HOSPITAL DE URGENCIA (1956) – Antonio Santillán – La película que se anticipó a las series hospitalarias

Curiosa película de Antonio Santillán filmada en la Barcelona de Ignacio F. Iquino (concretamente en el Hospital del Generalísimo en el Valle de Hebrón y en el Pedralbes de aquellos años, el non plus ultra de la Barcelona cincuentera). Tiene su gracia ver a un José Sazatornil (que luego se encasillaría en el humor) como atracador inmisericorde, o el que los dos protagonistas principales sean franceses o un Tony Lebranc que parece sacado de las novelas picarescas… Pero, quizás, lo más importante, es que la película prefigura -con una década de anticipación- lo que serán luego las “series hospitalarias” y “de médicos”.

FICHA

TITULO: Hospital de Urgencia

AÑO: 1956

DURACIÓN: 86 minutos

DIRECTOR: Antonio Santillán

GÉNERO: Drama

ARGUMENTO: En un hospital barcelonés, el director, los estudiantes de medicina, los bedeles y los pacientes son los protagonistas de esta cinta. El jefe de cirugía, ve como su dedicación hace que su mujer se vaya alejando de él y que empiece a frecuentar a un antiguo novio, también médico que ha regresado de una estancia en el extranjero. Mientras, distintas situaciones que afectan a pacientes, estudiantes, enfermos y beneles.

ACTORES: Claude Godard, Daniel Clerice, Estanis González, Fernando Vallejo, Tony Leblanc, Jesús Colomer, María Martín, Armando Moreno Gómez, Gustavo Re, José Sazatornil, Miguel Fleta,

 

 

CLIPS

CLIP 1 – CRÉDITOS Y VISTA GENERAL DEL HOSPITAL DEL VALLE DE HEBRÓN (EN CONSTRUCCIÓN)



CLIP 2 – TONY LEBLANC HACIENDO DE TONY LEBLANC



CLIP 3 – EL BEDEL MÁS PREOCUPADO POR LOS ENFERMOS QUE LOS PROPIOS MEDICOS



CLIP 4 – LA BANDA DE ATRACADORES MAL AVENIDOS PREPARANDO EL GOLPE



CLIP 5 – ANTIGUOS COMPAÑEROS DE TRABAJO CON UNA MUJER EN COMÚN



CLIP 6 – ASÍ ERAN LOS BARRIOS “ALTOS” DE BARCELONA EN 1956…



CLIP 7 – EL “CLUB NÁUTICO” EN AQUELLOS TIEMPOS, LA ESPOSA CANSADA DE ESPERAR Y EL ESTUDIANTE QUE LLEGA SIEMPRE TARDE



CLIP 8 – UN GOLPE EN LA PLAZA DE TOROS DE LAS ARENAS



CLIP 9 – UN POLICÍA CON CAPACIDAD DE CONVICCIÓN BUSCANDO AL TERCER HOMBRE



CLIP 10 – UNA FUGA EN EL HOSPITAL Y EL CIRUJANO JEFE MALHERIDO



CLIP 11 – TODO ESTÁ BIEN LO QUE TERMINA BIEN


 

 

Carteles y programas

 


 

Cómo localizar la película

A través de eMule: HOSPITAL DE URGENCIA (formato AVI)

A través de eMule: HOSPITAL DE URGENCIA (formato MKV)

 

Lo menos que puede decirse sobre HOSPITAL DE URGENCIA

Las películas de médicos, las series hospitalarias, siguen figurando hoy en los catálogos de los streamings y, de tanto en tanto, incluso, hay alguna que logra llamar la atención. Resulta difícil establecer cuándo se iniciaron. Aunque en televisión se sabe que Doctor Kildare fuera de la primera y que, Marcus Welby doctor en medicina, confirmaría el interés que el género tenía para el público desde los años 60. Pues bien, la producción española, Hospital de urgencia fue anterior a todas estas. Claro está que antes, todas las cinematografías habían realizado alguna película que tuviera como protagonistas a médicos, enfermeras o se desarrollasen en escenarios hospitalarios, pero casi siempre vinculadas a las guerra mundiales. A mediados de los años 50 todavía eran muy pocas las películas centradas en médicos y hospitales. Iquino estuvo, una vez más, al quite: siempre pendiente de los gustos del público y de ofrecer en España productos que estaban imponiéndose en el extranjero, su productora propuso esta película Antonio Santillán, encargándole, así mismo, que elaborara el guion. Santillán contó con la inestimable colaboración de José Antonio de la Loma, de Joaquina Algars y de Manuel Bengoa. Cada uno de ellos puso el énfasis en algún aspecto que dominaba y así salió esta película que tiene algo de género negro, bastante de drama emotivo y sentimental, mucho de relaciones entre parejas, bastante de picaresca, todo ello albergado en el interior del entonces recién construido Hospital del Generalísimo en el barrio barcelonés del Valle de Hebrón, casi allí donde la “ciudad perdía su nombre”.

