DE ESPALDAS A LA PUERTA (1959) – JOSÉ MARÍA FORQUÉ – “LA RATONERA DE ORO” NO ES PARA CHICAS INGENUAS
Actores consagrados y consumados en los años 60 -López Vázquez, Luis
Prendes, Emma Penella, “La Chunga”- en los 50 escalaban puestos en el
escalafón. Esta película les permitió mostrar sus cualidades. No la desaprovecharon.
Vamos a asistir a casi 90 minutos de investigación policial en el recinto, casi
agobiante, de un local de alterne. Porque en la España de 1959, había locales
de alterne, abundaban chicas ingenuas, como la protagonista. Todos son
sospechosos. Cine policíaco en estado puro.
FICHA
TITULO: De espaldas a la puerta
AÑO: 1959
DURACIÓN: 88 minutos
DIRECTOR: José María Forqué
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Una chica recién llegada
del pueblo, entra a trabajar como chica de alterne en un club de la capital.
Poco después resulta agredida por alguien. Un meticuloso inspector de policía
investiga el crimen e interroga a los sospechosos, lo que le permite establecer
quién es quién en el club de alterne. Gracias a un ingenioso truco logrará identificar
y detener al autor de la agresión.
ACTORES: Emma Penella, Amelia Bence,
José Marco Davó, Luis Prendes, Félix Dafauce, José Luis López Vázquez, Elisa
Loti, Mariano Azaña, Adriano Domínguez, María Luisa Merlo, Luis Peña, Carlos
Mendy, Ágata Lys, Carmen Bernardos, Ángela Tamayo, José María Vilches, Marisa
Núñez, María del Valle, Enrique Cerro, Rafael Corés, Pilar Muñoz, Lola Lemos,
Sergio Mendizábal, Ángel Terrón, Antonio Burgos, Mara Goyanes
CLIP 1 – EL VALÉ DESCOCADO DE LA RATONERA DE ORO (+ CRÉDITOS)
CLIP 2 – UN POLICÍA SERIO E IMPLACABLE
CLIP 3 – LA PRINCIPAL SOSPECHOSA, UNA CHICA DE ALTERNET, Y LA
VICTIMA
CLIP 4 – UNA CHICA DE BADAJOZ, 19 AÑOS, CON CARNÉ DEL SINDICATO,
BAILARINA
CLIP 5 – INTERROGANDO A LA DUEÑA DE “LA RATONERA DE ORO”
CLIP 6 – FLASH-BACK: LA LLEGADA DE LA FUTURA VÍCTIMA A SU NUEVA
CASA…
CLIP 7 – UN CLIENTE DISPUTADO… CON “DETALLES DE HOMBRE”
CLIP 8 – EL PRIMER CLIENTE DE LA CHICA PRIMERIZA
CLIP 9 – EL QUE VENDIÓ UNOS LEONES QUE NO ERAN SUYOS Y LA CHICA
QUE SE MAREÓ
CLIP 10 – PROSIGUE LA INVESTIGACIÓN
CLIP 11 – “LA CHUNGA” DESCALZA Y SU BAILE ESPECTACULAR
CLIP 12 – UNA MUJER CELOSA, MUY CELOSA, EXTREMADAMENTE CELOSA.
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: DE
ESPALDAS A LA PUERTA (formato AVI, 1ª opción)
A TRAVÉS DE EMULE: DE
ESPALDAS A LA PUERTA (formato AVI, 2ª opción)
Lo menos que puede
decirse sobre DE ESPALDAS A LA PUERTA
“La ratonera de oro” es un club madrileño de los cincuenta. Un
lugar casi ingenuo: chicas de alterne que buscan convertirse en bailarinas, con
pajaritos de promoción social en la cabeza, sueños ingenuos de que algún
millonario las sacará de allí. Todas ellas han aprendido bien el oficio de como
muñir a la vaca: la vaca es el cliente que aparece por el garito. Le van a
hacer beber whisky de garrafón, le van a inducir a dejar los billetes de su
cartera y a hacerles creer que son hombres irresistibles, seductores avezados
en el arte de satisfacer a mujeres vistosas. En realidad, son primos que deben
dejar billetes verdes si quieren que alguien les preste atención. Tal es el
marco en el que discurre esta película de José María Forqué.
