LOS COBARDES (1959) – JUAN CARLOS THORRY – SOLO LOS COBARDES DUDAN A LA HORA DE ELEGIR EL CAMINO

Otra película “de formación” o, si se prefiere “para la educación del carácter”. Producto de una época en la que el cine servía para algo más que entretener, esta cinta puede incluirse tanto dentro del “cine negro” como del “verismo social”. Nos cuenta una historia que, realmente, era bastante más habitual de lo que se tiene tendencia a pensar en la España de la postguerra: había dos caminos para sobrevivir, trabajar mucho o la vía de la delincuencia.

FICHA

TITULO: Los cobardes (La rue de la peur, en versión francesa)

AÑO: 1959

DURACIÓN: 85 minutos

DIRECTOR: Juan Carlos Thorry

GÉNERO: Negro

ARGUMENTO: Un joven que acaba de salir del reformatorio por sus errores de infancia, es captado por una banda de delincuentes a la que le lleva la atracción que siente por una “mujer fatal”. Sin embargo, en esos mismos días se enamora de una chica, trabajadora y “de bien”. Dudará entre los dos caminos a seguir, representados por ambas mujeres. Mientras, la policía seguirá sus pasos.

ACTORES: Vicente Parra, Nadine Tallier, Yves Massard, Salvador Muñoz, Claudine Dupuis, Eugenio Domingo, María Martín, Gonzalo Medel, Manolo García, José Dacosta, Manuel Gas

CLIPS

CLIP 1 – CRÉDITOS Y EMPEZANDO POR EL FINAL…


CLIP 2 – CUANDO ERA NIÑO Y EN COREA ACABABA DE ESTALLAR LA GUERRA


CLIP 3 – SIGUIENDO EL OSCURO SE LLEGA AL REFORMATORIO


CLIP 4 – EL DÍA DE LA SALIDA DEL REFORMATORIO, UN HOMBRE HECHO Y DERECHO.


CLIP 5 – MUJER FATAL Y MUJER FLECHAZO


CLIP 6 – UN GOLPE EN EL CABARET


CLIP 7 – VOLVIENDO AL REFORMATORIO PARA BUSCAR AL AMIGO FIEL


CLIP 8 – VICENTE PARRA LIGANDO CON LA ZAPATERA…


CLIP 9 – … Y CON LA RUBIA PELIGROSA SUSCITANDO CELOS DEL JEFE DE LA BANDA.


CLIP 10 – CASADO, PADRE DE FAMILIA Y TRABAJANDO EN LA PEGASO… (PERO LA RUBIA PELIGROSA VUELVE DE NUEVO)


CLIP 11 – Y, TRAS EL ATRACO, EL ASEDIO POLICIAL.


CLIP 12 – HACIA UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD.


 

Carteles y programas

 

 

Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: LOS COBARDES (en formato MKV)

 

Lo menos que puede decirse sobre LOS COBARDES

Juan Carlos Thorry apenas es conocido en la filmografía española. Ésta, Los cobardes, fue su única película dirigida en nuestro país y, además, se trató de una co-producción hispano francesa. Sin embargo, el longevo Thorry fue extremadamente conocido, mucho más como actor que como director de cine que dedicó también buena parte de su trabajo a la televisión. No tuvo inconveniente en filmar esta cinta de género negro que sintonizaba perfectamente con los imperativos culturales y morales del nacional-catolicismo que gobernaba en España (aunque declinante por los primeros envites de los tecnócratas opusdeistas). Porque la cinta, si puede calificarse de algo, además, es de transmitir un mensaje moralista: “haz cosas buenas y te pasarán cosas buenas, sigue la vía del delito y destrozarás tu vida”.

El protagonista de la cinta es Vicente Parra que todavía entonces era un joven actor, pero con suficiente experiencias a sus espaldas como para que los productores confiaran en él. Desde su primera aparición en Manicomio, había filmado una decena de películas en las que, poco a poco, su rostro había ido ganando protagonismo y haciéndose familiar para los espectadores. Tras una breve aparición en La patrulla, su rostro se haría enormemente popular por su participación en ¿Dónde vas Alfonso XII? Y en Rapsodia de sangre. Tenía la habilidad de encajar en cualquier registro: cómico, dramático, inocente… Era el actor ideal para lo que el hábil Iquino, en esta ocasión, asociado a capital francés, le requería: un personaje con buen fondo, como cualquier otro joven de la época, sin maldad, dispuesto a trabajar y a forjarse un futuro, pero al que la vida había tratado mal y lo había arrastrado hacia el crimen.

La parte francesa, además de “l’argent”, puso a dos actores que gozaban de cierto prestigio en la escena gala: Yves Massard y Claudine Dupuis. El guion lo elaboraron Carlos Gorostiza y Felipe Peña y la dirección se confió a Thorry (que en esos momento andaba por España recién separado de la que había sido su esposa desde 1951, la actriz Analía Gadé (que ya se había unido a Fernando Fernán Gómez). La presencia de Massard era la consecuencia directa de haber rodado un par de años años Calle Mayor, dirigida por Juan Antonio Bardem. En aquella cinta encarnaba a un escritor madrileño que abandonaba Madrid para establecerse en una capital de provincias cuya única distracción era pasean por la avenida principal. Dejó un buen recuerdo e Iquino lo recuperó para esta cinta. Claudine Dupuis era, igualmente, otro rostro conocido en la escena francesa que también había estado presente en alguna cinta española. Junto a Carmen Sevilla y a Alberto Closas, apareció en La fierecilla domada, dirigida por Fernández-Román. Sería una de sus últimas películas: dos años después se retiraría para regentar un hotel en Deauville. Durante toda la década de los cincuenta siguió siendo un sex-symbol francés.

