JUZGADO PERMANENTE (1953) – ROMERO MARCHENT – VALENCIA, CUANDO EL SERVICIO MILITAR ERA OBLIGATORIO Y SE SERVÍA A LA PATRIA (Y A LA JUSTICIA)
En la España de 1953, había un antes y un después de “ir a la mili”:
antes se era “un chico joven”, después, se pasaba a ser “hombre preparado para
la vida”. Dos reclutas, estudiantes de derecho y que cumplen servicio en un
juzgado militar, resuelven un caso criminal con amplias implicaciones. Entonces
la mili servía para algo. Una cinta para ver la Valencia de los años 50.
FICHA
TITULO: Juzgado Permanente
AÑO: 1953
DURACIÓN: 99 minutos
DIRECTOR: Joaquín Luis Romero
Marchent
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Un par de reclutas que
hacen su servicio militar en un juzgado militar de Valencia, y la novia de uno
de ellos y hermana del otro, se interesan por la muerte de un Guardia Civil y
de un paisano en una carretera. Sospechan que se ha tratado de un asesinato e
inician una investigación de espaldas a sus superiores
ACTORES: Marisa de Leza, José Marco,
Rafael Romero Marchent, Elvira Quintilla, Julio Riscal, Rafael Luis Calvo,
Antonio Almorós, Joan Capri, José María Angelat, Irene Barroso, Ramón de
Larrocha, Antonio Díaz del Castillo, Juan Fornaguera, Fortunato García,
Marcelino Ibero, Luis Induni, Delfín Mateu, Juan Monfort, Mateo Morell, José
Ortiz de Zárate, Antonio Parés, Antonio Picazo, José Rivelles, José Santamaría
CLIPS
CLIP 1 – CREDITOS Y UNA VISTA DE VALENCIA EN FALLAS
CLIP 2 – “JUZGADO MILITAR PERMANENTE DE GUARDIA…”
CLIP 3 – EN LA ANTIGUA Y AFAMADA CAFETERÍA “BARRACHINA” CON EL
TRÍO DE PROTAGONISTAS
CLIP 4 – DEL JUZGADO AL ESCENARIO DEL CRIMEN…
CLIP 5 – EL MALVADO MALANDRÍN Y SU BANDA EN ACCION
CLIP 6 – EL “NINOT” QUE OBSESIONA AL JEFE DE LA BANDA Y LA CHICA…
CLIP 7 – PLANES DE FUTURO DE LOS NOVIOS Y ELLA SOSPECHANDO
CLIP 8 – INTERROGANDO A UN TESTIGO MUY SOSPECHOSO (Ángel de
Andrés)
CLIP 9 – LOS ÚLTIMOS PROGRESOS EN LA INVESTIGACIÓN EN LA VALENCIA
DE LOS 50
CLIP 10 – REGISTRANDO LA CASA DEL SOSPECHOSO Y ENCONTRÁNDOSE CON LA
POLICÍA
CLIP 11 – LA ALBUFERA 1953, ESCENARIO PARA UN CRIMEN FRUSTRADO
CLIP 12 – NOCHE DE FALLAS Y UN “NINOT” EN LLAMAS CON EL BOTÍN ARDIENDO
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de eMule: JUZGADO
PERMANENTE
Lo menos que puede
decirse sobre JUZGADO PERMANENTE
La familia Romero-Marchent lleva tres generaciones dedicándose al
cine y a la comunicación: el abuelo fue propietario de la revista Radio Cinema
y de Intercontinental Films; de sus tres hijos: dos fueron directores de cine y
la tercera montadora; y la hija del Romero-Marchent que nos ocupa, Joaquín Romero-Marchent
Hernández, es ayudante de dirección y scrip. El número de cintas que dirigió Joaquín
Romero-Marchent es impresionante, pero interesa constatar que la primera de
todas ellas fue Juzgado Permanente. Era 1953 y en ella, veremos, además de una
entretenida película, cómo era la ciudad de Valencia en aquella época. Hace 70
años.
