CARTA A UNA MUJER (1963) – Miguel Iglesias – LA LEALTAD DE LA ESPOSA DE UN DIVISIONARIO CAUTIVO EN EL GULAG
Esta película suele pasar desapercibida incluso para los admiradores de la gesta de la División Azul en Rusia, los combatientes españoles por la Nueva Europa contra el comunismo. De hecho, el protagonista es la novia de un divisionario “desaparecido”, su pretendiente en 1955 y un guerrillero que había estado preso con el novio divisionario. Una película inesperada que, incluye un amplio documental sobre la llegada de los cautivos de la División Azul en el “Semíramis”.
FICHA
TITULO: Carta a una mujer
AÑO: 1963
DURACIÓN: 75 minutos
DIRECTOR: Miguel Iglesias
GÉNERO: Drama
ARGUMENTO: Una mujer contrae matrimonio
y su marido, poco después, se enrola como voluntario en la División Azul. Pocos
meses después, desaparece en el frente. No se sabe si ha muerto o está
prisionero. La mujer está a punto de contraer matrimonio con un director de
orquesta, pero un buen día aparece en su casa un extraño personaje que ha
compartido cautiverio con el marido y le trae una carta suya. Esto reavivará la
esperanza de que sigue vivo y que no se disipará siquiera cuando llegue el “Semíramis”
al Puerto de Barcelona con los divisionarios que permanecieron en el Gulag.
ACTORES: Emma Penella, Luis Prendes, José Guardiola, Rafael Durán, José Moreno, Luis Induni,
CLIPS
CLIP 1 – CRÉDITOS Y UNA MUJER EN LA NOCHE DE LA BARCELONA
SESENTERA
CLIP 2 – EN EL PALAU DE LA MUSICA, EL MAESTRO Y LA MUJER
ATEMORIZADA
CLIP 3 – EN LA JEFATURA DE POLICÍA: TESTIMONIO SOBRE UN ANTIGUO
AMIGO DEL MARIDO DIVISIONARIO
CLIP 4 – EL DESCONOCIDO LLAMA AL A PUERTA Y LEE UNA CARTA QUE
TRAÍA DEL GULAG SOVIETICO: “CARLOS VIVE. ÉL ERA UN DIVISIONARIO Y YO UN
DISIDENTE DE LA LÍNEA DEL PARTIDO”.
CLIP 5 – EL MAQUIS SIGUE GOLPEANDO (Y EL DIRECTOR QUE NO QUIERE IR
CON SU MÚSICA A OTRA PARTE)
CLIP 6 – “ES TODO SU PASADO EL QUE VUELVE A ELLA…”
CLIP 7 – AQUELLA BARCELONA SESENTERA QUE FUE Y YA NO EXISTE…
CLIP 8 – EL MAQUIS PREPARA SU PRÓXIMO ATRACO
CLIP 9 – EXPLOSIÓN DE JÚBILO EN BARCELONA: LLEGA EL SEMIRAMIS CON
LOS DIVISIONARIOS CAUTIVOS… PERO ÉL NO ESTÁ A BORDO
CLIP 10 – LA CABALGATA DE LAS WALKIRIAS EN EL PALAU
CLIP 11 – UN ATRACO QUE SALE MAL
CLIP 12 – LA LEALTAD DE LA ESPOSA DEL DIVISIONARIO, MÁS FUERTE QUE EL FUEGO. LOS QUE LLEGARON DESPUÉS DEL SEMIRAMIS: “SIGUE ESPERÁNDOME. VOLVERÉ”.
Carteles y programas
Cómo localizar la
película
A TRAVÉS DE EMULE: CARTA
A UNA MUJER (formato AVI, primera opción)
A TRAVÉS DE EMULE: CARTA A UNA MUJER (formato AVI, segunda opción)
Lo menos que puede
decirse sobre CARTA A UNA MUJER
Miguel Iglesias fue uno de esos directores cuya vida estuvo
siempre vinculada al cine. Era hijo de clase media acomodada y su tío abuelo lo
habituó a frecuentar las salas de cine del barrio. Estudió música, representó
algún papel en el teatro infantil y dirigió la sección de teatro del Orfeón de Sans.
En 1933 fundó el Cinematic Club Amateur (que luego se llamaría Club
Cinematográfico Artístico) con el que filmaría algunos cortos. Se casó con otra
socia del Orfeó de Sans que fue luego se encargaría de montar los últimos
trabajos de su marido. En la postguerra empezó a rodas películas profesionales poniendo
particular énfasis en el género negro y el musical. No encontramos en su
filmografía películas que fueran éxitos rutilantes; de hecho, Iglesias vio como
su carrera iba decayendo poco a poco. En los años 70 se vio embarcado en
películas de bajo presupuesto y mucho destape, o bien en aventuras de fantaterror
español con Paul Naschy u su inevitable “Waldemar Daninsky” como hombre lobo.
Nada de todo esto le iba a proporcionar excesiva gloria cinematográfica. Sus
archivos personales están depositados en la Filmoteca de Cataluña.
En general, hoy, es un director casi olvidado. A pesar de que, en
su conjunto, su trayectoria no fuera muy diferente a otros de la época: tras
unos años de cine muy cuidado, entro en una fase comercial mucho menos
exigente. El mismo camino que recorrieron otros directores más valorados en
nuestros días.
