JEROMÍN (1953) – Luis Lucia – Don Juan de Austria hacedor de Imperio, vencedor de Lepanto

Con un extraordinario éxito de taquilla en el momento de su estreno, Jeromín, biografía de infancia de Don Juan de Austria, puede ser considerada hoy como la cumbre del “género histórico” filmado durante el franquismo. En esta cinta se dan tres condiciones propias del buen cine: forma históricamente al espectador, entretiene y transmite valores.

FICHA

TITULO: Jeromín

AÑO: 1953

DURACIÓN: 85 minutos

DIRECTOR: Luis Lucia

GÉNERO: Histórico

ARGUMENTO: Un niño se pregunta sobre su origen. Sus padres lo han entregado a unos menestrales para que lo cuiden y eduquen, pero él intuye un misterio en su linaje. Un día, un noble viene a buscarlo, lo lleva a su castillo y lo trata como su hijo. Tardará un poco todavía en enterarse que es hijo del Emperador Carlos y Bárbara Blomberg, noble germánica. Y, por tanto es hermanastro del futuro emperador Felipe II.

ACTORES: Jaime Blanch, Ana Mariscal, Rafael Durán, Valeriano Andrés, Jesús Tordesillas, Manuel Arbó, Francisco Bernal, Adolfo Marsillach, Irene Caba Alba, Ramón Elías, Delia Luna, Antonio Riquelme, Casimiro Hurtado, Ana de Leyva, José Sepúlveda,

 

CLIPS

CLIP 1 – CREDITOS, MENSAJE IMPERIAL Y UN NIÑO CONDUCTOR DE GUERREROS


CLIP 2 – UN NIÑO POCO INTERESADO EN MATEMÁTICAS PREFIGURANDO LEPANTO


CLIP 3 – BUSCANDO A UN NIÑO DE ORIGEN DESCONOCIDO


CLIP 4 – ENCONTRANDO A UN NIÑO Y CONDUCIÉNDOLO A SU DESTINO


CLIP 5 – EN EL NUEVO HOGAR


CLIP 6 – HISTORIAS DE SOLDADOS


CLIP 7 – EL EMPERADOR CARLOS Y FELIPE II


CLIP 8 – LA ESPADA DEL EMPERADOR CARLOS


CLIP 9 – EL CAMINO HACIA YUSTE: JEROMÍN Y EL EMPERADOR


CLIP 10 – EL CONFIDENTE DEL EMPERADOR


CLIP 11 – CON FELIPE, HERMANO Y EMPERADOR. LA REVELACIÓN DE LOS ORÍGENES.

 

Carteles y programas

 

 




 

Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: JEROMÍN (en formato MKV)

A TRAVÉS DE EMULE: JEROMÍN (en formato AVI)

En FlixOlé: JEROMÍN

 

Lo menos que puede decirse sobre JEROMÍN

No era quizás el título más adecuado: Jeromín, a fin de cuentas, suena, a primera vista, como una insufrible “película con niño”, de las que tantas se filmaron en los años 50 y 60. Fue la época dorada de los “niños prodigio”: Pablito Calvo, Marisol, Rocío Durca, Pili y Mili, Joselito, etc., etc, etc. Era un cine acaramelado, poco realista, con guiones bastante deficientes y en donde el interés radicaba en los números musicales. Visto a sesenta años de distancia, fue un cine de poco lustre y escasas ambiciones. Jeromín, no tiene nada que ver con eso, a pesar de que el protagonista era un niño de apenas trece años que solamente había filmado anteriormente dos películas (La guerra de Dios y Gloria Mairena de Luis Lucia).

La prueba de la calidad de la cinta no fue solamente el éxito de público, sino la granizada de premios que recibió del Círculo de Escritores Cinematográficos: mejor película, mejor director, mejor actor secundario, mejores decorados; mientras que la Asociación de Actores la consideró la mejor película y reiteró la mención a Antonio Riquelme como el mejor actor de reparto. Aquel año debió competir con otras dos películas brillantes, Juzgado Permanente, Hay un camino a la derecha, Bienvenido Mister Marshall, e incluso con la ya mencionada La guerra de Dios.

