EL GRANO DE MOSTAZA (1962) – José Luis Sáenz de Heredia – Pequeñas causas producen grandes efectos

Es comedia, pero también drama. Tiene algo de crítica social, mucho de película moralizadora y mordacidad suficiente como para que distintos tipos humanos se vean denunciados. Y, además, en esta ocasión, el propio Sáenz de Heredia aparece en las primeras escenas, presentando la película, según la moda que había establecido Alfred Hitchcock en su conocida serie televisiva. Otra de esas películas que, además, de entretener procuraba tener su moraleja educativa.

FICHA

TITULO: El grano de mostaza

AÑO: 1962

DURACIÓN: 87 minutos

DIRECTOR: José Luis Sáenz de Heredia

GÉNERO: comedia

ARGUMENTO: Un en club madrileño dos socios se enzarzan en una discusión, aparentemente banal, pero que va creciendo hasta que llegan a retarse a duelo. Uno de los “discutidores” toma contacto con otro personaje que le encarrila por distintas soluciones alternativas, cada una de las cuales va agravando la polémica inicial, hasta convertirse en un asunto prácticamente irresoluble… salvo por la vía del duelo a muerte.

ACTORES: Manolo Gómez Bur, José Bódalo, Rafael Alonso, Amparo Soler Leal,a Gracita Morales, Agustín Gonzalez, Encarna Paso, Rafaela Aparicio, José María Tasso, Antonio Garisa,

 

 

CLIPS

CLIP 1 – PRESENTACION DE SÁENZ DE HEREDIA


CLIP 2 – Y, AHORA SÍ, CRÉDITOS


CLIP 3 – TIPOS PACÍFICOS EN UN CLUB PACÍFICO: EL INCIDENTE


CLIP 4 – MERENDANDO CON LOS TOLEDANO


CLIP 5 – EL HOMBRE QUE LO RESUELVE TODO


CLIP 6 – Y TODO SE COMPLICA MÁS


CLIP 7 – Y MUCHO MÁS…


CLIP 8 – “SIGAN DIVIRTIÉNDOSE…”


CLIP 9 – EL GRANO DE MOSTAZA SIGUE CRECIENDO


CLIP 10 – Y CRECE MÁS Y MÁS


CLIP 11 – FINAL CON ESTRAMBOTE


Carteles y programas

 


 

 

Cómo localizar la película

A TRAVÉS DE EMULE: EL GRANO DE MOSTAZA (en formato MKV) 1ª opción

A TRAVÉS DE EMULE: EL GRANO DE MOSTAZA (en formato MKV) 2ª opción

En TokyoVideo: EL GRANO DE MOSTAZA

En FlixOlé: EL GRANO DE MOSTAZA

 

Lo menos que puede decirse sobre EL GRANO DE MOSTAZA

Grande Sáenz de Heredia, no era tan gran de como Alfred Hitchcock, pero supo dar con su introducción a esta película, un empaque que, de estar ausente, no tendría. En 1962, Sáenz de Heredia ya tenía a sus espaldas un amplio historial de éxitos: sus Historias de la Radio y sus Historias de la Televisión se recordaban con cariño. Nadie había olvidado las dos versiones de Raza y esto le había encasillado como “cineasta del régimen”, algo así como una Lenni Riensfesthald a la española, calvo y con bigote de excombatiente, había filmado comedias, películas de género negro y aún estaba por filmar zarzuelas (su La Verbena de la Paloma es pura delicia), antes de que entrara en el discutido género de las frivolidades.

En El grano de mostaza, a quien vemos, antes de que aparezcan personajes y situaciones, es a Sáenz de Heredia explicándonos de qué va la situación y lo que vamos a ver. Nos recuerda la parábola evangélica del grano de mostaza y nos recuerda que “pequeñas causas pueden producir grandes efectos”. Tras los créditos empezaremos con la película propiamente dicha.

Manolo Gómez Bur, aspecto y modales de buenazo, amantísimo marido, dilecto socio de un club y propietario de una delicada tienda de porcenalas, es, a la sazón, “Evelino Galindo”, un hombre afable, respetuoso, amigo de sus amigos y paradigma del pequeño empresario del mediofranquismo. Una tarde, tras acudir al club puede escuchar las fanfarronadas “Horcajo”, de otro socio (interpretado por José Bódalo, acaso uno de los mejores actores españoles de todos los tiempos). No le gusta lo que oye, pero lo admite como admite cualquier opinión, lo que no puede soportar es que se dude de él. Y, por un quítame allá esas pajas, su palabra se pone en duda. A partir de ahí todo se desata. El pacífico comerciante hace valer su honor, mientras que el fanfarrón le reta a muerte. “Evelino” acepta porque no puede hacer otra cosa, pero, en el fondo, es un hombre de paz al que todo aquello le repugna.

Conocerá a un personaje providencial que sabe cómo resolver este tipo de situaciones. Rafael Alonso es un especialista en trucos, descartes y huidas por la izquierda. “Evelino” está tan desesperado que confía su futuro al nuevo amigo. Sin embargo, episodio tras episodio, intentona tras intentona, la situación se complica más y más, hasta que, finalmente, al pobre le toca apechugar con la situación y enfrentarse a su oponente para salvar su honor. Lo que, inicialmente, era un problema del tamaño de un grano de mostaza, finalmente, termina convirtiéndose en un conflicto sólido y determinante. La moraleja de la película -porque ésta, como la mayor parte de películas de su tiempo tenía una moraleja, habitualmente edificante- es que problemas, aparentemente intrascendentes pueden convertirse en contradicciones insuperables a poco que se les deje pudrir.

La película nos cuenta cómo era la España de la época, el “Sujétame que lo mato” tan habitual en trifulcas y discusiones intrascendentes. Los personajes -entonces no se llamaba “casting” a la selección del cuadro de actores- tienen unos papeles que parecen pintados para ellos: el “manso” Gómez Bur solamente podía oponérsele, la “fiera corrupia” de José Bódalo. ¡Qué grandes actores! Y el tercer personaje, el “hacedor de entuertos”, solamente podía ser Rafael Alonso. Entre los secundario aparece José María Tasso y su fliquillo, Rafaella Aparicio, Encarna Paso, Gracita Morales, Agustín González, Antonio Garisa y Amparo Soler Leal. No puede extrañar, por todo ello, que la película fuera un éxito de público y que recibiera la medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos al “mejor argumento original”, medalla que recibió el propio Sáenz de Heredia.

 

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