EL SANTUARIO NO SE RINDE (1949) – RUIZ CASTILLO – A PESAR DE LAS APARIENCIAS: UNA PELÍCULA DE "RECONCILIACIÓN"
En el año 1949, el nacional-catolicismo vivía un momento
angustioso de cerco internacional. España era el único país “apestado” de
Europa occidental, allí donde el “fascismo” seguía existiendo y el país que
daba refugio a dirigentes de los países vencidos. Franco solamente tenía dos
posibilidades: renunciar al poder o profundizar en los ideales de la Cruzada.
Esta película, muestra a las claras por dónde se había decidido el régimen; pero que nadie se llame a engaño: detrás de esta cinta de aspecto bélico aparecen dos elementos añadidos: una historia de amor entre la mujer de noble estirpe y el republicano moderado que lleva, directamente, al "cine de reconciliación" (esto es, a la negación de la "memoria histórica" hemipléjica).
FICHA
TITULO: El santuario no se rinde
AÑO: 1949
DURACIÓN: 102 minutos
DIRECTOR: Arturo Ruiz Castillo
GÉNERO: Bélico
ARGUMENTO: Un padre y su hija,
recuerdan la resistencia del Capitán Cortés y de sus Guardias Civiles y
ciudadanos armados, en el Santuario de la Virgen de la Cabeza durante los
primeros meses de la Guerra Civil. Inicialmente, ella fue salvada del
fusilamiento por un hombre de izquierdas y luego se incorporó a la resistencia
en el Santuario.
ACTORES: Alfredo Mayo, Beatriz de
Añara, Tomás Blanco, Mary Lamar, Carlos Muñoz, Fernando Fernández de Córdoba,
José María Lado, Eduardo Fajardo, Antonio Casas, Ángel de Andrés, Arturo Marín,
Rafael Bardem
CLIPS
CLIP 1 – CRÉDITOS Y DECLARACIÓN INICIAL
CLIP 2 – UN HOMBRE JUSTO EN LOS PROLEGÓMENOS DE LA GUERRA CIVIL: “ESA
GENTE NO SABE LO QUE HACE” (LO DICE UNO “DE IZQUIERDAS”)
CLIP 3 – EL CAPITÁN CORTES COMUNICA QUE CUMPLIRÁ SU REGLAMENTO
HASTA EL FINAL
CLIP 4 – LOS FUSILAMIENTOS QUE LA “MEMORIA HISTÓRICA” NO QUIERE
RECORDAR
CLIP 5 – LA PERSEGUIDA Y EL SALVADOR
CLIP 6 – CAMINO DEL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
CLIP 7 – SE INICIA LA RESISTENCIA
CLIP 8 – LA SITUACIÓN ESTRATÉGICA DEL SANTARIO Y LOS VUELOS DEL
CAPITÁN HAYA
CLIP 9 – PEPINAZO VA, PEPINAZO VIENE, LA RESISTENCIA CONTINUA. EL PUENTE AÉREO
CLIP 10 – “NO ME RENDIRÉ…”, PERO LA SITUACIÓN EMPIEZA A SER DESESPERADA
CLIP 11 – RESISTENCIA IMPOSIBLE
CLIP 12 – LOS INTERNACIONALES ESTÁN EN EL INTERIOR DEL SANTUARIO. EL CAPITAL CORTES MUERE CON EL NOMBRE DE ESPAÑA EN LOS LABIOS
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A través de eMule: El
Santuario no se rinde (versión en formato MP4)
A través de eMule: El
Santuario no se rinde (versión en formato AVI)
A través de eMule: El
Santuario no se rinde (versión en formato MKV)
Lo menos que puede
decirse sobre EL SANTUARIO NO SE RINDE
El contenido de la película está implícito en su título: vamos a
ver, en hora y media, cómo y por qué se desarrolló la resistencia en el
Santuario de la Virgen de la Cabeza entre julio de 1936 y mayo de 1937. Si la
gloria de la resistencia y la victoria se decantó del lado de los resistentes
en el Alcázar de Toledo, en este otro emplazamiento, los combates fueron mucho
más prolongados y se saldaron con la inevitable victoria de los republicanos. Ahora
bien, en el período en el que gobernó España el “nacional-catolicismo” (esto
es, entre 1943 y mediados de los años 50), los hechos sucedidos entre el 14 de
septiembre de 1936 y el 1º de mayo de 1937, fueron exaltados como emblemáticos
de los ideales de la Cruzada.
