LA CIUDAD PERDIDA (1955) – MARGARITA ALEXANDRE – SOBRE UNA NOVELA DE MERCEDES FÖRMICA

Película extraña por tres motivos: el primero, porque el “héroe” es un terrorista republicano que ha vuelto a España a cometer una comando y, al menos, la censura le dio vía libre; en segundo lugar porque está dirigida por Margarita Alexandre, la única mujer que dirigió cine en España hasta los años 70 (exceptuando a Ana Mariscal, por supuesto); y, finalmente, porque el guion está establecido sobre una novela de Mercedes Fórmica, falangista, primera delegada femenina del SEU y miembro de la Junta Política de Falange Española.

FICHA

TITULO: La ciudad perdida

AÑO: 1955

DURACIÓN: 68 minutos

DIRECTOR: Margarita Alexandre

GÉNERO: Negro

ARGUMENTO: Un comando de exiliados republicanos viene a España a realizar una acción terrorista. La misión fracasa desde el principio y los miembros del comando resultan muertos y solamente sobrevive uno que, tras escapar, secuestra a una mujer acomodada que pretende utilizar para poder llegar a Madrid.

ACTORES: Cosetta Greco, Fausto Tozzi, María Dolores Pradera, Félix Dafauce, Nani Fernández, Manolo Morán, Santiago Rivero, Alessandro Fersen, Emma Baron

 

 

CLIPS

CLIP 1 – CRÉDITOS Y UN GRUPO INQUIETANTE DE TERRORISTAS DISPUESTOS PARA UNA MISIÓN EN ESPAÑA


CLIP 2 – UN TIROTEO EN UN CONTROL Y SOLO UNO ESCAPA


CLIP 3 – HUIDA HASTA MADRID


CLIP 4 – LA POLICIA JURA DAR CON EL FUGITIVO Y ÉSTE PASEANDO POR LA GRAN VÍA


CLIP 5 – UN HOMBRE ACOSADO Y UNA POLICÍA IMPLACABLE


CLIP 6 – LA MUJER NOBLE Y VIUDA SECUESTRADA 


CLIP 7 – EL (INSUPERABLE) MAYORDOMO DE LA SEÑORA CONDESA EMPIEZA A SOSPECHAR


CLIP 8 – EN COMISARÍA TRIFULCA ENTRE EL MAYORDOMO Y LA RUBIA POR UN SOMBRERO


CLIP 9 – CASI UN SÍNDROME DE ESTOCOLMO A LA ESPAÑOLA Y EN 1955


CLIP 10 – “PODÍA HABER VIVIDO EN TU MISMO MUNDO…”, EL TERRORISTA ARREPENTIDO


CLIP 11 – LA NOVIA DE ANTES DE LA GUERRA: UNA JUVENIL MARÍA DOLORES PRADERA


CLIP 12 – “MI DESTINO ES LUCHAR… ADEMÁS, ESTOY CANSADO” (LA MEJOR MUERTE DEL CINE ESPAÑOL)


 

Carteles y programas

 





Cómo localizar la película

A través de eMule: LA CIUDAD PERDIDA

 

Lo menos que puede decirse sobre LA CIUDAD PERDIDA

Película extraña se mire como se mire, no tanto por la temática (un comando terrorista que ha entrado en España con una “misión” y es detenido en las puertas de Madrid, sobreviviendo solamente uno de sus miembros) como por las mujeres que concurrieron en ella. Por una parte tenemos el guion que toma como base una novela de Mercedes Fórmica y por otra a Margarita Alexandre que figura como directora de la cinta (junto a su compañero Rafael María Torrecilla). Las biografías de ambas son significativas de los cambios que pueden darse en una vida. Además, no era frecuente que una mujer -hasta hace poco- dirigiera una película. Salvo el caso de Ana Mariscal (que puede ser considerada como la “Leni Riefesthal española”, solamente Pilar Miró filmaría su primera película en 1976 (La petición), si bien estaba en activo desde 1963 en Televisión Española y aprendió el oficio en el “ente”, trabajando ininterrumpidamente allí entre 1963 y 1977.