Cuando uno ve esta película, percibe que garitos como “La ratonera
de oro” no eran muy queridos por Forqué. En realidad, lo que hace es retratarlos
y el retrato es fiel a su fisonomía cincuentera: desde la propietaria, hasta la
encargada de los lavabos, pasando por instructora de las chicas de alterne (uno
de los mejores papeles desempeñados por la actriz argentina Amelia Bence), los
rasgos de los “julays” que dejaban sus billetes y un amplio catálogo de chicas
de alterne, desde la chica de tronío (Emma Penella), hasta la que llega como
novata y termina como víctima (Elisa Loti), pasando por el enérgico camarero de
la barra que solo sirve si le garantizan que va a ser pagado (Carlos Mendy). Y
no digamos el retrato que hace de los policías que participan en la
investigación: Félix Dafauce que sería el equivalente a los futuros CESI, José
Luis López Vázquez, el joven policía que quiere ascender para poder casarse,
Luis Prendes como el sobrio investigador al que la peor de las crisis no altera
un rostro impasible y frío. Las “chicas del coro” son también notables. Algunas
alcanzarán fama en los años siguientes: Mara Goyanes, Maria del Valle, Maria
Luisa Merlo, y una Ágata Lys que no debía tener más de 17 años. Y, finalmente,
es necesario reseñar a “La Chunga”, la bailaora que cosechó sus mayores éxitos desde
finales de los 50, los prolongó durante la década de los 60 para terminar
entrando en la historia de la pintura por sus cuadros naïfs en los que
finalmente se centraría. “La Chunga” causó furor, especialmente entre el
turismo, por ser la bailarina que siempre aparecía en escena descalza.
Con estos mimbres, entramos en “La ratonera de oro”. Es un día
como otro cualquier, salvo por el que se incorpora una chica llegada de
provincias. Trae en la maleta ilusiones, fantasías, una absoluta inexperiencia
de la vida, pero también conocimientos de danza y un físico envidiable que
puede fascinar a los hombres. Es “Patricia” (Elisa Loti). “Lidia”, la mujer
madura que dirige a todas las chicas que trabajan allí y ejerce, al mismo tiempo,
como relaciones públicas, le instruye en el oficio del alterne: “beber sin
beber y fumar sin fumar”. No puede evitar que, al departir con el primer
cliente, “Luis” (Luis Peña), caiga al tercer whisky. “Luis”, por cierto, es el
cliente típico: prepotente, con ínfulas de seductor, billetera repleta y,
obviamente, actividades turbias e inconfesables (ha vendido unos leones del zoo
que ni siquiera eran suyos, a buen precio, porque, dice, la leona estaba
embarazada). Mientras las chicas danzas en el escenario, “Lola” (Emma Penella)
consigue enganchar como cliente a “Luis”. Sin embargo, éste descubre el rostro
juvenil, carismático e ingenuo de “Patricia” y decide pasar con ella el resto
de la noche. Poco después, Patricia aparecerá víctima de una brutal agresión,
no está muerta, pero sí gravemente herida. La policía interroga a todos los que
se encontraban en el local, clientes, bailarinas, camareros, personal
directivo; “Lola”, en principio, es la principal sospechosa. Pero luego
aparecerán otras. No puede evitarse que uno tras otro, todos generen algún tipo
de sospecha por parte del policía “Enrique Simón” (Luis Prendes).
En escenas sucesivas, se irá ajustando el número de sospechosos.
El pianista, antiguo conocido de “Patricia”, despierta, así mismo sospechas. Y,
por supuesto, las dos mujeres que están al frente del negocio, “Lidia” y la
propietaria del establecimiento. Pero también puede haber sido un cliente
insatisfecho o demasiado sádico… Todas las puertas están abiertas hasta los
cinco últimos minutos de película.
Se nota que los diálogos son de Alfonso Paso: era de los que
sabían arrancar frases más ingeniosas, especialmente de las chicas de alterne.
Esa presencia en la guionización explica el porqué no se trata de una película
de género negro en estado puro: hay interpolaciones cómicas, tanto entre los
diálogos de las chicas con sus clientes, como en el papel de López Vázquez, en
el de los clientes (como aquel propietario de una tienda de velas, casado y con
hijos que no quiere que se sepa su presencia en el tugurio o en el personaje de
“Luis”, exponente de la caradura, la estafa y la picaresca madrileña, tan bien
conocida por los policías de la época.
Es una de esas películas de otra época que puede verse en
cualquier momento y que no ha perdido ni un ápice de interés. Además, es una
ilustración viva de cómo era aquella época. Ni tan mojigata, ni tan inhibida
como se nos ha dicho: es un drama de intriga policíaca, pero también un
testimonio sociológico y, lo que es mejor, una cinta capaz de arrancarnos
sonrisas y, a veces, incluso, carcajadas.
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