Digamos unas notas sobre aquel episodio de la Guerra Civil, otro
de los que no gusta recordar a los profesionales de la “memoria histórica”. A
32 kilómetros de la capital provincial, en Jaén, se encuentra el Santuario de
la Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar desde 1909. Allí se practica el culto
-que esté documentado- desde 1287, cuando se inicio la construcción del
santuario y, desde la época de los Reyes Católicos, se realiza una romería que
figura entre las más antiguas de España.
Al producirse la sublevación cívico-militar del 18 de julio de
1936, la intentona fracasó en la provincia. El gobernador civil, siguiendo las
presiones del PSOE, del PCE y de la Izquierda Republicana, distribuyó armas
entre los militantes de estos partidos. El jefe de la Guardia Civil se negó a
seguir la orden y ordenó la concentración de los miembros del cuerpo para
evitar que los milicianos armados dispararan contra sus miembros. Las columnas
enviadas por el gobierno republicano para recuperar Córdoba, al mando del
general Miaja con siguió que se incorporaran 40 de los guardias civiles
concentrados a su columna. A partir de ese momento, las milicias de izquierdas,
dueños de Andújar, cometieron crímenes contra frailes, sacerdotes, miembros de
partidos de derechas y terratenientes. A la vista de cómo estaban las cosas, el
propio Miaja autorizó el traslado de los 50 guardias civiles que habían quedado
en la zona a Lugar nuevo, junto con otros 25 guardias, dos decenas de civiles
armados, falangistas la mayoría, y 231 paisanos más. Pero la situación no
mejoró en el nuevo emplazamiento y Miaja autorizó un nuevo traslado el 17 y 18
de agosto hasta el Santuario. Éste se encontraba desierto: los frailes
trinitarios que vivían allí habían sido asesinados en las fechas inmediatamente
posteriores al 18 de julio. Hasta ese momento, el gobierno republicano
consideraba que los Guardias Civiles allí refugiados, eran fieles al gobierno
de Madrid. Sin embargo, el 22 de agosto, el capitán Reparaz, adjunto de Miaja,
cruzó las líneas y se incorporó a la Zona Nacional. Reparaz había sido el
valedor y el artífice de todos los traslados que había autorizado Miaja, así
que el gobierno empezó a pensar que todos los que se encontraban en el Santuario,
simulaban lealtad a la República, cuando en realidad eran quintacolumnistas.
A partir de ahí, después de reuniones tengas de los mandos de la
Guardia Civil que se encontraban en el Santuario, con mandos militares y
autoridades republicanas, se hizo inevitable la ruptura. De todas formas, se
pactó la evacuación de civiles, pero cuando el capitán Cortés llegó al
Santuario se enteró de que algunas mujeres habían sido insultadas y amenazadas
por milicianos. Ordenó detener a los milicianos que estaban al frente de la
evacuación y asumió el mando de la posición. En días posteriores, llegarían más
refugiados hasta un total de 1.200 personas de las que 165 eran Guardias
Civiles (cifras reconocidas por el gobierno de la República) mientras otras
cifras hablan de 270 combatientes y 870 ancianos, mujeres y niños no
combatientes.