La biografía de Mercedes Fórmica es la propia de otra “gran olvidada” por la “historia oficial”. Fue la que logró que 66 artículos del Código Civil fueran modificados en 1958 para mejorar la situación jurídica de la mujer casada. Esto, que debería haber concitado elogios por parte del feminismo, no aparece en ninguna historia de este movimiento en España a causa de que Mercedes Fórmica fue falangista. Ella misma contó que escuchó una mañana de octubre de 1933 el discurso de José Antonio Primo de rivera en el teatro de la Comedia y, tras conocerlo personalmente, se afiliaría al SEU, siendo nombrada delegada de la Facultad de Derecho. En 1936 era la delegada nacional del SEU femenino y miembro de la Junta Política de Falange Española. Desde Málaga consiguió escapar hasta Sevilla durante la guerra civil y trabajar con la jefa local de la Sección Femenina, Carmen Werner Bolín. Su casa madrileña, tras la guerra civil, se convirtió en un centro de reunión de intelectuales y artistas. Pilar Primo de Rivera le encargó la dirección del semanario de la Sección Femenina. Tras acabar sus estudios de derecho, interrumpidos por la guerra, Marcedes Fórmica inició su tarea de proponer a distintos organismos oficiales reformas legislativas que beneficiaran a las mujeres, actividad que alternó con la redacción de varias novelas. Criticó al franquismo, a pesar de reconocerle elementos positivos y siempre recordó con simpatía a José Antonio, el único jefe político que reconoció y al que tuvo en alta estima. En 1951, Luis de Caralt, editor falangista barcelonés, publicó su novela La ciudad perdida.

Margarita Alexandre, por su parte, al muy parecido al de Ana Mariscal (ambas ejercieron como actrices, directoras y productoras), si bien su evolución fue completamente diferente. Mientras Ana Mariscal fue una conservadora a lo largo de toda su vida, Margarita Alexandre evolucionó desde el conservadurismo a la extrema izquierda. En 1941, cuando solo tenía 18 años se introdujo en el cine como actriz. Participó en una decena de películas dirigida siempre por directores “del régimen”: Edgar Neville, Juan de Orduña, Fernández Ardavín, Luis Marquina, o extranjeros que veían con muy buenos ojos al régimen de Franco (Julien Duvivier y Ladislao Vajda). A los 19 años se casó con el conde de Villamonte, reforzando así su perfil conservador. En 1953 fue productora ejecutiva y directora de Cristo, película cuyo guion fue escrito por Fray Justo Pérez de Urbel, abad del Valle de los Caídos.

Solamente rodaría otras dos películas, La Gata (1956), un drama rural ambientado en Andalucía y La ciudad perdida (1954), aprovechando el tirón del “cine negro” español en aquellos años y cuyo guion había sido escrito por Mercedes Fórmica, escritora falangista que, incluso, había sido amiga íntima de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido. En estas tres películas -las únicas que dirigió- no fue directora en solidario, sino que siempre trabajó junto a su compañero de entonces Rafael Torrecilla (no había divorcio y seguía casada con el conde de Villamonte, que conocía su relación con Torrecilla). Estas películas no tuvieron excesivo éxito y eso animó a la pareja a marchar a México en donde tenían amigos.

En 1959 estalló la revolución castrista en Cuba y Torrecilla desempeñó algunos cargos para el nuevo gobierno y ella misma empezó a trabajar para el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico. Allí produjo varias películas, pero terminó resultando “incómoda” para el régimen de Castro, se le ofreció otro cargo cultural -reorganizar el teatro- y luego en 1971 se fue a Italia. Su compañero Torrecilla era el consejero comercial de la Embajada Cubana en Roma. Allí contactará con medios españoles de la oposición a Franco. Ambos financiarán la escritura y publicación del libro “Operación Ogro: cómo y por qué matamos a Carrero Blanco”, en donde Eva Forest (junto con su marido Alfonso Sastre, escritor teatral, ambos pro-castristas) relata el atentado cometido por ETA. Más tarde, en 1979, será la productora de Operación Ogro, película dirigida por Gillo Pontecorno sobre el mismo atentado. Tres años después, volverá a España. Murió en 2005. En una entrevista concedida a una historiadora del cine, afirmó no haberse sentido discriminada por su condición de mujer y se resistía a definirse como feminista.   

De la combinación entre estas dos mujeres, Mercedes Fórmica y Margarita Alexandre surgió esta película. Se trata de un drama policíaco con un trasfondo político, producto de una co-producción hispano-italiana y que tiene como protagonistas a dos actores de esta nacionalidad: Cosetta Greco y Fausto Tozzi. Tiene la sorpresa de que, entre el reparto español, figura María Dolores Pradera (que vivía su último período de matrimonio con Fernando Fernán Gómez). Por entonces no se había orientado a la canción (su primer álbum data de 1966 y en ese punto interrumpe sus apariciones como actriz). Solamente ha sobrevivido un copia algo deteriorado y se han perdido buena parte de los créditos. La otra sorpresa es que los decorados utilizados fueron diseñados por “Eduardo Comín Colomer”. Nos ha sido imposible constatar si se trataba de un error o bien de una duplicidad de nombres, pues, no en vano, corresponde a un autor de ensayos de carácter antimarxista y antianarquista, muy leído durante el franquismo.

