EXORCISMO (1975) – JUAN BOSCH – EXORCISMO A LA ESPAÑOLA (CON MASÓN INCLUIDO...)
Después de dirigir varias películas que figuran entre lo mejorcito
del cine negro español, a Juan Bosch le dio por arrojarse a la fosa de la serie
B. Eran los tiempos en los que había triunfado mundialmente la película El
Exorcista (1973) de Willian Friedkin y Bosch juzgó que el tema daba para
más. El resultado fue una película entretenida, bien interpretada, pero que
palidece ante el modelo canónico original.
FICHA
TITULO: Exorcismo
AÑO: 1975
DURACIÓN: 90 minutos
DIRECTOR: Juan Bosch
GÉNERO: Terror
ARGUMENTO: Una aristócrata sufre
problemas psicológicos inexplicables y crisis del carácter. En las
inmediaciones de su residencia se han producido varios crímenes. La hermana de
la protagonista piensa que está poseída y recurre a un sacerdote para realizar
el exorcismo.
ACTORES: Paul Naschy, Maria Perschy,
María Kosty, Grace Mills, Jordi Torras, Luis Induni, Roger Leveder, Joan
Llaneras
CLIPS
CLIP 1 – UNA MISA NEGRA EN LA PLAYA
CLIP 2 – EL PRIMER SÍNTOMA DE QUE ALGO NO FUNCIONA EN LA PROTA.
CLIP 3 – NASCHY, EL EXORCISTA…
CLIP 4 – DONDE EL EXORCISTA CONOCE A LA PRESUNTA ENDEMONIADA
CLIP 5 – CUANDO LA POSESIÓN EMPIEZA A SER EVIDENTE…
CLIP 6 – EL EXORCISTA ANTE LA POLICÍA (PRIMER ENCUENTRO)
CLIP 7 – EL EXORCISTA ANTE LA POLICÍA (SEGUNDO ENCUENTRO)
CLIP 8 – LA CHACHA INVESTIGANDO Y EL EXORCISTA INFORMÁNDOSE
CLIP 9 – YA NO HAY DUDA, LA CHICA ESTÁ FATAL…
CLIP 10 – FRENTE A FRENTE (EL EXORCISMO PROPIAMENTE DICHO)
Carteles y programas
Cómo localizar la película
A
través de eMule: EXORCISMO (en formato AVI)
A
través de eMule: EXORCISMO (en formato MKV)
Lo menos que puede
decirse sobre EXORCISMO
Catalán, nacido en Valls, Juan Bosch prolongó su vida profesional
desde 1957 hasta 1983. En su haber contó (falleció en 2015) con algunas películas
notables: A
sangre fría, Sendas
marcadas, Regresa un desconocido (1961), en la primera fase de su
carrera. En la segunda, cuando ya se había lanzado a dirigir comedias
alimentarias, Investigación criminal (1969), se muestra como una
excepción en la que intentó volver al cine policíaco, realizando una simbiosis
del género con el cine erótico, que no terminó de funcionar. A partir de ahí se
dedica a los westerns y a las comedias más o menos subidas de tono, a veces
como director y, más frecuentemente, como argumentista. Es, por tanto, un
director emblemático del proceso de caída del cine español: la mayor parte de
los directores que habían hecho buen cine en los 40-50, rebasados por el
aluvión de productos que llegaban del extranjero, debieron renunciar a realizar
buenos, grandes y costosos proyectos, para dedicarse al “cine alimentario”: trabajar
en muchas películas en el menos tiempo posible, para salir adelante. El
resultado fue un cine plano, decepcionante que truncó la carrera de directores
que, de otra manera, a la vista de sus cualidades, hubieran podido entrar en la
historia del cine.
Zambullámonos en la película. Por la fecha, por el tema y por el
contenido, se corresponde con la etapa de decadencia de este director y,
también, del cine español. Rebasado por la industria del cine extranjera (y,
especialmente, norteamericana), a los directores españoles no les quedaba mas
remedio que aprovechar el tirón de otras cintas llegadas de fuera para improvisar
películas sobre el mismo tema, realizadas con bajo presupuesto y con actores de
segunda fila. Unas estaban mejor hechas y otras eran completas catástrofes.
Todo dependía de la habilidad del director que estuviera al frente y de su pundonor.
Y hay que decir que Exorcismo, visiblemente a remolque del éxito mundial
de la película dirigida por William Friedkin e interpretada por Lynda Blair dos
años antes, no es decepcionante e, incluso, mantiene algunos momentos de tensión
e interpretaciones notables que la hacen digerible.