El 15 de septiembre se iniciaron los bombardeos republicanos,
mientras que, a partir del 9 de octubre, el Capitán Haya, empezó a aprovisionar
al monasterio arrojando vituallas, armamento y material médico en 70 vuelos
protagonizados por él. A pesar de la presión republicana y del envío de
columnas armadas, la situación no varió en enero y febrero de 1937. La ofensiva
lanzada por Queipo de Llano para intentar liberar el Santuario en diciembre de
1936, se había saldado con un fracaso. En marzo del 37, cuando la situación de
la República empezaba a ser preocupante en todos los frentes, el gobierno
ordenó el envío de cuatro Brigadas Mixtas, que finalmente consiguieron romper los
últimos reductos de resistencia, movilizando aviación de bombardeo y una unidad
de tanques, en la emblemática fecha del 1º de mayo de 1937. El capitán cortés
resultó herido en estos últimos combates, muriendo el 2 de mayo. El Santuario
había quedado completamente destruido y la imagen de la Virgen de la Cabeza se
dio por desaparecida. La resistencia había durado nueve meses.
Y esto es lo que nos cuenta la película, incluyendo la escena en
la que se muestra un mapa de la situación militar que esclarece aún más la
situación. La protagonista, “Marisa Fuenterreal” (interpretada por Beatriz de
Añara, la única película en la que apareció), recuerda en las primeras escenas
los días angustiosos que pasó sitiada en el monasterio y cómo llegó hasta allí.
Su padre había sido asesinado en los primeros momentos de la Guerra Civil por
los milicianos republicanos, y ella salvó la vida gracias a la decisión y al
sentido de la justicia de “Luis de Aracil” (Alfredo Mayo), un hombre, inicialmente
de izquierdas, pero con un claro juicio de lo que era la justicia y la equidad
que, finalmente, se incorpora también a la resistencia en el monasterio. Los
distintos episodios de la resistencia y el asalto final (que en la película
está protagonizado por miembros de las Brigadas Internacionales que hablan y
llevan cascos franceses) son narrados con bastante rigor y adquieren
dimensiones épico-religiosas en algunos diálogos. El papel del Capitán Cortés
está interpretado por Tomás Blanco, uno de los mejores actores de la escena
española de la postguerra.
Lo cierto es que el guion es muy ponderado: no se cuenta nada que
no fuera cierto. Es solamente una “película de propaganda” en la medida en que su
propio contenido exalta a una de las partes que participaron en la guerra
civil. Debería ser de obligado visionado especialmente para los fanáticos de la
“memoria histórica”. Los hechos no son cómo ellos imaginan o cómo les gustaría
que fueran. Así lo reconocen los historiadores dignos de tal nombre. El hecho
de que se reconozca -en el papel representado por Alfredo Mayo- a un
republicano justo y moderado, indica que la película no hace gala de ningún maniqueísmo
exagerado: los milicianos republicanos son presentados como asesinos… porque
asesinaban gente.
Por supuesto, en una producción española de la época, dentro del
drama bélico y de la reconstrucción histórica de hechos y situaciones, se
alberga también una historia de amor que, en este caso no resulta ni
empalagosa, ni cargante, entre la mujer de noble estirpe y, por tanto, de
derechas, y el republicano sensato y razonable. El mensaje final, reitera lo
que ya vimos en 1939 en la conclusión de Frente
de Madrid: un mensaje de RECONCILIACIÓN… lo que el zapaterismo inventó
en la primera década del milenio y el pedrosanchismo ha redescubierto en la
segunda.
Vale la pena ver esta película en la que, incluso las escenas
bélicas están realizadas con habilidad, a pesar de la escasez de medios y lo
limitado del presupuesto. En cuanto al director, Arturo Ruiz Castillo, se trató
de alguien muy implicado en la vida cultural de la República y participó en la
fundación de La Barraca, la compañía ambulante de teatro fundada por García
Lorca. En la postguerra crearía us propia productora, Horizonte Films, que
entre finales de los años 40 y principios de los 60 realizó notables películas,
entre lasque figura ésta, antes de pasar a trabajar para TVE.
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