VIAJE AL VACÍO (1969) – Javier Setó – Un eco ya lejano de la “edad dorada” del “negro español”
Dos hermanos gemelos, idénticos, uno de vida estable, el otro un
tarambana y en medio la esposa del primero que simpatiza con el segundo. Un
buen día aparece un tipo de aspecto patibulario que chantajea los amantes… No
es un tema particularmente original, pero, además de una trama sobrecargada, brillan
en ella rastros del mejor género negro español
FICHA
TITULO: Viaje al vacío
AÑO: 1969
DURACIÓN: 91 minutos
DIRECTOR: Javier Setó
GÉNERO: Negro
ARGUMENTO: Un chantajista se pone en
contacto con una pareja de amantes: si no le pagan comunicará al marido las
pruebas de la relación. Estos, deciden matarlo y luego hacer creer al marido
que es él quien lo ha asesinado para volverlo loco y lograr que lo encierren.
Nada sale como estaba previsto.
ACTORES: Larry Ward, Teresa Gimpera,
Giacomo Rossi-Stuart, Silvana Venturelli, Fernando Sánchez Polack, Eugenio
Navarro, Javier de Rivera, José Bastida.
CLIPS
CLIP 1 – CREDITOS Y UN MISTERIOSO PERSONAJE
CLIP 2 – CHANTAJE EN UN ENCANTADOR PUEBLO NORTEÑO
CLIP 3 – EL MARIDO FARMACÉUTICO Y EL HERMANO AMANTE
CLIP 4 – SE INICIA LA OPERACIÓN: EL MARIDO “COLOCADO”. EL HERMANO
LO SUSTITUYE
CLIP 5 – VIEJOS CONOCIDOS QUE EL HERMANO NO PUEDE RECORDAR
CLIP 6 – MARIDO CON CHANTAJISTA
CLIP 7 – VOLVIENDO LOCO AL MARIDO
CLIP 8 – CONSULTADO AL PSICÓLOGO Y EL MARIDO QUE SE EMPIEZA A DAR
CUENTA QUE ALGO NO FUNCIONA
CLIP 9 – CON EL PSIQUIATRA
CLIP 10 – CONFESANDO CRIMENES QUE NO HA COMETIDO
CLIP 11 – FRENTE A FRENTE
CLIP 12 – FINAL IMPREVISTO
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: VIAJE
AL VACÍO (en formato AVI)
A TRAVÉS DE EMULE: VIAJE
AL VACÍO (en formato MP4)
A TRAVÉS DE EMULE: VIAJE
AL VACÍO (en formato MKV)
Lo menos que puede
decirse sobre VIAJE AL VACÍO
Javier Setó filmó mucho cine en poco tiempo, 27 películas en menos
de diecisiete años, le hacen uno de los directores mas prolíficos del cine
español durante el franquismo. A esto deberíamos añadir unos cuantos cortos
amateurs que no han llegado hasta nosotros. Si no filmó más fue por su
prematura muerte a los 43 años. Incursionó en casi todos los géneros y el nivel
medio de sus cintas es aceptable, incluso trabajaron para él algunas figuras
del Hollywood de aquellos años (tuvo a sus órdenes a Broderick Crawford y a
Frankie Avalon en el reparto de El valle de las espadas, coprodicción hispano-norteamericana,
en la que Crawfort asumía la personalidad del Conde Fernán González. El
futbolista Alfredo Si Stefano fue la estrella del biopic que le dedicó. Su
primera película, Mercado
prohibido, dejó un buen recuerdo entre los espectadores. Viaje
al vacío sería su penúltima cinta.
Teresa Gimpera vivía en 1968 una etapa de ascenso. Era una de las
musas de la “gauche divine” catalana y, por algún motivo, que ni ella misma,
recuerda, se convirtió en inevitable en cualquier película de “cine
experimental” que se rodara en Barcelona. La prensa de la época daba cuenta de
cualquiera de sus movimientos y eso le valió una presencia en películas de
calidad y orientaciones muy distintas desde 1965 (con Fata Morgana de Vicente
Aranda) hasta, prácticamente, nuestros días. Viaje al vacío, fue
su séptima película filmada en 1969, el año en el que registró más apariciones
cinematográficas.