Y hay que reconocer que la película fue un acierto y se mantuvo bastante en cartel. Incluso fue presentada en el Festival Internacional del Cine de San Sebastián en 1956. No estaba previsto y solamente se introdujo en el festival cuando la productora optó por enviar al Festival de Venecia -de mayor renombre- la cinta que estaba prevista exhibir, el Calabuch de Luis García Berlanga. Obviamente, Hospital de Urgencia era inferior en calidad a Calabuch, pero también a la película que estaba como “reserva” (Embajadores en el infierno). Pero enviar esta película a aquel festival podía ser arriesgado: se trataba de una película de contenido político, anticomunista y, era, de hecho, un homenaje a los presos de la División Española de Voluntarios, la División Azul que combatió en el frente del este con uniforme alemán contra el bolchevismo. Se corría el riesgo de que el jurado del festival quisiera “castigar” a una película que no correspondía con sus puntos de vista políticos y que eso, pudiera perjudicar posteriormente la distribución de esta cinta. Así que Santillán y su Hospital de Urgencia fue enviado. La película pasó en el festival sin pena ni gloria: Todos somos necesarios de José Antonio Nieves Conde se llevó los premios a la mejor película española, al mejor director y al menor guion, y Alberto Closas, protagonista de la película, se llevó el premio a la mejor actriz.

Ciertamente, se trata de una película discreta, pensada como un embudo en el que podía entrar cualquier aficionado a no importa qué género. Esto explica que la trama policial sea floja, o que la historia de amor y la disputa por una mujer sea demasiado precipitada. O, incluso que la parte emotiva y sentimentaloide, tenga como única intención hacer saltar alguna lágrima. Incluso, la parte cómica, protagonizada por Tony Leblanc, tiene algo de falso y rápido. Digamos que, en su conjunto, la cinta está en la media de la época: no es, ni una película genial, ni un destrozo. Lo cierto es que, repasando el catálogo del Festival de San Sebastián de aquel año, salvo Todos somos necesarios, película muy notable, el resto han sido cintas que se han olvidado pronto. Incluso las extranjeras premiadas.

La cinta nos cuenta la vida en un hospital, buena parte del cual se dedica a ingresos de urgencias. El director de cirugía es un hombre volcado a su trabajo y que ha descuidado sus deberes matrimoniales. No es que no quiera a su esposa: es que está irresistiblemente atraído por su trabajo y éste siempre tiene algún imprevisto que le ata al quirófano y le despega de su esposa. En el hospital ha entrado un prestigioso cirujano que ha hecho la primera parte de su carrera en clínicas alemanas y se muestra como el ayudante y sustituto del director de cirugía. Éste lo invita a comer a su casa, ignorando que había sido un antiguo novio de su esposa, antes de irse a Alemania. Para colmo, aquella noche, el jefe de cirugía no podrá estar presente en la cena a causa de una urgencia. A partir de ahí, se inicia una relación -limpia, sin cama, sin besos furtivos, sin pasión desatada, sino de simple amistad- entre el médico llegado de Alemania y la esposa del jefe de cirugía. Esta es una de las líneas argumentales.

La otra está protagonizada por un grupo de atracadores que preparan un golpe en la Plaza de Toros de Las Arenas en Barcelona. Dos son veteranos y el tercero, de menos experiencia, ni siquiera tiene vocación de delincuente. Ignora, además, que su esposa acaba de ser atropellada y ha sido operada en el Hospital de urgencia, porque, además, estaba embarazada y ha dado a luz. El atraco, por supuesto, saldrá mal. Se producirá un tiroteo en el que resultará herido el jefe de la banda y el atracador que todavía ignora que ha sido padre. Ambos irán a parar al hospital y allí serán interrogados por la policía.

Luego está la parte cómica que descansa sobre los hombres desenfadados de Tony Leblanc. Es un estudiante de último curso que está realizando las prácticas. Es un vividor, malgasta el dinero y no tiene miedo en empeñarse, robar, engañar, trolear y burlarse de compañeros, de la administración, de las enfermeras o de los profesores. Es un personaje tan gracioso como estomagante que, al final, recibirá como premio la incomprensión de las enfermeras que pretende seducir.

Y luego está el estudiante que siempre llega tarde a las clases. Pero no se debe a negligencia sino a falta de medios económicos -esta es la “parte social”-, para subsistir se emplea como limpiacoches en una gasolinera y allí lo localiza el director de cirugía que entiende sus retrasos reiterados. Obviamente, será el más recompensado por la fortuna: acabará brillantemente sus estudios, su novia pasará a ser formal y será recompensado con un puesto de confianza en la sala de cirugía.

Aún queda la parte dramático-sentimental. La protagonizará una niña enferma con la que se encariña el bedel de la planta. La historia, acabará mal y estará presente para suscitar alguna lágrima en la platea.

Como en todas las películas de Iquino, el escenario es Barcelona. Parte de la película se rodó en el vestíbulo del hospital. Aparecen también otros planos de la cruz de Pedralbes y de las últimas casas de familias adineradas que cerraban por el sur la ciudad. También pueden verse los chalets de la avenida del Tibidabo y casas de la parte superior de la calle Balmes. En fin, otra muestra del gusto que Iquino tenía por la geografía urbana barcelonesa.

Dos de los protagonistas, son de origen francés: Claude Godard (es la esposa del cirujano),  y Daniel Clérice es, por su parte, el “doctor Villanueva”, su esposo. José Sazatornil ejerce como jefe del grupo de atracadores y Estanis González como el atracador poco convencido. Gustavo Re está presente como enfermo al que Tony Leblanc tima y Miguel Fleta, en esta como en tantas otras ocasiones, será el policía encargado de interrogar a los atracadores detenidos. Armando Moreno es el cirujano ligón que ha vuelto de Alemania.

La película puede considerarse una “cinta bienintencionada”, con aspectos moralizantes constantemente presentes. No es una de esas películas memorables, pero si curiosas y en cuya realización se nota la mano de un artesano y otros rasgos de la factoría Iquino.

 

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