EL MALVADO CARABEL (1956) – Fernando Fernán Gómez – La honradez jamás recompensada en España
La tercera película dirigida por Fernando Fernán Gómez se rueda en
un momento en el que empieza a existir decepción y cansancio por el régimen de
Franco. Se habían acabado las restricciones, España había entrado en las
instituciones mundiales y no quedaba ni rastro del aislamiento internacionales.
Se acababan de firmar los acuerdos con los norteamericanos y la fuerza
preponderante dentro del régimen eran los tecnócratas del Opus Dei. Y, sin embargo,
había cierta decepción: los valores morales que vivía la población, no parecían
ser los mismos que los de la élite económica. Esta cinta refleja la
contradicción entre la honestidad debida a los vecinos, a uno mismo, a la
empresa y la rapacidad empresarial, la incomprensión y la sumisión.
FICHA
TITULO: El malvado Carabel
AÑO: 1956
DURACIÓN: 81 minutos
DIRECTOR: Fernando Fernán Gómez
GÉNERO: comedia
ARGUMENTO: Un probo empleado en una
inmobiliaria ve decepcionadas sus expectativas de aumento de suelto y es despedido
después de comportarse con honestidad con un socio de la empresa. Su novia le
abandona. A partir de ese momento, decide ser y comportarse como un malvado que
odia el mundo, la ley y la moral. Sin embargo, esta venganza no resulta muy
fácil de llevar a la práctica.
ACTORES: Fernando Fernán Gómez,
María Luz Galicia, Julia Caba Alba, Rafael López Somoza, Manuel Alexandre,
Joaquín Roa, Rosario García Ortega, Julio Sanjuán, Xan das Bolas, Julio
Gorostegui, Fernando Rodríguez Molina, Aníbal Vela, Carmen Sánchez, Ángel
Álvarez, Antonio García Quijada
CLIPS
CLIP 1 – UN HOMBRE FUNDAMENTALMENTE BUENO
CLIP 2 – “AZNAR Y BOFARULL” UNA EMPRESA PATERNALISTA QUE NO SUBE
SUELDOS…
CLIP 3 – LA INDISCRECCIÓN BIENINTENCIONADA QUE COSTARÁ EL PUESTO A CARABEL
CLIP 4 – EL “ESTOMAGANTE ESTOMATÓLOGO”. CARABEL PIERDE TAMBIÉN LA NOVIA
CLIP 5 – HIPNOSIS, EL SECRETO DE LA TIA…
CLIP 6 – LA DECISION FINAL, CÓMO CARABEL SE PASO AL LADO OSCURO
CLIP 7 – CARABEL TRAVESTIDO DE NINJA PERPETRA NUEVAS MALDADES
CLIP 8 – ¡QUE DIFICIL ES ROBAR A ALGUIEN!
CLIP 9 – ROBAR UNA CAJA FUERTE PARA ENCONTRAR UN BOCADILLO
CLIP 10 – A LA FELICIDAD POR LA HONRADEZ
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
En Tokyvideo: EL MALVADO
CARABEL
En eMule: EL
MALVADO CARABEL
Lo menos que puede
decirse sobre EL MALVADO CARABEL
En 1931, Wenceslao Fernández Flórez escribió la novela que luego
sirvió para realizar tres adaptaciones cinematográficas en poco tiempo (la de
Edgar Neville en 1935, la que comentamos de Fernán Gómez en 1956 y la de Rafael
Bledón seis años después y una adaptación televisiva). Se lo merecía porque se
trataba de una novela que reflejaba muy bien el ser y el sentir de los
españoles y la división del país en “dos Españas”, también en el terreno ético
y moral: una España modesta, humilde, bienintencionada, provista de buenos
instintos y de normas morales y éticas rigurosas y positivas, y otra España,
prepotente, volcada a los negocios y que renunciaba a cualquier criterio de
generosidad y comprensión si se trataba de perseguir el “pelotazo”. Porque “el
pelotazo” es algo que siempre ha existido en España. Lo sabía Fernández Flórez
que escribía la novela cuando España empezaba a abordar la aventura política
republicana que empezó mal y terminó peor.
La obra influyó en el cine y en la naciente TVE, durante años. El
propio Alfredo Marsillach, cuando rodó para el “ente” Silencio
estrenamos, se inspiró en esta novela para dar título a la obra de
teatro que un autor novel buscaba estrenar y que debía llamarse “La honradez”,
pero que intereses ajenos, entre ellos el de la censura, convirtieron en “La
honradez recompensada siempre en España”…
La obra de Fernández Flores, fue, inicialmente llevada al cine por
Edgar Neville en 1935. Pero de aquella película no queda absolutamente nada,
apenas siete minutos con cuatro escenas. Una verdadera pena que impide conocer
la filmografía completa de Neville. Además, en 1935, España no estaba muy
pendiente de los estrenos cinematográficos, sino más bien deseosa de saber que
ocurriría mañana. Fernán Gómez, retomo la novela en 1956, cuando ya contaba con
una amplia experiencia como actor y había dirigido por película (Manicomio
en 1954, y El mensaje al año siguiente) ninguna de las cuales
tuvo gran repercusión comercial en su tiempo, si bien la primera, con el
tiempo, ha pasado a ser un film de culto. En la tercera película supo corregir
lo que había llevado al fracaso a las dos experiencias anteriores: en El
malvado Carabel renunciaría a hacer una película excesivamente literaria,
supo adaptar el guion al lenguaje cinematográfico y a los gustos de un público
que, sobre todo, quería reír.