La película se inicia con un grupo sombrío que está poniendo gasolina al coche. No hablan. Bruscamente, tras los créditos, un control de policía hace que se detengan bruscamente y huyan, iniciándose un tiroteo. Luego sabremos que se trata de miembros de un “comando terrorista”, formado por antiguos republicanos, que ha sido enviado a España para cometer un atentado. Una delación ha hecho que el grupo fuera interceptado y solamente uno de sus miembros logra sobrevivir, “Rafael”, y después de varias vicisitudes logra alcanzar Madrid. Sin embargo, la policía sigue sus pasos y está convencido de que se encuentra en la capital. El terrorista superviviente, va de un sitio a otro pidiendo ayuda (“El partido no puede abandonarme”, a lo que le responden “Es usted quien ha abandonado al partido al incumplir las órdenes”). Deberá huir y mantener momentos de soledad que son aprovechados por la cámara para interrumpir la secuencia y realizar varios flashbacks en los que recordará cómo llegó hasta ese punto antes de la guerra civil: su compromiso político, su ruptura con la familia, su novia de derechas, su protagonismo como oficial de las milicias republicanas…

Después de pasear por Madrid sin rumbo fijo (pase ante el Museo del Prado y llega al Retiro por la noche). Allí su vida se cruza con la de una mujer que acaba de descender de un coche. Desesperado, “Rafael” la abordará en lo que prácticamente es un secuestro. Se trata de la hija de unos condes que vive en una mansión y ha enviudado. El mayordomo, al tardar y no tener noticias del paradero de la chica, decide ir a la policía a denunciar la desaparición. Allí se encuentra con una prostituta que está en poder de un sombrero que reconoce como propiedad de la desaparecida: a partir de ese momento, la policía ya tiene una idea de por dónde y con quién se está moviendo.

Llegarán a una estación abandonada de ferrocarril en las afueras de Madrid. A lo largo del paseo, ambos han conseguido explicar sus situaciones personales. Él afirma estar arrepentido de la deriva que ha tomado su vida a causa de su entrega al ideal. Un nuevo flashback nos lo mostrará con su novia (Mª Dolores Pradera) en una cafetería antes de la guerra y posteriormente en los días del conflicto: el padre de ella ha sido asesinado por los republicanos. Estas confidencias hacen que ella “comprenda” las motivaciones de “Rafael” y le anime a seguir adelante entregándose. Pero la policía ha encontrado el vehículo que había robado y gracias a perros logran localizar el rastro que conduce a la estación. “Rafael” tratará de huir, pero morirá en el intento.

Se trata de un argumento propio del género negro (policías en persecución de un delincuente) con algunas connotaciones que hacen esta película “especial”: nuevamente vuelve a aparecer la idea de “reconciliación” en la figura de las dos España representadas por “Rafael” y por la viuda. La figura del comunista que no puede dar marcha atrás fue autorizada por la censura. Con posterioridad, la directora, Margarita Alexandre dijo que “la censura hizo con esta película una escabechina”. En realidad, parece que los únicos cambios afectan al diálogo final y no al final en sí mismo o al camino como se llega a él; pero cuando Margarita Alexandre hacía estas declaraciones era en 2011 y en la Cadena SER. La sensación que da la película es de que la censura no se cebó particularmente con ella y que, incluso el hecho de que el protagonista fuera un militante comunista que había venido a cometer una acción terrorista y no fuera presentado como un “monstruo”, indica cierta relajación entre los censores.

Las interpretaciones de los dos actores italianos son excelentes. María Dolores Pradera realiza una actuación algo histriónica y poco madura: se entiende que se dedicará con posterioridad a la canción. El papel secundario más brillante corresponde a Manolo Morán en una genial interpretación del mayordomo, algo amanerado. La mejor escena, sin duda, corresponde a Fausto Tozzi: protagoniza la que podemos calificar como “mejor muerte” de la historia del cine español, al caer muerto bajo las balas de la policía.

Solamente constan otras dos películas dirigidas por Margarita Alexandre (siempre acompañada por Rafael María Torrecilla, si bien parece que el papel de este fue el de cuidarse de la producción): el año anterior había filmado el documental titulado Cristo y al año siguiente rodaría La gata. La primera era un documental sobre cuadros religiosos con comentarios en off de las mejores voces del momento; mientras que la segunda era un drama rural en la Andalucía profunda. No volvió a filmar más películas.

Fue la única novela de Mercedes Fórmica llevada al cine.

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