LOS AGENTES DEL QUINTO GRUPO (1955) – RICARDO GASCÓN– Cuando la Brigada Político Social todavía era popular
Servidor guarda muy mal recuerdo del Grupo 4º de la BPS de
Barcelona. En realidad, peor que malo. Incluso por unos meses entraría en la
categoría de “represaliados del franquismo” que abarca hasta diciembre de 1983.
Pero en 1955, cuando yo tenía 3 años, los miembros de la BPS todavía eran
populares en Barcelona, hasta el punto de que el “Grupo Quinto” mereció está
película trenzada en la factoría de Ignacio F. Iquino y confiada a uno de sus
meritorios: Ricardo Gascón.
FICHA
TITULO: Los agentes del quinto grupo
AÑO: 1955
DURACIÓN: 75 MINUTOS
DIRECTOR: Ricardo Gascón
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Un grupo de policías del Quinto
Grupo está detrás de una peligrosa banda de atracadores. Cada uno de los
miembros del grupo tiene una personalidad característica y unas inclinaciones
personales. Todos ellos hacen gala de heroísmo en la lucha contra la
delincuencia y sufren bajas a la hora de acabar con esta banda que no duda,
siquiera, en asesinar a los suyos.
ACTORES: Armando Moreno, Manuel Gas,
Miguel Fleta, José María Marcos, Mario Gas, José Sazatornil, Carolina Jiménez,
Barta Barri, Francisco Piquer
CLIPS
CLIP 1 – CREDITOS Y LA BANDA DE GANSTERS DE POSTGUERRA
CLIP 2 – AQUÍ SE MASCA LA TRAGEDIA
CLIP 3 – LOS MUCHACHOS DEL GRUPO QUINTO
CLIP 4 – PRIMERA BAJA, EL NOVATO AGRESIVO EN LA BOCA DEL LOBO
CLIP 5 – EL POLICÍA ESCRITOR ACABA DE GANAR UN PREMIO LITERARIO
CLIP 6 – MALAS NOTICIAS Y DESMORALIZACIÓN DE ALGUNO
CLIP 7 – ENCONTRANDO A UN AMIGO EN LA PUERTA DE LA PAZ
CLIP 8 – EL POLICÍA ESCRITOR VISITANDO A LA MADRE
CLIP 9 – UNO DE LA BANDA COLOCAO, RECIBE UNA PALIZA
CLIP 10 – POLICIAS Y ATRACADORES RUMBO A ENASA
CLIP 11 – TIROTEO EN LA “EMPRESA NACIONAL DE AUTOCAMIONES SA”, LA
PEGASO
CLIP 12 – FAMILIA FELIX EN EL TREN AÉREO DEL TIBIDABO.
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: LOS
AGENTES DEL QUINTO GRUPO (en versión MKV)
A TRAVÉS DE EMULE: LOS
AGENTES DEL QUINTO GRUPO (en versión AVI)
Lo menos que puede
decirse sobre LOS AGENTES DEL QUINTO GRUPO
Ricardo Gascón en 1955 se encontraba en su mejor momento. Desde
1946 se había afirmado como guionista y director especializado en cine negro
(con alguna incursión en el histórico (su Don Juan de Serrallonga,
en 1947). Su ciclo de actividad cinematográfica se prolongó desde 1946 hasta
1956, apenas diez años, pero en los que nos obsequió con películas muy notables
entre las que figura Pleito
de Sangre y esta que comentamos hoy, Los Agentes del Quinto
Grupo.
La película, hay que decirlo, ante todo, no es una simple película
de glosa, loa y alabanza al cuerpo general de policía, en un tiempo en el que
era una tarea mucho mejor valorada que en nuestros días. Es, mucho más: se
trata de una cinta en la que se “humaniza” a un grupo policial de la Jefatura
Superior de Policía de Barcelona. No son policías perfectos: uno tiene
altibajos, el otro está más interesado por su carrera de escritor que por la de
policía, otro, es más bien un hijo de papá, un “pijo” de la época, que siente
una especial atracción adrenalínica por las situaciones que vive y que
desobedece órdenes para salvar a un amigo; y luego está el más joven y osado,
un tipo bronco y siempre beligerante que será el primero en sucumbir. El jefe,
es comprensivo, pero también autoritario, rígido y siempre dispuestos a cumplir
órdenes. No es tamos muy seguros de que esta pudiera ser la composición de un
grupo policial ni siquiera en aquella década (a pesar de que hubo policías que
destacaron como excelentes escritores (ahí está el Tomás Salvador recién
ingresado en el Cuerpo General de Policía tras su retorno de la División Azul),
pero, en cualquier caso, todos los personajes que crea Gascón (fue director,
pero también guionista) tienen buen juego narrativo y suficiente profundidad
como para ser creíbles.
