MATANZA DEL CERDO CON TODO REALISMO Y EL ENÉSIMO
CRIMEN
CLIP 10 – MÁS CRIMENES Y DIÁLOGOS ENTRE MUJERES
CLIP 11 – UNA HERMANA FUERA DE JUEGO
CLIP 12 – NASCHY PERSEGUIDO Y MUERTO (Y AUN QUEDA UN CUARTO DE HORA DE FILM Y ALGÚN QUE OTRO FIAMBRE)
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
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Lo menos que puede
decirse sobre LOS OJOS AZULES DE LA MUÑECA ROTA
¿Es una buena película? No, exactamente. Es una película del
montón, pero también significativa del cine que se hizo en el tardofranquismo
caracterizado por ser una mixtura híbrida de fantaterror, giallo hispanizado y
erotismo calenturiento. De estos elementos, podía salir, como máximo, una
película entretenida y, si la miramos con ojos condescendientes, relativamente
interesante. Ahora bien, si nos ponemos serios, si queremos ejercer de críticos
rigurosos, la película no se salva: es rematadamente mala, está repleta de incoherencias
y el buen hacer de los actores, se estrella ante un guion flojo y unos
presupuestos infames. Vamos a ser eclécticos: ni condescendientes, ni
rigurosos.
Situar en Francia una película que se rodó en la sierra madrileña
parece un disparate. Más aún cuando vemos al bueno de Naschy entrar en un bar
de poco lustre y pedir un bocadillo de queso y un vaso de vino a una camarera
malcarada que no es otra que Pilar Bardem… La Bardem, para caracterizarse como
francesa, fuma con boquillas. En Francia, el “sandwich camembert” es, en
efecto habitual: quedo camembert con algo de mantequillas y servido en una
bagette de no menos de 20 cm. Lo que le sirven a Naschy es el bocata de toda la
vida que se servía en esa época en la Plaza Mayor… Esta es la primera impresión
demoledora que genera la película a dos minutos de haber comenzado. Y, la
pregunta es: ¿por qué diablos Aured se ha empeñado en situar su película en
Francia, cuando nada de lo que vemos -ni siquiera los uniformes de los
gendarmes- parece francés? La respuesta es: “por la censura”.
El leit-motiv de la película es, a fin de cuentas, el erotismo que
genera una ciclado como Naschy en un trío de mujeres frustradas -la inválida,
la mutilada y la ninfómana- que precisan hombre. El rostro más bello de la
cinta es María Perschy, la actriz austríaca que había trabajado con grandes
directores y en aquel momento recalaba en España. Luego estaba Ana María
Cazorla Vega, más conocida a efectos cinematográficos como “Diana Lorys”, un
rostro olvidado pero que rodó en los veinte años que median entre 1960 y 1980,
medio centenar de películas. Era una actriz todo terreno, correcta y cuyas
interpretaciones eran rigurosas. En esta película, la Lorys es la jefa de la
familia. En la película no se aclara el cómo ha resultado mutilada y luce una
mano ortopédica de la que se horroriza y cree que ningún hombre la mirará, ni
la deseará. Y Naschy-Gilles, mira a todas y se beneficia de todas… La tercera
hermana no es otra que Eva León, la ninfómana, que muestra su anatomía a
discreción demostrando, por si había alguna duda, que, en 1973, las autoridades
del régimen ya daban por imposible la lucha contra el porno cinematográfico y
solamente deseaban contenerlo. Algo que ocurría -como ya hemos demostrado en
esta web- desde 1970.
Así que cuando Aured respondió a las críticas demoledoras
formuladas a esta cinta, que la “culpa era de la censura”, simplemente, mentía.
La censura nunca cortó las escenas eróticas, no hay ni trasfondo político, ni
nada que justifique la ubicación de la trama en Francia (cuando el paisaje y
los sembrados dicen a las claras que se está a este lado de los Pirineos). La
censura no fue responsable de que Pilar Bardem, con aires de camarera de bar de
carretera nacional, destila olor a fritanga mucho más que a “cassoulet” o a
“ragou”. Y, lo peor, la censura no puede ser acusada de haber distribuido a lo
largo de toda la película unas música que, probablemente hubieran cuadrado en
una película de variedades o en una trama burlesca de Ozores, pero no en una
muestra de fantaterror y giallo. No, la censura -que en 1973 tenía una
existencia residual y solamente ejercía tijeretazos sobre tramas políticas o
muestras extremas de pornografía- no es culpable de que la película saliera
como salió. La culpa es el guionista -Carlos Aured- y del director -Carlos
Aured-, de nadie más.
Dicho lo cual, vamos a señalar los méritos de la cinta. Que los
tiene. Es entretenida. Sabemos que van a pasar crímenes, pero no sabemos ni
cuándo ni cómo van a ocurrir. Tampoco sabemos hasta el final quién es el
asesino. Que van a culpar a Naschy-Gilles, es evidente desde la primera escena,
pero no es tan evidente cómo va a acabar y qué es lo que ocultan las tres
hermanas -porque, también es evidente desde el principio, que ocultan algo- y
todo esto, extraído e inspirado en el giallo italiano: género menos
construido con dosis de terror, misterios, suspense, tensión psicológica, sin
llegar al nivel del thriller (que sería el género hermano inmediatamente
superior). El giallo italiano tiene más de slasher y de porno
(una pareja haciendo el amor sin que lo exija el guion, más que erotismo, es
porno, especialmente en aquel remoto 1973, en donde el concepto de erotismo
venía marcado por la estética de Play-boy o de Lui), elementos
“impresionistas” que suelen estar ausentes de los mejores thrillers.
Y esta es la cuestión: que lo desmadrado del film, lo desacertado
de algunas escenas, lo apresurado del desenlace, la musiquilla y la ubicación,
se combinan con buenas interpretaciones que son, a fin de cuentas, las que
salvan la película.
En noviembre de 1975 muere Franco. Ya no hay ningún tipo de
censura. ¿Aured hace a partir de ese momento películas más interesantes? ¿se ve
más libre para expresar su creatividad? En realidad, no: en plena transición
ruega ¡Susana quiere perder… eso!, a la que seguirá La frígida y la
viciosa y ese mismo año -1981, el año del 23-F- rueda una segunda película
de título igualmente esclarecedor El fontanero, su mujer y otras cosas de
meter. Tras el 23-F la democracia se muestra estable ¿Qué hace Aured?
Filmar Apocalipsis sexual, luego De niña a mujer y, en el 83,
lanza El hombre del pito mágico. Intercaladas, especialmente, cuando la
fiebre del porno descendió a mediados de los 80, filmará un par de películas de
intriga, pera terminar como “responsable de cine pornográfico” de Canal+ y
Sogecable (¿se acuerdan de aquellas películas del sábado noche?, pues esas…).
Aured, fue consciente en 1992 que todas esas películas no eran obras maestras y
que su camino como director había llegado a su fin, así que optó -él mismo lo
contaba- por trabajar fijo en una plantilla, con seguridad social, viendo cine
y vídeos… porno y recomendando o no su exhibición en Canal+. No es el mejor
final, para una carrera de un director poco cuidadoso.
Murió en 2008 en Denia, a los 71 años.
Una última observación: entre los tropezones del film, no hay que
olvidar que el primero de todos es el título. No queda claro en ningún momento
cuáles son los “ojos azules” y cuál la “muñeca rota”… Pero, a estas alturas, ya
lo habrán imaginado.
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