Parece que, en los primeros años, Romero Marchent, pasó por
distintas facultades universitarias e incluso fue futbolista, pero en 1946
orientó su futuro hacia el cine entrando a trabajar en Suevia Films como
meritorio en la película El crimen de Pepe Conde, una comedia
dirigida por José López Rubio. Fue ascendiendo dentro de la profesión a la
sombra de Rovira Beleta, hasta que, en 1953, Atlante Films le contrató para
dirigir Juzgado Permanente, si bien empezó a ser conocido por rodar varias
películas sobre el personaje creado por José Mallorquí, El Coyote
(1955), La justicia del Coyote (1956). Esto determinaría su carrera. A
pesar de que siguió filmando comedias y películas de intriga, el grueso de su
cine está formado en los años 60 y 70 por westerns, especialmente a partir de
1962 cuando rodó dos cintas que tenían como personaje central a El Zorro,
interpretado por Frank Latimore, que, en aquellos años frecuentaba los platós
españoles con cierta asiduidad. Era, por tanto, el director más adecuado para
dirigir en 1976 algunos episodios de la que, acaso fuera la serie más popular
de la transición: Curro Jiménez. Repitió, aunque con menos éxito,
en 1995, con Curro Jiménez: el regreso de una leyenda. Su
hermano, Rafael Romero-Marchent, siguió un camino paralelo especializándose en
westerns e incluso dirigiendo en 1978, Avisa a Curro Jimémez,
entre comedias y género negro, con la salvedad de que también realizó
intervenciones como actor. De hecho, es el co-protagonista de esta película.
Juzgado Permanente es una
película arraigada en la tierra valenciana y especialmente en las populares
Fallas. El malvado (José María Rodero), un individuo inmisericorde, cerebro de
una banda atracadores, está obsesionado por un “ninot” de las Fallas, situado
bajo su ventana. Sostiene que se parece a él y es allí en donde guarda el
dinero del botín. Por otra parte, la cámara filmó todos los exteriores en la
ciudad de Valencia y en sus inmediaciones (hoy ya cubiertas con edificaciones;
vemos también unas secuencias filmadas en los canales que conducen hasta la
Albufera y casi se diría que la zona no había cambiado mucho desde que Blasco
Ibáñez escribió Cañas y barro, que, por cierto Rafael Romero-Marchent
convertiría en otra exitosa serie de televisión durante los años más duros de
la transición). Vemos la entonces Plaza del Caudillo, hoy plaza del
Ayuntamiento, y algunas escenas están filmadas dentro del popular bar
Barrachina (actualmente un Pan’s & Company). Así pues, el primer
gran valor de esta película es que un madrileño como Joaquin Romero Marchent, ofrece
un testimonio sociológico-urbanístico de la Valencia de los años 50.
Por entonces, el servicio militar obligatorio, educaba a los jóvenes.
Eran muchos los que aprendieron a leer en los años de cuartel y uniforme, otros
aprendieron oficios que determinaron sus vidas, los hubo, claro, amargados por
la lejanía o por haber caído en unidades dirigidas por oficiales y/o
suboficiales amargados. Y luego estaban las “Milicias Universitarias”, en la
que estudiantes podían acceder al grado de alférez y fraccionar su servicio en
veranos para facilitar sus estudios. Para muchos fue el único contacto que
tendrían en su vida con al disciplina, con gentes de otras regiones de España y
de otras clases sociales. El denostado “servicio militar” fue algo muy
diferente a lo que hoy se suele contar. Aquí tenemos a dos reclutas, “Javier”
(Rafael Romero-Marchent) y “Germán” (Julio Riscal) que prestan servicios en un
juzgado militar de Valencia. Cualquier acto delictivo en el que hubiera sido
víctima algún miembro de las Fuerzas Armadas o de la guardia Civil, iba, automáticamente
asumido por los juzgados militares. Ambos reclutas ejercen como oficiales de
juzgado, se limitan a tomar declaraciones, comprobar coartadas y todo aquello
que su oficial superior les ordene. No tienen la prerrogativa de investigar los
crímenes. Y es ahí cuando aparece un tercer protagonista de la cinta: “Amparo”
(Elvira Quintillá), hermana de “Javier” y novia de “Germán”, lectora habitual
de novelas policíacas, con ganas de intriga y aventura, capaz de imaginar quién
es el asesina cuando se le dan unas cuantas pistas de lo sucedido. La película
gira en torno a estos tres personajes.