Exorcismo es una película en la
que el título refleja el contenido… de los 15 últimos minutos. Si alguien creía
que iba a ver 90 minutos de cuellos retorcidos, vómitos verdes, costras y ojos
en blanco, deberá aguardar al exorcismo final. Todo lo anterior -que en la película
de Friedkin, ocupa buena parte del metraje apoyado por efectos especiales que
no estuvieron a disposición de Juan Boch- es el camino que lleva hasta la
posesión demoníaca de la protagonista y el correspondiente exorcismo.
La protagonista es una inglesita de buena familia, atraída por el hipismo,
las drogas y que, casualmente, participa en una especie de misa negra en una
playa. A partir de ahí, sufre un accidente y su comportamiento se vuelve
errático. Su propia madre (interpretada por una María Perschy encantadora) se
da cuenta de que algo ha cambiado en ella: está irascible, tiene súbitos
ataques de cólera y, para colmo, cerca del domicilio familiar, en la campiña
inglesa, se están produciendo algunos asesinatos que la policía investiga. La
madre llega a pensar que estos crímenes tienen algo que ver con su hija. Así
que recurre al reverendo del pueblo que no es otro que Paul Naschy (al que, erróneamente,
algunos dan como director de esta cinta) quien, por una vez, cambia el disfraz
de hombre lobo por el alzacuellos. Naschy, hay que decirlo, está en esta cinta
comedido, natural en su interpretación e, incluso, nos atreveríamos a decir que
figura entre sus mejores trabajos como actor.
El reverendo es interrogado por la policía en varias ocasiones y
aquí es donde la película se vuelve casi didáctica: en la conversación en la
rectoría, el sacerdote ilustra al policía sobre la posesión maléfica, el
diablo, los pactos diabólicos y los asesinatos rituales. Por su parte, en la mansión
donde viven los protagonistas, aparecen fotos porno realizadas por alguien que
puede estar vinculado con los crímenes producidos. El autor, como no podía ser
de otra forma, es el mayordomo, un personaje hosco, rapado, enorme y fornido,
que no es otro que Luis Induni, el actor italiano afincado en España, después
de su experiencia en la República Social Italiana de Mussolini y, cuando su
carrera ya había entrado en el declive. En torno al mayordomo y a sus crímenes
el guion introduce los elementos ingenuamente eróticos de la cinta que, en
realidad, tienen poco que ver con su título: Exorcismo. Porque la endemoniada
no es la asesina. Esto no quita para que su situación sea cada vez peor y,
finalmente, en el último cuarto de hora de la cinta, ya adquiera los rasgos canónicos
de los endemoniados tal como mostró Friedkin. Y entonces llega el reverendo
Naschy y procede al exorcismo.
Otro personaje que cabe destacar es el de la hermana de la
endemoniada, interpretado por una juvenil y atractiva María Kosty que llevaba desde
1966 curtiéndose en aquel mítico programa de TVE, Escala en hi-fi y
participando luego en otras producciones de TVE, alternándolas con trabajos en
el teatro y sus primeros escarceos cinematográficos. Cuando filma esta película
es una actriz que, además de un físico y un tic erótico envidiable, interpreta
correctamente y resulta creíble en sus personajes alejados de la comedia que, a
fin de cuentas, será su especialidad.
La película, no es, desde luego, una “gran película”, pero puede
verse, resulta entretenida, chirría solamente en algunas escenas, pero está
bien montada y realizada. El problema, claro está, es que sobre ella planea la
sombra de Friedkin: es, digámoslo así, un “exorcismo a la española”. Y si
Carrero Blanco impulsó el “programa nuclear” español, nadie podrá negar el
derecho a Juan Bosch de intentar realizar una versión carpetovetónica del mismo
tema (aunque ambientada en la campiña inglesa y en el anglicanismo, quizás para
evitar que situarla en España y en una parroquia católica, hubiera generado
resistencias y oposición de sectores ultramontanos).
Lo significativo de la cinta es la presencia de Naschy (que ya
entonces era el “hombre lobo”, alter ego de “Waldemar Daninsky”, a su vez, alter
ego de “Paul Naschy” y, finalmente, alter ego de Jacinto Molina), sumado a las
excelentes interpretaciones de Maria Perschy, Maria Kosty y la presencia de
Roger Leveder… Un comentario sobre este último: ésta fue su única película. No
consta que filmara ninguna otra. Se le nota cierta inseguridad en su actuación
producto de su inexperiencia como actor. Pero, en aquel momento, estaba
interesado en cuestiones ocultistas. Años después, muerto Franco y autorizada
la constitución de logias masónicas, reaparecería como Gran Maestre de la Gran
Logia Simbólica de España entre 1984 y 1986. Fallecería tempranamente a los 58
años (en 1998). Había sido iniciado en la Logia Minerva-Lealtad número 1 de
Barcelona y luego pasó a la logia Hermes-Tolerancia de Madrid y, más tarde, fue
venerable maestre de la Logia Miguel de Cervantes de Barcelona. Que la tierra le
sea leve.
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