El actor norteamericano Larry Ward, fue contratado para ejercer un
papel doble, pues los protagonistas masculinos eran dos hermanos gemelos, uno,
farmacéutico y con un patrimonio notable, casado con la protagonista femenina y
el otro, un tarambana de pocos escrúpulos que, actuando de común acuerdo con a la
esposa de su hermano, pretendía, simplemente, volverle loco, que lo encerraran
y disfrutar de una vida holgada y cómoda con la ella.
Quedaba un último papel que comentar. El de un individuo que,
conoce secretos de la pareja de amantes y que amenaza con desvelarlos al
marido, si no le pagan cierta cantidad. Este papel es representado por Giacomo
Rossi-Stuart, un actor de Serie B, que a lo largo de menos de cuarenta años de
profesión, filmo unas 200 películas. Aquí aparece caracterizado con una enorme
cicatriz en la mejilla izquierda.
Con estos cuatro personajes se inicia una trama que, a cincuenta
años de distancia, se nos antoja excesivamente complicada y con fallos de guionización.
La pareja de amantes, tratará de volver loco a al farmacéutico haciéndole creer
que ha matado al chantajista. Le van administrando calmantes y fármacos para
que viva en un permanente estado de confusión mental. Él, consulta al psiquiatra
y le cuenta sus sueños y sus pesadillas, recuerdos que no está seguro de si son
falsos o auténticos. Su vida se va destartalando por momentos. Sin embargo,
nada es lo que parece.
El chantajista no existe, es el propio hermano que se ha
caracterizado con prótesis y ropa característica. El farmacéutico, que cree que
lo ha matado se llevará una sorpresa de aúpa cuando descubra que vive. Luchará
con él en el interior de un vagón de tren y conseguirá vencerle. Solo entonces
advertirá que se trata de su hermano caracterizado. Y él hará otro tanto. Se presentará
ante su esposa con la misma caracterización. Ella creerá que se trata de su
amante disfrazado y seguirá creyéndolo hasta que éste le revele que, en
realidad, es el marido…
En fin, como puede verse, el argumento no destaca precisamente por
su linealidad ni por su credibilidad. Es bastante liado e, incluso, es posible
que tuviera una segunda parte improvisada. Era difícil salir del galimatías
inicial formado por dos hermanos gemelos exactamente iguales.
El género negro español, hay que recordarlo, ya no se encontraba
en ese momento en su época dorada. Había quedado atrás. Las producciones de ese
género que aparecen en la segunda mitad de los sesenta, registran una increíble
caída en picado en la calidad de los argumentos. Es como si la creatividad que,
había aparecido desde 1950 se hubiera desvanecido. Este hecho -fácilmente
constatable y del que hemos dado cuenta en este mismo blog- es todavía menos
justificable al coincidir con una etapa de desarrollismo económico. Podemos
establecer que la decadencia del “negro español” es paralela a la mejora en las
condiciones de vida que se van registrando en los años 60 y a la primera
liberalización del régimen. Vale la pena meditar sobre esto, especialmente porque,
a partir de esos momentos, las productoras cuentan con más medios económicos
para realizar películas y, sin embargo, la calidad se resiente, como si la
precariedad estuviera en razón inversa a la calidad: menos precariedad, más
calidad; más medios, reducción de la calidad de los guiones.
La película, en cualquier caso, no es que sea mala: es,
simplemente, excesivamente retorcida. El leridano Javier Setó, a fin de
cuentas, era un artesano concienzudo e hizo lo que pudo con este argumento
servido por la parte italiana (se trataba de una co-producción hispano-italiana).
Tiene una fotografía sorprendente. Está filmada en algún pueblo del norte y
este es uno de los aspectos que más llaman la atención del espectador.
Otros enlaces:
Comentarios
Publicar un comentario