La película se inicia en una carretera próxima a Valencia. Han
aparecido los cadáveres de un paisano y de un guardia civil. Al parecer han
sido atropellados por alguien que se ha dado a la fuga. El caso llega al
Juzgado Permanente y son “Javier” y “Germán” los encargados de tomar la
declaración a los implicados. Luego comentarán lo sucedido con “Amparo”, quien
no dudará en sentenciar que se ha tratado de un asesinato premeditado. Consiguen
localizar el coche en el que se ha cometido el asesinato y este les lleva a una
empresa en la que trabaja una secretaria que, al parecer, está complicada en el
caso: es ella la que ha robado las llaves para entregárselas a un amigo. Éste
pertenece a una banda de atracadores que lograron hacerse con un botín. Sin
embargo, las investigaciones de los dos reclutas y las intuiciones de “Amparo”
les llevan a identificar al grupo. Es entonces cuando “Javier” que ha
simpatizado con la secretaria es llevado por esta en barca, por una zona de la
Albufera en donde un miembro de la banda deberá asesinarlo con un fusil. Sin
embargo, a última hora, in extremis, la secretaria, que ha terminado
experimentando una simpatía y una atracción hacia “Javier” impide el asesinato.
Tienen lugar distintos movimientos que llevan cada vez más cerca a
la policía y a los dos reclutas a localizar el escondite de los atracadores.
Finalmente, el jefe de la anda, la Nit de la Cremá, consigue llegar hasta el
emplazamiento del “ninot” en cuya base debería estar el botín. Está enloquecido
y obsesionado, llega cuando el ninot empieza a arder; intenta hacer fuego
contra la policía, pero el “ninot” en llamas cae sobre él.
La película está realizada en un tono propio del “género negro” -es
una película de intriga e investigación en la que aparecen elementos
psicológicos sobre el jefe de la banda de atracadores-, pero con incrustaciones
de comedia (no en vano, tanto Julio Riscal como Elvira Quintillá multiplicarán
sus papeles en decenas de comedias filmados en los 50 y 60). El guion fue
escrito por José Casajuana y perfilado por el propio Romero-Marchent. Sobre la
calidad técnica de la cinta cabe decir que el director había aprendido bien el
oficio con Luis Lucia y Rovira Beleta. Su ópera prima, muestra habilidad en la
narración y en el ritmo en el que se suceden las escenas. La fotografía muestra
encuadres siempre oportunos; los diálogos intentan ser ingeniosos (y lo
consiguen con frecuencia, si bien hay que ponerse en los años 50 para
identificar sus guiños humorísticos). Y, sobre todo, es una película
entretenida, bien hecha, perfectamente interpretada, correcta en todos los
sentidos y que, vista a 70 años de distancia, sigue consiguiendo entretener. ¿Lo
mejor? Que solamente fue subvencionada por el “Crédito Sindical” (¡qué tiempos
aquellos en los que los sindicatos subvencionaban películas con los beneficios
obtenidos por los derechos de proyección de cintas extranjeras!). Recibió
300.000 pesetas, 1.500 euros de nuestra maltrecha época. Ese año, la cinta
obtuvo el premio al “mejor guion” concedido por el Círculo de Escritores
Cinematográficos.
Recordamos que la película de Eduardo Casanova, La Piedad
(2023), recibió en subvenciones 320.000 euros, esto es 53.120.000 de las
antiguas pesetas. A pesar de haber sido nominada a varios premios, no parece
ser ni un éxito de crítica especializada, ni de público, ni económica. Compárese
y que cada cual saque sus conclusiones.
Otros enlaces:
Comentarios
Publicar un comentario