En 1963, esto es, en el ecuador de su carrera, filmó la que, para
nosotros, es su mejor película (junto con Muerte en primavera,
rodada dos años después), tanto por su desarrollo, como por su temática, como
por la calidad interpretativa de todos los que participaron en ella: Carta
a una mujer.
No se sabe nada sobre las creencias políticas de Miguel Iglesias.
No parece que fuera ni falangista, ni militante de izquierdas. Sin embargo, en
esta cinta sitúa en el centro de la trama a la esposa de un miembro de la División
Azul desaparecido en la URSS y a un militante de extrema-izquierda español,
preso del estalinismo que ha regresado a la patria para cometer algunos
atentados con los restos del maquis. Tal es el trasfondo en el que se
desarrolla esta película, un escenario que es, en cualquier caso, original y
poco explotado por la filmografía de la época.
La protagonista -Emma Penella- se despidió un buen día de su marido
que partió como voluntario con la División Azul y solo recibió la noticia de
que había “desaparecido en combate”. No volvió a tener más noticias suyas.
Todos pensaban que estaba muerto. Ella, se resistía a creerlo, pero el tiempo
pasaba y ella era asediada por un amigo íntimo, director de orquesta, que
pretendía casarse con ella. Cuando ya estaba casi convencida para acceder a sus
proposiciones, aparece en escena un extraño personaje: es un español que ha
permanecido fuera del país desde la guerra civil. Había conocido al marido de
la protagonista en el GULAG. A pesar de ser un activista de extrema-izquierda
(o, precisamente, por eso), el desconocido la trae noticias a su marido. Es más,
le trae algo mejor: una carta que ha aprendido de memoria. Tras estar unos años
compartiendo alambradas con el marido y trenzando una buena amistad,
finalmente, se fugó y consiguió llegar a España. Lo primero que hizo fue
visitar a la esposa de su compañero preso y entregarle la carta que había
memorizado: era la señal inequívoca de que seguía con vida.
Eso altera los planes del director de orquesta que ya tenía
preparada la boda con ella. Pero lo que ambos ignoran es que el mensaje llegado
del GULAG está contactado con una red terrorista y ha venido a España cometer algunos
atentados y robos. Son los últimos coletazos del maquias que entonces (1963)
estaba prácticamente extinguido (si bien habían surgido algunas otras siglas
que protagonizaron cortos períodos en los que cometieron pequeños atentados: el
Directorio Ibérico de Liberación, o el Frente Español de Liberación Nacional de
Álvarez del Vayo). La policía estaba siguiendo a algunos miembros del grupo.
Con la renovada esperanza en que el marido siga vivo, la
protagonista acude a la llegada de los cautivos de la División Azul que
regresaron a bordo del “Semiramis” en 1954. Las imágenes de los
documentales de la época están perfectamente engarzados en las escenas de la
película: la protagonista busca, pero no encuentra a su marido; poco después,
la prensa publicará que todavía quedan algunos españoles presos en el GULAG y
renueva su esperanza de que su marido sigue viviendo. En cuanto a los miembros
del maquis, fracasarán en su misión y la célula quedará desarticulada. En la
última escena, el director de orquesta debe de partir solo para su gira
europea. La protagonista no le seguirá: optará por seguir esperando el retorno
de su marido.
La película plantea, pues, un tema inédito -o al menos, poco
explotado- en el cine de la época. De hecho, solamente en La
patrulla, hay alguna referencia a los familiares de los presos de
la División Azul. En Carta a una mujer, el tema de fondo es la situación
dramática de una esposa que no sabe lo que ha ocurrido con su marido, pero que,
en cualquier caso, le ha jurado fidelidad y cumple hasta el final con su
juramento. La película, precisamente por eso, es un canto a la lealtad de las
mujeres, esposas o novias, que nunca olvidaron a los voluntarios de la División
Azul desaparecidos o presos. Y, solamente por eso, vale la pena tenerla en
cuenta, verla y degustarla.
La película se estrena diez años después de que el Semiramis
atracara en Barcelona. Doy fe de que el argumento está basado en hechos reales.
En mi familia, se dio el caso de una prima que fue fiel toda su vida a su
novio, desaparecido en URSS. Nunca más volvió a buscar la compañía de otros
hombres y siempre fue fiel a su memoria. Lo que, para algunos críticos, les
puede parecer una exageración propia del franquismo, no lo es. La lealtad a la
persona amada no era una construcción literaria del “antiguo régimen”, sino una
realidad operante que esta película de Iglesias -que se vio ayudado por Jaime
Salón en la construcción del guion- pone de manifiesto.
En cuanto a los intérpretes encontramos a un José Guardiola (el
preso fugado que trae la carta), Luis Prendes (el director de orquesta), Rafael
Durán (el policía que sigue la pista de los maquis) o Luis Induni (el más duro
de los miembros de la banda). Además, naturalmente, de Emma Penella como esposa
del divisionario. Un reparto que realiza un trabajo excelente y que contribuye
a realzar el guion y la temática.
Otros enlaces:
Comentarios
Publicar un comentario