El resultado fue una película que respeta completamente el espíritu
de la novela de Fernández Flórez, pero cuya forma está próxima a lo mejor del
cine español de la época: la comedia costumbrista en las que se movía tan bien
Berlanga y otros directores de los años 50.
Algunos guiños solamente pueden entenderse en clave de los años 50
y hoy corren el riesgo de ser desconsiderados por la “corrección política”. Por
ejemplo, la empresa en la que trabaja “Amaro Carabel”, “Aznar y Bofarull” tiene
resonancias catalanas y sus propietarios quedan caricaturizados hasta la
saciedad. Incluso en una de las escenas en la oficina del director, aparece el banderín
del Real Club Deportivo Español; las escenas en las que los directivos de la
empresa organizan una tarde deportiva, van en la misma dirección; en otra un
par de negociantes que aparecen tangencialmente en la escena, están hablando en
catalán. Todo para confirmar que en 1956, los “empresarios catalanes” ya se
habían ganado una buena fama de especuladores rapaces, constructores
inmobiliarios en busca del pelotazo y máximos devotos al “negoci” que es, a fin
de cuentas, “el negoci”.
Fuera de esta alusión, casi etnográfica, Fernán Gómez evita hacer
alusión a ideas políticas. Lo que le interesa de la novela originaria es
reflejar las dos Españas: la honesta y la deshonesta y la sensación que tiene
la primera de que, manteniendo la honestidad, jamás llegará a ningún sitio. El
final de la película es esperanzador (la pareja encuentra en el tranvía una
cartera con varios miles de pesetas y hacen todo lo posible para entregarla a
su propietario; el precio de la honradez es la modestia, y exige un gran
compromiso moral por el que vale la pena esforzarse.
Hasta ahí el mensaje. El contenido nos muestra una empresa inmobiliaria
de los años 50 (que demuestra que, en setenta años, en este país, la
construcción es el eje de las ambiciones y que cualquier patán interesado y
amoral, puede arrimarse al sector para alcanzar sus objetivos). “Amaro Carabel”
es un empleado que mendiga un aumento de sueldo que nunca le conceden y que le
niegan con argumentos paternalistas y cínicos. En el curso de una actividad
deportiva de la empresa, habla con un socio de la misma sobre la importancia de
unos terrenos que los otros dos socios quieren arrebatarle. Lo hace de buena fe
y por pura honestidad: a fin de cuentas “es un socio” de la empresa. Esta
sinceridad le vale ser despedido. Y, para colmo, su novia, impulsada por su
madre, le induce abandonarlo, para unirse con un estomatólogo pedante. “Carabel”
queda demolido y entiende que la honradez no conduce a nada, así que pasará “al
lado oscuro”. Será un malvado al que el mundo odiará, pero temerá. Cuando se lo
cuenta a su tía y a un amigo, tiene lugar una escena memorable: “¿Quieres ser
malvado? ¡pues córtale la oreja al gato!”. No puede, por supuesto. Intentará
robar en el bus, pero solamente logrará hacerse con un paquete de “Ideales”, el
peor tabaco de aquellos años, vacío. Utilizará a un niño para pedir limosna, tratará
de robar en un hotel, pero acabará confundido en una fiesta de disfraces,
robará incluso una caja fuerte dentro de la cual no había nada… Si la honradez le
llevó a la frustración, como malvado será un absoluto fracaso. Así que, tras la
experiencia, volverá al “buen camino”, recuperará su empleo y a su novia y
aceptará el hecho consumado de que es, fundamentalmente, una persona honesta.
En la película vemos a un Fernán Gómez, en ocasiones sobreactuado
en comicidad y por una Julia Caba Alba, como su tía, que gracias a la hipnosis consigue
salirse con la suya en algunas ocasiones. Los actores secundarios, Rafael López
Somoza, Julio Sanjuán y un juvenil Manolo Alexandre (el “estomatólogo”), Xan
das Bolas, etc, realzan el reparto. Hay algo, ciertamente, “rancio” en la
producción: pero es que la España de los 50 era así: gris. El argumento, así
mismo, es ingenuo, algo admisible porque sobre esa aparente ingenuidad, cabalga
el mensaje sobre las dos Españas, la honesta y la deshonesta.
La película fue el primer éxito comercial de Fernán Gómez.
Encajaba perfectamente en el tipo de cine que deseaba promover el régimen: el
bien termina imponiéndose y el honrado, a pesar de ejercer de mártir como el
bíblico Job, termina casado, con trabajo y feliz, máximos ideales del español
medio de la época (ideales que hoy parece muy lejanos y casi inalcanzables).
Otros enlaces:
El malvado
Carabel: impronto de Wenceslao Fernández Flórez en el cine antes y después de la guerra civil – José Luis Castro de Paz, Hector Paz, Fernando Gómez.
Texto
literario y texto fílmico. Estudio comparativo-textual. La obra novelística de
Fernández Flórez y el cine: El malvado Carabel – José María Paz Gago.
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