La película, en sí misma, es entretenida, filmada íntegramente en Barcelona (la zapatería propiedad de la novia del protagonista está situada, por ejemplo, en la Plaza del Padró) y alrededores, con aires de “denuncia social” y a la que se le pueden reprochar algunos altibajos. Es cierto que también encierra tópicos (algunos de los cuales han llegado hasta nuestros días: la contraposición entre la “mujer fatal”, siempre rubia, con un cigarrillo entre los labios, al volante de algún deportivo de moda y luciendo trajes ajustados, y la chica honesta, de buenas costumbres, recatada y trabajadora, discreta en su estilo de vida. Ambos roles son representados respectivamente por la explosiva María Martín y la citada Claudine Dupuis) y que el ritmo es desigual.

La historia no siempre es convincente y, ni siquiera en su época llamó particularmente la atención; hubo otras muchas cintas de género negro, filmadas en la época que la superaban ampliamente. Sin embargo, puede ser tomada en consideración como síntoma de una época en la que el cine, además de entretener, procuraba vehiculizar un mensaje y una moraleja de buenas costumbres. Esta tarea “formadora” era rechazada por los nuevos directores que, en aquellos momentos, empezaban a surgir y que lo consideraban como una moralina arcaica propia del oscurantismo religioso y de la hipocresía de las clases medias. Vista a más de sesenta años de distancia, se percibe con claridad que si se hubiera insistido en esa línea, seguramente hoy la sociedad no habría alcanzado los niveles actuales de pérdida de valores, incluso de ignorar qué son precisamente los valores.

La historia nos cuenta la vida de un chaval de barrio que no ha podido recibir una educación correcta en su infancia y que comete deslices suficientes como para terminar ante el Tribunal Tutelar de Menores y de ahí a un “correccional”. Otra palabra maldita: “correccional”. Y, sin embargo, por lo que se ve en la cinta, estas instituciones a cargo de religiosos ofrecían formación profesional suficiente como para que los adolescentes que pasaban por ellas aprendieran un oficio que les permitiera salir y ganarse la vida en una España que necesitaba operarios. También aquí, si comparamos esta institución con la situación actual, me temo que los “correccionales” de ayer pueden salir beneficiados.

El protagonista entra acompañado de un amigo y sale convertido en un hombre con la idea de montar un taller mecánico. Sin embargo, las cosas no saldrán como aspiraba. Empieza a trabajar como limpiacoches en un garaje. Allí conoce a la rubia peligrosa que le presenta a su amante, el cual le da un trabajo de chófer. Pronto averigua que se trata de un grupo de delincuentes… pero le pagan y le pagan bien por conducir el vehículo en el cual cometen los delitos. A todo esto, paseando por la ciudad, conoce a una chica; es la hija del propietario de una zapatería. Es un flechazo. Intenta dejar el mundo de la delincuencia, pero no se atreve. Es, por tanto, como reza el título de la película, un “cobarde”. Peor aún, cuando sale del correccional su amigo, lo integra en la banda. No puede evitar estar escindido entre el amor que siente por su novia y la capacidad de atracción irracional y salvaje que le genera la “mujer fatal” cada vez que le llama para un nuevo golpe.

Como no podía ser de otra manera, las cosas terminan mal. Un policía -Mario Gas, especializado en ese tipo de papeles y que prácticamente será su único rol durante los años 50- lo sigue, percibe que se trata de un “buen chico” y hace todo lo posible para salvarlo. Sin embargo no puede evitar que, en el momento de ser desarticulada la banda en una masía cercana a la Ciudad Condal, uno de los miembros dispare sobre él y lo hiera. Aun así tiene fuerzas suficientes para eludir a la policía, alquilar una habitación en un hotel y ser finalmente detenido. Pagará sus errores, si bien, el testimonio del policía hará que la justicia sea leve con él.

Desde el punto de vista cinematográfico, la película tiene su atractivo: se inicia por el final… es decir, vemos al protagonista herido, refugiarse en el hotel y es allí, en la soledad de la habitación, donde recuerda lo que ha sido su vida.

Se entiende que, en la época, la película no llamara la atención. Solamente en aquel año se estrenaron algunas obras maestras: El cebo, El pasado te acusa, Un vaso de Whisky, A sangre fría, De espaldas a la puertaLos cobardes, está algo retrasada en relación a estas obras maestras del “negro español”. Pero, aun así, es una película que merece verse, si quiera para compararla con la producción actual, entender un mensaje y una época y conocer la “denuncia social” que se ejercía en aquellos años desde las pantallas.

 

Otros enlaces:








 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA PUERTA ABIERTA (1957) – FERNÁNDEZ ARDAVIN – La época dorada del género negro español

LA DIVISION AZUL ESPAÑOLA (1942) – JOAQUIN REIG – “...QUE EN RUSIA ESTÁN LOS CAMARADAS DE MI DIVISIÓN

ANA Y LOS LOBOS (1973) –– Carlos Saura – Sombra de plagio sobre una de las más facilonas (y aclamadas por la progresía) películas de Saura.