Sin embargo, los “malvados” resultan bastante más superficiales en
el tratamiento que les da Gascón en esta cinta. El actor húngaro afincado en
España, Barta Barri, se muestra como un tipo sádico, metódico, implacable tanto
en la planificación de los atracos como en el control de los miembros de su
banda a los que no tolera ninguna debilidad. Y se entiende: la película gira en
torno “a los agentes del Quinto Grupo”, no en torno a mafiosos. La pieza de
enlace entre unos y otros es Francisco Piquer, amigo de uno de los policías, al
parecer del tiempo de la guerra civil y que trabajaba con los “rojos”. Desde
esa posición, facilitó la fuga del policía “pijo”.
Tampoco hay una presencia significativa de actrices. Están, claro
está, la esposa del jefe del grupo, y también la de uno de los miembros (la de
Armando Moreno), e incluso puede mencionarse la fugaz presencia de la madre de
otro (la de Miguel Fleta). Pero en ningún caso tienen en esta cinta un papel
relevante.
Vamos al guion. Gascón quiso “humanizar” a la policía. Y lo
consiguió. Pero equilibró los aspectos personales con los de acción e intriga.
Esta es una característica del cine policíaco español de la época: los
equilibrios justos entre guion e interpretación, entre psicología e intriga,
entre fotografía y escenarios.
La película se inicia con una simple presentación de los
protagonistas. Los cuatro miembros del “Guinto Grupo”. Estamos en Barcelona
(escenario de todas las películas policíacas de IFI Producción (la empresa de
Ignacio F. Iquino, instalada en el Paralelo barcelonés) y vamos a ver, de
nuevo, encuadras olvidados y desconocidos de la geografía urbana cincuentera de
la Ciudad Contral. La Jefatura Superior de Policía aparece en varias ocasiones,
tanto en el exterior como en sus oficinas (cuando nos obligaron a frecuentarlas
casi veinte años después, seguía iguales o muy parecidas). Abundan los giros
violentos, los tiroteos, el uso de armas de fuego (después de una guerra
siempre han quedado armas esparcidas por todas partes), los tugurios y los
lugares sombríos. El atraco final se desarrolla en las instalaciones de la
Empresa Nacional de Autocamiones SA, ENASA, popularmente conocida como “La
Pegaso”, que todavía existe en San Andrés como parque. Cuesta reconocer algunas
localizaciones: Barcelona ha cambiado tanto que resulta irreconocible: garajes,
talleres, tugurios, muestras de un pasado que fue y ya no es. Memoria histórica
en estado puro.
Una vez presentados los agentes del Quinto Grupo, la trama nos traslada
a la banda de delincuentes. Está dirigida por “Barriére”, un psicopatón (Barta
Barri, naturalmente, que bordaba estos personajes, a pesar de ser reconocido
como excelente persona, tal como encarnó en su última etapa como actor en los
años 80). En los atracos de esta banda, sus miembros demuestran tener el
gatillo fácil. Raro es el golpe en el que no descargan un tambor de balas en
algún cuerpo. “Lozón” (José María Marco), miembro del Quinto Grupo, en recién
llegado, tratará de seguir la investigación sobre esta banda por su cuenta y se
adentrará en uno de sus garitos encontrando allí la muerte. Pero, antes de
morir, consigue herir a uno de los atracadores y a partir de esto, la policía
ubicará que el siguiente golpe se realizará en las oficinas de La Pegaso. Allí
estarán todos los miembros del grupo sustituyendo a los empleados. Pero hasta
llegar allí, Gascón se entretiene en algunas pinceladas humanizadoras de los
agentes del Quinto Grupo: “el inspector Martín” (Miguel Fleta), el que tiene
votación literaria, ganará un premio y el editor (Pablo Garsaball) le comprará
otra novela; con dos talones con los que no contaba, visitará a su madre en una
masía próxima a Barcelona y tendrá. Igualmente, una animada conversación con un
vendedor (un juvenil José Sazatornil “Saza”); la muerte de “Lozón”, derrumbará
a su compañero, el “inspector Durán” (Pablo Moreno) que optará por abandonar el
cuerpo, dimisión de la que luego se arrepentirá llegando a la cita en La
Pegaso. Por su parte, el policía “pijo” reconoce entre los sospechosos de
pertenecer a la banda a uno de sus antiguos amigos, un “rojo” que le ayudó en
su momento. Lo sigue, lo localiza, lo lleva a su apartamento, lo invita a unas
copas con la intención embriagarlo y evitar que participe en el golpe. Algo que
consigue. Cuando la banda asalta La Pegaso, se produce un tiroteo en el curso
del cual fallece el “inspector Martín”, pero el golpe se evita y la banda queda
exterminada por completo. Final feliz.
La película consigue “enganchar” al público y tiene un interés
cinematográfico indudable: es una de las piezas que componen el edificio del
mejor cine negro español, aquel que se dio entre 1950 y 1965. Quizás esta sea
una de las películas en las que se producen más “escenas de acción” y más
tiroteos. Están bien planificados, van a rebufo del cine negro americano de
aquella época y la intención de mostrar a los policías en su vertiente humana
se consigue ampliamente. No ha perdido interés con los casi setenta años que
han pasado desde su estreno. Es más, este cine, como el vino viejo, mejora con
el tiempo (o quizás sea que el tiempo ha ido empeorando el “vino nuevo”)
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