Hoy se tiende a considerar a Don Juan de Austría como una de las figuras más atractivas de la España Imperial. Su figura ya fue alabada en su tiempo y, no solamente por sus victorias militares, sino por su carácter osado y por ser la encarnación de lo que podemos llamar “valores imperiales españoles”: conciencia de la misión universal de España, valores caballerescos heredados de la mejor Edad Media, catolicismo y visión estratégica europea. Ya en su época, atrajo la atención de literatos e historiadores. Juan Rufo, soldado como él, le dedicó su poema épico La Austriada, mas cerca nuestro H.K. Chesterton, escribió el poema épico Lepando (traducido por Borges), Larra lo biografió y Laszlo Passuth describió sus hazañas en El señor natural. Pero, en los años del franquismo, la biografía escrita por el padre Luis Coloma, fue ampliamente leído y es sobre sus líneas que Luis Lucia construye, junto con José Luis Colina, el guion de esta película que él mismo dirigió.

Jeromín es, simplemente, la historia de la infancia de Don Juan de Austria. Hasta aquí, el tema no parece excesivamente atractivo y todo hubiera podido quedar en una simple “película con niño”. Sin embargo, hay varios elementos en el trabajo de Luis Lucia que la hacen entretenida, formativa e ilustrativa sobre una época: los primeros pasos de la España Imperial.

Jeromín era el hijo ilegítimo del Emperador Carlos y de la noble germana Bárbara Blomberg. La madre se casó luego con Jerónimo Kegell y el nombre de “Jeromín” deriva precisamente del que fuera su padrastro. Por deseo de su padre, Jeromín fue criado en España. Las circunstancias de esta infancia no están del todo aclaradas, por lo que la biografía escrita por Coloma y reflejada por Lucia, no es del todo “histórica”. No importa: “Jeromín”, ignorando su origen, experimenta la sensación desde muy niño de que está llamado a un destino mayor. Oye a quienes lo cuidan alusiones a “su padre” y sospecha sobre la existencia de un misterio sobre su origen. Lo que sí es rigurosamente cierto es que, desde muy niño, Don Juan de Austria, tenía una innata vocación castrense. Quizás fuera este hecho el que convenció al Emperador Carlos, ya retirado en Yuste, para que el niño fuera a vivir con él, reconociéndolo como hijo y, posteriormente, Felipe II también lo reconocería como hermano y miembro de la familia real. Fue entonces cuando Jeromín pasó a ser Don Juan de Austria.

La cinta tiene como méritos, en primer lugar, el describir con pinceladas muy precisas la mentalidad de la España del siglo XVI. Lo esencial de la idea imperial traída a España por el Emperador Carlos recorre cada uno de los fotogramas. Y la cinta tiene la virtud de ver esa España desde distintas perspectivas: la de un niño que intuye su origen y quiere seguir su destino (Jaime Blanch), la de los nobles que lo acogen y lo educan como hijo (Rafael Durán y Ana Mariscal), la de los que, antes que ellos, lo criaron en un pueblo castellano, la “Don Luis”, el soldado de Flandes e Italia que le transmite los valores guerreros (Antonio Riquelme), las figuras de Carlos I y Felipe II (papeles interpretados respectivamente por Jesús Tordesillas y Adolfo Marsillach). Si el cuadro de actores es irreprochable, otro tanto cabe decir de la ambientación histórica y del cuidado con el que han sido elegidos los escenarios.

Es cierto que no todo lo que se cuenta en la cinta es “histórico”, pero también es cierto que todo coincide exactamente con lo que hemos llamado “la idea imperial español” y con el carácter del personaje biografiado y del resto de figuras históricas que aparecen.

Visto a 72 años de distancia, la película sigue conservando interés, capacidad para satisfacer la necesidad de entretenimiento e, incluso, para suscitar interés por algunos personajes históricos desconsiderados hoy en los planes de estudio de la EGB y del BUP.

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